Contenido creado por Ignacio Palumbo
Celebridades

Padre en la ficción y la realidad

Sbaraglia: "Las elecciones que uno toma tienen que ver con los cambios que esté haciendo"

El actor explicó cómo su última película, ‘Hoy se arregla el mundo’, lo "interpela" y "moviliza" en su paternidad.

08.01.2022 12:13

Lectura: 6'

2022-01-08T12:13:00-03:00
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Por Ignacio Palumbo

En Hoy se arregla el mundo, el personaje de Leonardo Sbaraglia, David “Griego” Samarás, es un soltero empedernido que jamás pudo entablar un vínculo duradero.

Lo más parecido que tiene a una relación es Silvina, interpretada por Natalia Oreiro, con quien tuvo un hijo: Benito (Benjamín Otero), de 9 años. El Griego no es el mejor padre del mundo, sino que se relaciona con su primogénito más bien por obligación que por afecto; sin embargo, cuando Silvina le confiesa que en realidad no es suyo, David y Benito emprenden una búsqueda para encontrar al verdadero padre del niño.

Esta película, filmada justo antes de que la pandemia azotase, se estrenará este jueves 13 de enero en cines nacionales. Montevideo Portal conversó con Sbaraglia por su papel en el largometraje, cómo fue trabajar con un chico en la filmación y más.

—¿Cómo fue grabar esta película?

—Fue muy placentera la experiencia. Con Wino (Ariel Winograd, el director) no habíamos trabajado nunca; habíamos hecho una publicidad para Peugeot unos años antes pero siempre habíamos tenido muchas ganas de hacer cosas juntos. Se dio, trabajamos juntos muy bien.

Fue una experiencia muy lúdica, muy de disfrute... Este tipo de películas no son de las que cuestan, sino que fue todo como muy fácil.

Quizá lo más engorroso es el hecho de trabajar con un chiquilín; tiene muchas ganas y mucha predisposición para trabajar, pero bueno, no es un actor todavía. Pero no lo digo peyorativamente, al contrario, creo que ese chico puede llegar a ser un gran actor, pero digo, es un chico, es un nene mucho antes que cualquier cosa y uno no le pide otra cosa. Uno no le pide a un actor niño que sea actor; uno se adapta a esa situación no profesional.

Esa fue la única cuestión que fue un poco más incómoda de lo habitual. Aun así, fue placentero, primero porque el chico tiene talento y además eso, tenía la mejor predisposición. Es una película muy festiva, muy linda, muy tierna y la verdad que la pasamos bien.

—¿Qué te atrajo de esta película al momento de decidirte por hacerla?

—Hacía muchos años queríamos laburar con Ariel. Él me había llamado ya para varias pelis y yo nunca había podido coincidir, o por cuestiones de tiempo o porque estaba con otra cosa, pero siempre me interesaba trabajar con él. De hecho, tenemos otro proyecto para hacer otra película juntos el año que viene, quizás en abril ya la estemos filmando que es un guion buenísimo también…

A mí me gustó mucho el guion; me pareció muy tierno, gracioso y además me seducía la idea de trabajar en un género al cual no estoy muy acostumbrado. Prácticamente no he trabajado en películas que pueda ver mi hija: ella vio solamente Relatos salvajes y No te olvides de mí, después no vio más. Pensá que ella creció prácticamente conmigo haciendo cine y no pudo ver nada, entonces siempre me entusiasmó la idea de poder compartir con ella.

También me gustó el compartir una película para todo público, porque es la primera vez y al mismo tiempo me pareció una película para todo público no boba, porque en general son así.

La película te puede dejar cierta enseñanza también, en el sentido de que es una historia de un tipo que aprende. Todos los personajes crecen, sobre todo El Griego, es un tipo que hace un cambio a lo largo de la película y a mí me gusta siempre hablar de gente que cambia, que puede cambiar, que puede funcionar, que puede aprender. Creo mucho en eso como persona y contar un personaje así también me entusiasma.

—¿Te cambió algo en lo personal esta película?

—No. En lo personal los cambios que uno hace los hace a lo largo de muchos años.

Una película te puede aportar un hermoso entorno, nuevos amigos y también sí la posibilidad de reflexionar. Pensá que las elecciones que uno toma también tienen que ver con algo de la vida de uno o con los propios cambios que uno esté haciendo en la vida. No es casual que cuando me estaba separando de la mamá de mi hija elegí hacer En terapia (serie, 2012-2013), El campo (2012), Aire libre (2014) y alguna más, todas sobre gente que se estaba separando. Porque uno busca estar en contacto con el tema que lo identifica o que lo conmueve en ese momento.

Ese año, que fue casi el final de la otra etapa de nuestras vidas que fue marzo de 2020, yo había hecho dos películas que hablaban de la paternidad y que reflexionaban sobre el tema y sí, te aporta a tu vida eso. Te hace movilizarte, te interpela.

—La describiste como una película lúdica, divertida… ¿Qué escena te gustó más grabar?

—Creo que todas las escenas del final me parecieron muy hermosas. No puedo decir mucho porque estaría espoileando, pero esas escenas con el chiquilín en la fiesta, donde nos terminamos de encontrar y cumplir el objetivo… Me parecieron muy hermosas porque los dos personajes saben que están llegando a un final y les toca ese momento que me pareció muy conmovedor.

Después también hay escenas en las cuales nos hemos muerto de risa. Las que hicimos con Gerardo Romano (que interpreta a Juan Cruz Bordenave, uno de los posibles padres de Benito), no sé por qué, porque la escena en sí tampoco es tan graciosa, pero ese día estábamos re tentados de risa. Re tentados. Nos hemos divertido mucho.

Creo que es una película que va a ser mucho más disfrutable en condiciones que se tiene que ver. Es decir, es una peli para disfrutar en familia, en el cine, que tiene ese contexto; creo que es una película que respira y funciona muy bien.

Por Ignacio Palumbo