Contenido creado por Lorena Zeballos
Entrevistas

Para todos

Trabajando por la inclusión desde la Comunidad Israelita del Uruguay

Geradine Muñoz, directora de Jalomí en Uruguay, habla sobre la fundación, sus integrantes y desafíos por delante. Por Ana Jerozolimski.

18.12.2021 11:45

Lectura: 17'

2021-12-18T11:45:00-03:00
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“Jalomí”, que en hebreo significa “Mi sueño”, es lo que antes se llamaba Área de Discapacidad de la Kehilá, la Comunidad Israelita del Uruguay. Simbólicamente, su primera directora fue la lamentablemente ya fallecida Psic. Becky Sabah, que debía movilizarse en silla de ruedas y podía mover únicamente el cuello, a causa de la poliomelitis que había sufrido de niña. Casi de más está decir que fue elegida para el cargo no por su discapacidad física sino por su título y capacidad profesional, pero su propia condición le ayudaba indudablemente a comprender en forma cabal el desafío diario con que lidiaban los usuarios de este espacio comunitario singular, ejemplo a nivel nacional.

Junto a ella, al fundarse lo que hoy es “Jalomí”, un marco clarísimo de inclusión, estuvo desde muy temprano Geradine Muñoz, nacida en Chile y llegada a Uruguay desde Buenos Aires-donde estudió- en el 2011. Desde hace 6 años es la Directora del área, contando con estudios especializados en distintas materias imprescindibles en este trabajo.

Para hablar de lo que hace Jalomí, quiénes son sus usuarios y cuáles son los desafíos de por medio, nos contactamos con Geraldine .

Pero antes, una tarjeta de presentación sobre “Jalomí”.

¿Qué es Jalomí?

La Fundación Kehilá, Jalomí, es una Fundación que integra cuatro programas de inclusión, rehabilitación e intervención psicosocial de personas con diferentes tipos y grados de discapacidad, desde motriz a psiquiátrica. Hay unos 50 usuarios fijos, de entre 17 y 70 años .

Este marco atiende usuarios de forma continua, además de consultas externas a familias que requieran asesoramiento. El departamento cuenta con casi 20 personas trabajando entre técnicos, docentes y asistentes, y un staff de

voluntarios en diferentes áreas de apoyo. Entre los profesionales hay psicólogos, terapeutas ocupacionales, educadores y docentes.

Los cuatro programas de inclusión son:

- Dos talleres laborales protegidos, Avodatí y Taím

- El grupo Or, emblemático por cierto, fundador de este camino de inclusión, dedicado a la vivencia de tradición judaica.

- El programa de expresión Calanit que desarrolla habilidades expresivas a través del teatro y la música.

Geraldine Muñoz, la Directora, destaca: “Abarcamos todos los ciclos de la vida, pues somos la única fundación judía en Uruguay dedicada de manera especial a esta población”.

En carne propia

P: Geraldine, hace poco se señaló en el mundo todo el Día Internacional de Personas con Discapacidad. Me imagino que tú y los profesionales y voluntarios que acompañan y ayudan a los usuarios, veían la fecha de una forma y ellos mismos de otra por el simple hecho que estimo que nadie puede estar realmente en su lugar. ¿Estoy en lo cierto?

R: Sí, nadie puede comprender del todo lo que es vivir con una discapacidad, y vivir en sociedades que aún no han logrado la accesibilidad universal que es un desafío, y cuando hablo de accesibilidad me refiero a todos los ámbitos, incluso el poder acceder económicamente a los tipos de apoyo que se necesitan, vivir con discapacidad requiere apoyos de todo tipo para que la persona pueda vivir con plenitud, apoyos que no siempre están porque no se puede acceder o simplemente porque se desconocen si no estás integrado en un lugar especializado. Cada persona y cada diagnóstico es un mundo. Siempre decimos con los técnicos que cuando llegan personas nuevas a nuestros programas, después de conocerlos e integrarlos nos demoramos unos meses para reconocer realmente dónde están las dificultades producto del propio diagnóstico y dónde producto de la no estimulación adecuada o la sobreprotección, que es entendible ante un mundo que aún tiene dificultades para vivir con personas con diversidad funcional. El convivir a diario con estas realidades, el oír las historias de cada familia y su propia lucha, nos acerca a

comprender más de fondo y nos sensibiliza de una manera significativa lo que nos hace acercarnos más a “su propio sentir”.

