Una caperucita a la que el lobo no acecha en el bosque, sino en casa

Charles Perrault fue el primero que registró la historia de Caperucita Roja y la incluyó en un volumen de cuentos para niños. Se destacaba por ser, más que un cuento, una leyenda bastante cruel, destinada a prevenir a las niñas de encuentros con desconocidos.

El autor suprimió los elementos más perturbadores de las versiones originales, como el lance en que el lobo, ya disfrazado de abuela, invita a la niña a consumir carne y sangre, pertenecientes a la anciana a la que acaba de descuartizar, y a la que posteriormente obliga a acostarse con él desnuda tras hacerle quemar toda su ropa. Al igual que en el resto de sus cuentos, quiso dar una lección moral a los jóvenes , previniéndoles de relacionarse con desconocidos, y añadiendo una moraleja explícita.

Al contrario que en la versión de los hermanos Grimm, la de Perrault no tiene final feliz.

Pero más allá de tener o no un final feliz, la moraleja de este cuento continúa siendo la misma; y se sigue transmitiendo a nuestros niños sin hacer una valoración de la vigencia de aquella enseñanza que intenta prevenir a los niños (Caperucita) del peligro que acecha fuera del hogar, consideran los creadores de esta nueva versión teatral.

En Uruguay, y en gran parte del mundo, las estadísticas muestran que la mayoría de los abusos cometidos hacia los niños y niñas, se perpetran dentro de su círculo más cercano de conocidos, y de su propia familia: el abuso infantil está presente en nuestra sociedad, amparado en el silencio.

Por ello, la intención de esta nueva puesta en escena es cuestionar la moraleja del cuento, y plantear una interrogante fundamental ¿Y si el lobo no está fuera, en el bosque, sino en casa?

La idea de esta revisitación del célebre relato es hacer visible, a través de un caso real de abuso sexual infantil, los peligros en los que la desinformación y el silencio ponen a los más pequeños.

La obra va los viernes a las 21.30 en el teatro Stella D'Italia.