Rusia: debían un dineral de luz y quisieron culpar al gato. Incluso ante un juez

Una compañía eléctrica de la región rusa de Barnaul demandó a una familia por una deuda de 80.000 rublos (cerca de 40.000 pesos). En su defensa, los acusados no dudaron en trasladar toda la responsabilidad hacia un individuo inimputable: el gato de la casa.

Delante del juez, sostuvieron que no habían consumido la electricidad que pretendían cobrarles, sino que el malvado gato había intervenido el medido, haciendo que registrara un gasto por encima de lo real.

Ante la mirada asombrada del juez y del resto de los miembros de la corte, explicaron que el animal solía usar la caja del medidor como escalón para alcanzar el tejado, y que ellos intentaron -sin éxito- trasladar el aparato a otra pared, para evitar que el animal lo dañara.

Relato adelante, los miembros de la familia dijeron que las andanzas del gato acabaron por romper los precintos de alambre del contador, y que el animal se las ingenió de algún modo para descomponerlo, siendo ese el origen una facturación más elevada.

Sin embargo, toda esa argumentación no resistió la opinión experta de Sergey Platonyuk, un experimentado electricista convocado por los abogados de la compañía de suministro eléctrico.

El profesional explicó que los alambres del precinto son muy sólidos, y que incluso los empleados de la compañía o los electricistas particulares como él deben recurrir a pinzas de corte para abrirlo. Y aún con esa herramienta deben imprimir considerable fuerza.

Según crónica publicada por el medio local BGES, el electricista afirmó de manera categórica que un gato no podría romper nunca los alambres con sus garras o dientes, ni siquiera colgándose con todo su peso.

El tribunal consideró convincentes los argumentos del profesional y dictaminó que la familia demandada deberá pagar los 80.000 rublos adeudados, más otros 2.500 por costas del juicio.