¿Qué hacen en Jalomí?

P: Geraldine ¿en qué consiste vuestro esfuerzo, vuestro trabajo con los usuarios de Jalomí? Está claro que nadie va dejar de tener la limitación por la cual se halla en este grupo. ¿Qué se puede hacer entonces para apoyarlos?

R: Primero darles un espacio de integración significativo. La exclusión de las personas con discapacidad es histórica pues se creía que las mismas no podían aportar desde sus capacidades sino cuidarlas desde la óptica de la “enfermedad”. Hoy hablamos del modelo social. La discapacidad es una situación permanente y prolongada en el tiempo, por ello si bajamos las barreras discapacitantes del entorno podemos darles la posibilidad que desarrollen lo mejor de sí más allá de la disfunción física que presente cada persona. En la fundación trabajamos con una metodología que se sustenta justamente en un sistema de apoyos con un modelo centrado en la persona, entonces diagnosticamos cuáles son esos apoyos necesarios según el tipo de discapacidad y con la persona y la familia trabajamos en generarlos para que la persona logre así su mayor posibilidad, respetando la meta de cada cual. Los programas que tenemos justamente son parte elemental del sistema de apoyos, pues aportan la estructura necesaria, el cenit desde donde se genera todo lo demás.

Clave: la identidad judía

P: En el caso de un programa comunitario como Jalomí ¿estoy en lo cierto si estimo que el darles un marco de referencia, un sentimiento de pertenencia al colectivo del pueblo judío en cuyo seno nacieron, es quizás lo central?

R: Así es. El programa está en el corazón de la vida judía, dentro de la Kehilá. Por ello no sólo que es eje la vida judía sino que además nuestro contenido está totalmente relacionado a parte esencial de la cultura, por una parte tenemos al taller de trabajo Avodatí que desarrolla productos artesanales

maravillosos para todas las fiestas del calendario judío, también para Bat y Bar Mitzvot (o sea los cumpleaños de 13 para varones y de 12 para niñas, que se consideran símbolo de comienzo de la responsabilidad) y souvenirs para diferentes actividades de la vida judía. Tenemos al taller de trabajo Taim que elabora comida Kosher (según el rito judío) día a día durante todo el año, semanalmente elaboramos además más de cien jalot (el pan trenzado que se come los viernes de noche, al comienzar el Shabat, el día sagrado de descanso) que llegan a mesas de familias de toda la comunidad para Shabat. Tenemos al grupo Or, que es justamente un programa dedicado a vivenciar la tradición judía desde la experiencia. Con todo esto quiero decir que el hilo conductor de nuestra actividad está estrechamente relacionado a la pertenencia del colectivo judío, y eso hace a estos programas únicos pues les da a muchas personas el marco comunitario que necesitan para dar de sí todo lo mejor.

P: Pero hay también gente no judía ¿verdad? ¿Cómo se maniobra con ello?

