"Uno de nuestros creativos se preguntó si podíamos convertir la orina en un juego. Después de estrujarnos las cabezas, llegamos a este concepto en el que los hombres pueden usarla para controlar el juego", cuenta Hirtaka Machida, productor de Sega y uno de los responsables del nuevo juego.

Excéntrico, cochino o divertido, lo cierto es que el novedoso "Toylet" es cada vez mas frecuente en bares y restaurantes japoneses.

Machida explica el funcionamiento del juego de manera sencilla. Un sensor ubicado en el centro del mingitorio mide rápidamente la velocidad y potencia del chorro de orín. En base a esa información, despliega luego en un monitor ubicado más arriba, uno de los cinco sencillos juegos con los que cuenta su menú. A partir de ese momento, el usuario deberá utilizar su orina como josystick para jugar.

"Al principio, pensamos que sería realmente sólo para jóvenes a los que les gustan este tipo de juegos. ... Sin embargo, estamos viendo que mucha gente está disfrutando jugando, independientemente de su edad", agrega Machida en declaraciones a la agencia noticiosa Reuters.

Cada unidad del juego cuesta 150.000 yenes (1.500 euros) y, aunque el plan original era evitar el mercado de masas, las pruebas en bares y restaurantes mostraron que podía alcanzar un mayor público.

De momento, no se sabe nada acerca de un modelo para damas.