El ex primer ministro peruano Pedro Cateriano visitó Montevideo para presentar Biografía política de Mario Vargas Llosa (Planeta), un repaso a seis décadas de vida intelectual y política del Nobel. En diálogo con Montevideo Portal, Cateriano habló del tránsito ideológico del escritor, su incursión en la política peruana y su legado como defensor de la democracia en América Latina.
“Tuve la suerte y el honor de asistir a Estocolmo cuando recibió el Premio Nobel de Literatura, y años después a su ingreso en la Academia Francesa. Pero también viví derrotas duras, como cuando perdió la presidencia de la República en 1990, en un contexto trágico para el Perú”, recordó.
Del entusiasmo revolucionario a la ruptura con Cuba
Uno de los capítulos centrales de la biografía es el quiebre con la Revolución Cubana. “Era mucho más difícil en ese momento desvincularse de Cuba. La izquierda tenía un poder enorme en el establishment cultural y académico. Vargas Llosa pagó caro esa ruptura y fue víctima de una campaña de demolición”, explicó Cateriano.
Recordó, además, que la decepción se consolidó con el caso del poeta cubano Heberto Padilla: “Fue un episodio condenable, la dictadura lo sometió a una autoinculpación pública. Para Vargas Llosa fue inaceptable, porque la libertad es esencial para un creador. Ese hecho selló la ruptura definitiva”.
Según Cateriano, la honestidad intelectual del Nobel lo llevó a discrepar cuando muchos callaban: “Se atrevió a criticar a Fidel Castro cuando apoyó la invasión soviética a Checoslovaquia, y cuando ordenó encarcelar a los homosexuales en las UMAP. En ese contexto de culto a la personalidad, él publicó un artículo titulado ‘El socialismo y los tanques’. Eso fue un acto de enorme valentía”.
Política en carne propia
Cateriano militó junto a Vargas Llosa en el Movimiento Libertad y lo acompañó en la campaña presidencial de 1990. “Dejó su comodidad de escritor para liderar un cambio profundo en el Perú. Perdió electoralmente diciendo la verdad. Fujimori ganó mintiendo. Pero lo paradójico es que lo que permitió reconstruir la economía fueron los planteamientos que Vargas Llosa había expuesto en campaña”, subrayó.
Siempre condenó la dictadura como forma de gobierno, fuera de izquierda, de derecha, militar o civil.
Agregó que el Nobel sufrió presiones y operaciones políticas poco conocidas: “Durante la campaña fue víctima de interceptación telefónica ordenada por Alan García, que usó el aparato del Estado ilícitamente. También hubo intentos de pactos secretos para garantizar impunidad. Vargas Llosa los rechazó y advirtió ya entonces que la corrupción era un cáncer de nuestra democracia”.
Coherencia frente a las dictaduras
Para Cateriano, la coherencia de Vargas Llosa es el eje central de su biografía: “Siempre condenó la dictadura como forma de gobierno, fuera de izquierda, de derecha, militar o civil. Eso lo enfrentó al fujimorismo, al chavismo y a regímenes como el cubano o el nicaragüense. Nunca se calló, aun cuando estaba en minoría”.
Recordó, como ejemplo, la visita a Caracas: “No tenía necesidad de exponerse. Sin embargo, viajó en pleno auge de Chávez para mostrar solidaridad con la oposición democrática. Lo retuvieron en el aeropuerto, lo atacaron desde la maquinaria mediática. Aun así, aceptó debatir con Chávez. Finalmente, el que corrió fue el propio Chávez, que canceló el debate”.
Afinidad con Uruguay
En su paso por Montevideo, Cateriano destacó la sintonía de Vargas Llosa con la tradición democrática local: “Siempre valoró el laicismo del Estado uruguayo y la madurez cívica de su democracia. Esa foto de los expresidentes viajando juntos refleja algo que en América Latina escasea: respeto a las formas democráticas”.
También subrayó la cercanía de varias de sus ideas con debates actuales en Uruguay: “Apoyó causas como la eutanasia, la despenalización de algunas drogas y la igualdad de género. Muchas de esas banderas han sido respaldadas por la sociedad uruguaya, mientras que en países más conservadores siguen siendo polémicas”.
Disciplina y vida personal
El libro también rescata un perfil íntimo del escritor. “Era un hombre de disciplina espartana. En la playa se bañaba un rato y luego se retiraba a leer. Esa rigurosidad explica por qué llegó a donde llegó”, contó Cateriano.
En tono más personal, recordó: “Le encantaba el lomito saltado y el chupe de camarones. A veces lo invitábamos con esa excusa, y aceptaba gustoso”.
Al cierre de la entrevista, Cateriano resumió lo que considera el aporte fundamental del Nobel: “Si algo distingue a Vargas Llosa es su defensa permanente de la cultura de la libertad, en contextos en los que muchas veces estaba en minoría. Ese es su legado para el Perú y para América Latina”.
El libro
Vargas Llosa, su otra gran pasión es la primera biografía política sobre Mario Vargas Llosa, premio nobel de literatura y uno de los intelectuales más influyentes del mundo contemporáneo.
Se trata de una minuciosa investigación que relata, de manera ágil y documentada, toda su acción política. Desde sus inicios como integrante de la célula comunista Cahuide en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pasando por su adhesión a la Revolución cubana y posterior rompimiento —por no ser el socialismo en libertad en el que creía—, su tránsito ideológico hacia el liberalismo, hasta la larga y dura campaña presidencial que encabezó en el Perú en la década de 1980 y que no ganó, pero cuyo discurso electoral se impuso posteriormente y, gracias a ello, el devenir económico de su patria mejoró radicalmente hasta la actualidad.
Este testimonio apasionado, narrado por un testigo de parte: Pedro Cateriano, amigo cercano y compañero de ruta política del novelista desde hace cuatro décadas, pasa revista, una a una, a las numerosas batallas libradas por el escritor contra dictaduras de todo signo, sus principales y más acaloradas polémicas y —obviamente— la ardorosa defensa de la cultura de la libertad como ciudadano del mundo librada hasta el día de hoy.