R: Sí, creemos absolutamente en la inclusión. Trabajamos en post de aceptar la diversidad que somos todos. Es nuestra meta, es nuestra misión. Es en este sentido que creemos fundamental que además de que nuestros usuarios estén involucrados en la vida judía y comunitaria, puedan también ser parte significativa de la sociedad uruguaya en su conjunto. Es en este camino que buscamos la coherencia, así que atendemos a un 10 % de personas no judías. Que además vivencian la cultura y aprenden. Todo esto nos da una riqueza en el intercambio, pues tenemos familias no judías muy agradecidas por el apoyo que les ha dado la comunidad. Por otro lado y desde mi propio marco conceptual asesoramos y damos orientación a quien nos llame solicitando la misma, más allá de que pertenezca o no a la comunidad, creemos esencial asesorar si se necesita dada nuestra experiencia. Sin embargo y respetando nuestros orígenes es un programa creado desde la comunidad para usuarios de la comunidad en su mayoría, por ello es nuestro eje atender a personas judías.

P: De lo que tú has aprendido todos estos años ¿te parece que hay algo en los valores judíos que ayuda a lidiar con este gran desafío?

R:Así es, yo misma he incorporado en mí, valores maravillosos que se comparten a nivel comunitario. Todos estos valores se ven reflejados a través de la solidaridad que tenemos frente a las personas que más lo necesitan.

P: ¿Qué has aprendido sobre el Judaísmo y sus valores a través de tu trabajo con la Kehilá en el seno de la colectividad judía uruguaya?

R: La relevancia de la tradición, de la raíz , la concepción de mitzva..

P: Que, recordemos, significa “precepto”, pero va más allá de ello. Hacer una mitzva significa realizar una buena acción, casi como concretar en la práctica un mandato moral de actuar bien con el prójimo.

R: Así es. He recibido adolescentes que vienen a entregar lo que han juntado en un año para hacer mitzva y me llega muy profundo. También aprendí el tenor simbólico en cada jag, o sea de cada fiesta en el calendario judío, a darle esa profundidad a cada vivencia. Y la fuerza del trabajo en equipo en pos de objetivos comunes. La solidaridad con el otro, la respuesta comunitaria a las necesidades del grupo.

P: Qué hermosa descripción Geraldine…

R: Gracias Ana. Así lo veo sin duda.

El desafío de discapacidades variadas

P: De lo que yo conozco personalmente, hay diferencias muy grandes en la capacidad de desempeño entre los distintos miembros de Jalomí. ¿Cómo se maniobra con eso?

R:A través de la complementariedad de capacidades. Es decir adonde a uno le cuesta más al otro menos, ahí hacemos equipos. El trabajo en conjunto a nivel grupal nos permite justamente aminorar esas diferencias.- Es complejo, sí. Somos de los pocos lugares que atiende tanta diversidad lo que nos conlleva con el equipo técnico un pienso significativo en cuanto al acompañamiento de cada quien y sus necesidades y el objetivo grupal.- Tengo la suerte de trabajar

con un staff muy bien formado, con experiencia y sobre todo vocación. Esta conjunción ayuda muchísimo a la consecución de los objetivos. Semana a semana ideamos el acompañamiento. El marco teórico que manejamos basado en el conocimiento de las inteligencias múltiples también nos aporta bastante en cuando a bajar a la práctica dinámicas para trabajar con alguien con discapacidad intelectual severa y alguien con esquizofrenia por dar ejemplos. Lo importante es que se puede, el tiempo y nuestros frutos nos respaldan en esta convicción.

La marcha continúa

P: Me animo a suponer que son muchos los desafíos en el camino. ¿Cuáles son los más complejos?

R: Los desafíos son complejos en el día a día, como te decía anteriormente para trabajar con toda la diversidad de personas que atendemos nos conlleva un pienso muy profundo a diario. Una mirada siempre dinámica y estructurada en los marcos de referencias que hemos construido a través de nuestra experiencia con el equipo profesional. La complejidad hoy está en dar otras respuestas que aún se necesitan, que aún por recursos, no hemos podido resolver. Crecer y abrir otros espacios, dar respuestas a otras necesidades en el marco de apoyos que te comentaba hace un rato, abarcar todos los ciclos de la vida. Mi sueño por ejemplo es dar respuesta alguna vez al tema de la vivienda para personas con discapacidad, fundar un hogar. Las familias sufren cuando los padres se hacen mayores y deben pensar en el futuro de sus hijos, hijos que necesitan un espacio protegido para vivir. La Kehilá hoy hace un gran esfuerzo en cuanto a los recursos para mantener lo que tenemos hoy. Por ello se nos presenta el desafío de conseguir fondos continuos en el tiempo que nos permitan ser responsables a la hora de sostener nuevos programas, porque no es sólo el impulso, es el sostén en el tiempo.

