Contenido creado por Valentina Temesio
Cultura

Etapa bisagra

Vicuña y su nuevo personaje que atraviesa la crisis de los 50: “Lo entiendo y compadezco”

El actor chileno estuvo en Montevideo, donde se rodó gran parte de la serie “El resto, bien”, y dio su opinión sobre el cine uruguayo.

23.10.2025 16:53

Lectura: 7'

2025-10-23T16:53:00-03:00
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Para darle vida a Ariel, un personaje con el que se “identifica”, Benjamín Vicuña cruzó por el Palacio Taranco, por el Teatro Solís y por los “zarpadísimos” pabellones del Casmu. Montevideo, que se posiciona como polo audiovisual en la región, fue la ciudad donde transcurre gran parte de la serie El resto, bien —en la que también actúan Rita Cortese, Violeta Urtizberea, Jorge Bolani, Andrea FrigerioAlejandro Awada y Marina Bellati, y dirigieron Daniel Hendler y Daniel Burman.

La comedia dramática cuenta la historia de un hombre en plena crisis de los 50 y su peripecia por transitarla. En diálogo con Montevideo Portal, Vicuña dijo que la vida de Ariel tiene semejanzas con la suya, como la vida con hijos y dos exmujeres, que puede “entender” y “compadecer”.

El resto, bien, serie original de Flowcoproducida por Cimarrón Oficina The Mediapro Studio, tuvo su base en Uruguay y también filmó escenas en Paraguay y Argentina. Antes de su estreno, el actor chileno contó las particularidades del rodaje en Montevideo y cómo ve el posicionamiento del cine uruguayo en la región.

A lo largo de tu camino actoral tuviste muchos personajes distintos, ¿qué te atrapó puntualmente de Ariel?

Me parece que es un personaje fascinante, con un mundo interior y exterior que es extraordinario, que interpela también mi edad, mi vida, mi biografía, mi historia. Me siento profundamente identificado con este personaje y la situación que está atravesando. Todo eso fue suficiente para sumarme a este proyecto.

¿Qué rasgos similares dirías que encontrás entre vos y Ariel?

Parte de la base de un tipo —esto es anecdótico, pero no deja de ser una descripción del personaje— que tiene cinco hijos, dos exmujeres, una vida sobrecargada de responsabilidades como cualquier tipo que enfrenta una vida de adulto. No es más ni menos que cualquier persona que camina por la calle, pero que esos pequeños dramas y conflictos pasan a ser un gran peso en su vida, un momento bisagra: cumple 50 años; literalmente el peso de la vida, del cuerpo, de la existencia de su familia, de sus dos padres que quieren venir a vivir a su casa, de sus dos gatos que están a punto de ser castrados, de estos cinco hijos con diferentes edades y diferentes madres, con un trabajo que lo compromete, pero que también es una especie de prisión, es una cárcel de privilegio, porque es un éxito hace más de veinte años. Son cosas que hacen que, y aunque obviamente guardo las diferencias, no deje de ser un personaje que puedo entender y compadezco, y, a la vez, también puedo disfrutar de lo mismo que él disfruta.

Es una persona que está en crisis. ¿Cómo hacés para construir ese mundo interior?

Al borde del ataque de nervios y del colapso, es un equilibrista que va ahí, en la cuerda floja, tratando de sostener todo eso y más. Lo construyo desde la empatía, desde defender cada gesto y comprender cada decisión de la que él se hace responsable. Lo hago poniendo el cuerpo; Es una serie muy de cuerpo, de ruido; estuvimos en una cotidianidad rodeado de estímulos y de amenazas.

Lo hago un poco siendo testigo de todo esto que está pasando, y las mismas situaciones tienen mucho humor. Son extraordinarias, pero a la vez supercomunes. Son del día a día, pero están un poco corridas, y eso hace que sea una serie sumamente original, potente en el lenguaje audiovisual y también en la mirada. Creo que es una serie que, si bien es una comedia, pretende también incomodar, generar reflexión, debate sobre cuáles son los mandatos. Porque creo que en algún momento tuvimos la suerte, por un tema de los tiempos, de hablar sobre otras cosas; y creo que este asunto de poder hablar de, en este caso, de la andropausia o de un tipo de 50 años con estos conflictos, también merecía una serie. Merecemos también poder contar una historia de estas características. Y si bien todos entendemos que hay otros conflictos que son gigantescos, estos conflictos diarios y cotidianos nos dejan ser también muy grandes y profundos.

Quizá atraviesan a la mayoría de las personas, tanto hombres como mujeres, ¿no?

Absolutamente, por eso es sumamente empática la serie y es un reflejo de cómo hoy está la sociedad, cómo se compone la familia y cómo es un rock and roll permanente el seguir vivo.

La crisis de los 50 es un concepto que viene de la psicología. ¿Consultaste con expertos o lo forjaste desde tu propia experiencia?

Yo voy a cumplir ahora 47. Pero he sido testigo de cada crisis, que es una sucesión de crisis a partir de los 20 en adelante, por lo menos creo que cada ciclo. En este caso sí, se investiga, está en la serie, se habla de cómo a los 50 años hay un tema que tiene que ver con el cuerpo, los músculos, la andropausia, el tema hormonal, la testosterona, las crisis existenciales. También este momento bisagra: sos responsable de tus hijos y a la vez también responsable de tus padres, que empiezan a ser hijos. Es un momento también como muy difícil de la adultez, ¿no?

Los que nos empezamos a acercar a ese estadio de la vida, nos damos cuenta de que es como que no terminaste de entender a tus padres y tenés que empezar a entender a tus hijos, y vos no tenés ningún lugar ahí. No hay un protagonismo, no hay un momento. Por ejemplo, en la adolescencia sos vos, tus problemas y tus dolores. En esta etapa, es un personaje que no tiene un minuto. Se encierra en el baño para poder estar tranquilo y para poder reflexionar o pensar un minuto en su vida o en lo que le queda de vida, pues ya casi todo está para los otros, por los otros.

¿Cómo fue la experiencia de rodar en Montevideo?

En Montevideo tuvimos el gran proceso creativo y el rodaje. Me parece que es un lugar increíble; más allá de lo que a mí me gusta este país y la gente, hay un músculo audiovisual muy potente. Se están haciendo cosas increíbles. Se está transformando en un polo audiovisual potente para la región americana, entendiendo que no solo por sus líderes, sus directores, sus técnicos, sino que también por políticas que ayudan muchísimo.

En el día a día, es un trato amable, hay un respeto y un cariño en la gente también para trabajar. Es fácil. Hay muy buenas locaciones, muy buenos lugares y el cine necesita, de alguna manera, de ciertas concesiones para poder retratar. Hemos tenido unas locaciones realmente impresionantes que son también, seguramente, por convenios y situaciones en donde le están dando lugar al cine y al audiovisual, que la verdad que es maravilloso y es muy emocionante que se le dé ese lugar acá en Uruguay.

¿Qué esperás que esta esta serie genere en los espectadores?

Me gustaría llegar a los corazones. Me gusta Silvio Rodríguez, pero me gustaría llegar a la mayor cantidad de personas posible. Hoy en día se puede con contenidos que uno hace entre cuatro paredes o con grupos acotados, y luego uno ve la explosión que tienen. Ojalá que se pueda disfrutar, que también sirva como un espejo social de ver dónde estamos parados, cómo estamos.