P: ¿Para los miembros del grupo , qué dirías es más difícil, lidiar con sus propias limitaciones o con los prejuicios sociales que sin duda existen también en Uruguay y también en la colectividad judía, como en todos lados?

R: Diría que con ambos, los factores discapacitantes del entorno hacen aún más difícil lo que ya es difícil, vivir con una dificultad funcional. El tener sociedades que aún no han logrado la inclusión significativa. La falta de recursos gubernamentales para crear programas integrales de apoyo necesarios. Los prejuicios que tienen las personas por no siempre educarse en escuelas o liceos con mirada inclusiva, eso no nos permite conocer y aceptar la diferencia. Así que el desafío es amplio.

¿Y a nivel nacional?

P: ¿Cómo evalúas la visión uruguaya del tema de la discapacidad? Es que recordemos que una cosa es la legislación y otra es la actitud de la sociedad, que se manifiesta inclusive en la accesibilidad.

R: El pueblo uruguayo es solidario, intenta ayudar cuando puede. Sin embargo nos falta un gran marco de apoyo estructural, tenemos pocos recursos materiales que son importantísimos a la hora de actuar. Podemos tener competencias de todo tipo, conocimiento del cómo llevar a cabo los proyectos, pero la discapacidad necesita muchos recursos, desde el acceso físico, hasta los programas que sensibilizan con el trato adecuado, el acompañamiento terapéutico, el marco legal, el marco teórico, las leyes de cuotas, etc. Todo ello se hace a través de los recursos económicos destinados a la política social de inclusión. Creo además que siempre estará más sensibilizada la gente que ha vivido de cerca el convivir con alguien con discapacidad, que quien nunca tuvo vinculo. Por años di charlas en diferentes lugares, o también acompañé inclusiones en empresas, y veía claramente la apertura en quienes estaban sensibilizados, ya que eran siempre las personas que abrían la puerta de par en par, porque comprendían. Es fundamental que trabajemos en pos de esa sociedad, una sociedad que abra las puertas a todas las personas sin excepción. Todas las personas pueden aportar de manera significativa si tienen un contexto que se los permita y los apoyos adecuados.

Una mirada personal

P: ¿Se aprecia más la propia vida cuando se trabaja con gente que lidia todos los días con un desafío especial que no puede resolver?

R: Se valora, se agradece. Aprendí mucho desde que trabajo en este ámbito, me formé para justamente estar al frente de programas, desde muy temprano en mis primeros años de Universidad ya veía hacia dónde iba a dirigir mi ejercicio profesional, quería trabajar en este ámbito, quería dirigir organizaciones que trabajen con esta población. Sin embargo cuando pasas a la práctica, lo que vives es inmensamente superior a todo lo que pudiste imaginar, te encuentras con realidades complejas y a veces dolorosas. Recuerdo hace años, salíamos con Becky (Z¨L) a dar charlas de sensibilización, a veces nos quedaba algo lejos el lugar, me hacía consciente que si yo debía estar preparándome a las 7 am ella debía hacerlo una hora antes o dos horas antes para llegar al mismo lugar a la misma hora, eso es un ejemplo básico y concreto de lo que empiezas a percibir. Lo mismo con mis usuarios, lo que a ti o a mi nos demora menos, a ellos les lleva mucho más tiempo. Cambiar estructuras para nosotras puede ser sencillo, para ellos es la representación de su seguridad y conlleva mucho trabajo previo al movimiento. Sin duda, quienes nos hemos sensibilizado así nos lleva a apreciar las pequeñas grandes cosas. Corolario es un camino que nos humaniza muchísimo a través del desarrollo de la necesaria empatía.

P: Geraldine, estoy segura que debe haber miles de situaciones que simbolizan todo lo que vive la gente con discapacidad. Cosas de todos los días. ¿Se te ocurren ejemplos de cosas que has visto, que has vivido, que vale la pena contar?

R: Estimada Ana, son tantas vivencias en el transcurso del tiempo, que tendría que escribir un libro para ir dejando memoria. Pero bueno, este jueves de noche, por ejemplo, la Kehilá ponía la piedra fundamental de su nueva sede, un momento muy especial. Dos usuarios fueron invitados a encender dentro de la ceremonia, una vela de Janucá, la fiesta judía que se celebró hace muy poco. Ambos bajaron del encendido emocionados hasta las lágrimas, para ellos era muy significativo el sólo hecho de poder subir a ser parte de ese momento. Tanto así que sobre medianoche uno me seguía escribiendo, hablándome de lo que sintió. Eso es lo que puede simbolizar el hecho de ser aceptados y ser parte.

P: Qué emotivo…

R: Así es. Otra vivencia muy cercana es sobre la última persona integrada este año, una persona joven que llevaba años encerrada en un apartamento con depresión. Excluida por no saber cómo ni adónde apoyarse para salir adelante con un diagnóstico psiquiátrico, el qué hacer, ni adónde ir, eso discapacita. Pudo a través del psicólogo tratante, que conocía este lugar, pedir una entrevista en la Kehilá, a la cual vino. Actualmente lleva tres meses trabajando en Avodatí y después de años siente una oportunidad y ha sostenido, que en estos casos es muy importante. Hemos descubierto además que tiene talentos en cuanto a técnicas manuales así que ya asignamos a otra usuaria que la capacite en la técnica que manejaba sólo ella, se han hecho amigas y ahora ella tiene un marco de sostén y apoyo que sin duda será clave para llevar una vida mejor.

P: Hermoso…

R: Y así día a día, actualmente estamos apoyando a alguien que perdió su madre, y quedó solo en una casa, estamos actuando a través de organizar el espacio para que se pueda sostener sin el principal apoyo, pues no está en edad de pasar a un hogar ni tampoco sería lo mejor, poniendo un sistema de apoyos adecuados sabemos que podrá estar bien, nos implica monitoreo, fortaleza y capacidad de responder con lo que podemos y tenemos. Pero cada acto que hacemos a ellos les resuena de manera inmensa, pues los cuida, los acompaña.

P: ¿Algo que quieras agregar, que yo no te haya sabido preguntar?

R: Agradecer tu puerta, esta que abres siempre para mostrar un poco de lo que hacemos aquí día a día, de enero a diciembre, año a año. Esto es muy significativo para que las personas conozcan un poco más y sepan de qué se trata este espacio que dignifica a las personas que aquí asisten, dándoles un espacio de pertenencia muy importante. Así se construye, así poniendo un ladrillo más a esta gran construcción que hacemos todos, yo desde mi ejercicio profesional en cuanto a cuidar, hacer crecer y sostener esta fundación, tú desde la ecualización de éste hacer y de esta gran meta que nos incluye a

todos a través de tu entrevista y acompañamiento siempre, la Kehilá desde ser la casa que nos sostiene, los funcionarios de este lugar en su vocación y compromiso, los voluntarios desde su apoyo, y cada persona que conoce y comparte nuestro hacer desde el reconocimiento.- Así somos todos constructores de este gran desafío.

Así que muchas, muchas gracias.

P: Gracias a ti Geraldine por todo esto. Por lo que hacen, y por emocionarnos con tu relato. Les deseo que sigan trabajando con éxito, tocando almas y corazones.

R: Amén.