Juan Pablo Culasso tiene 36 años, es uruguayo y lleva una buena temporada radicado en Colombia, país donde —asegura— se le abrieron puertas que en Uruguay siempre permanecieron cerradas.

Invidente de nacimiento, en tierras cafeteras trabaja como asesor de turismo inclusivo, y contribuyó a diseñar estrategias para que personas no videntes o con discapacidades puedan viajar y disfrutar del mismo modo en que lo hacen quienes poseen los cinco sentidos y todas las habilidades motrices.

Aficionado desde la infancia a las aves, cuenta con un oído capaz de captar y diferenciar todos los matices de sus cantos, talento que le ha permitido convertirse en el primer observador de aves ciego del mundo. Desde ese rol ha grabado guías de fauna aviar en Argentina, Brasil, Paraguay, Colombia y Estados Unidos. Ahora, acaba de publicar un trabajo único: la primera guía sonora de aves del Uruguay hecha 100% con grabaciones registradas en nuestro país.

En diálogo con Montevideo Portal, Culasso cuenta que los registros fueron hechos a fines de la década pasada, cuando regresó transitoriamente a nuestro país y efectuó las grabaciones que plasmaron luego en el primer Mapa Sonoro Natural del Uruguay. Esa obra fue publicada en 2021, ocasión en la que también dialogamos con el autor.

“Cuando publiqué el Mapa Sonoro Natural del Uruguay ya estaba viviendo en Colombia, y después de la publicación empecé a tener montón de proyectos de turismo con inclusión”, cuenta Culasso. Esas ocupaciones le impidieron proseguir el trabajo con el material grabado en Uruguay. Sin embargo, a fines de año pasado, y de forma imprevista, llegó la ocasión.

“Tuve que hacer un parate por motivos personales, entonces retomé esto de preparar la publicación de la guía de aves, con el material que tenía de la campaña anterior”, refiere.

A ese respecto, el autor detalla que se trata de una tarea grata y también demandante, debido a la cantidad de material que se maneja y el trabajo que requiere su puesta a punto.

“Tenía todo grabado, pero estaba sin procesar”, algo que —explica— es frecuente en su profesión. Finalmente, en los últimos meses pudo hincarle el diente. “Lo edité y lo mastericé, buscando representar a todo el país con esas especies que había grabado en esa campaña, y en otras. Es una mezcla de todo el material que yo había recogido en Uruguay con mis grabadores profesionales”, cuenta.

Para lograr el resultado que acompaña esta nota, Juan Pablo debió escuchar y analizar “unos 300 o 400 tracks, sobre los que iba decidiendo cuáles iban y cuáles no”.

“No hay un futuro en Uruguay para las personas ciegas, no se piensa en nosotros, y la inclusión que se hace es de mentira”

En esa etapa del trabajo se conjugan la habilidad del oído entrenado con las destrezas en el manejo de las herramientas informáticas. “Uno tiene la oportunidad de jugar más con las cosas. Por ejemplo, la tapa del disco es el canto de la ratonera perdizada. La registré en dos grabaciones, en diferentes días aunque casi a la misma hora”. El resultado final es un track de algo más de cuatro minutos que aúna elementos de ambas tomas.

“Por eso digo que con las grabaciones de aves hay un poco más de flexibilidad que con el paisaje sonoro”, que es un registro más general y bruto. En contrapartida, en el trabajo con las aladas criaturas “hay unos procesos más quirúrgicos, más finos”.

Sobre esto, el autor ofrece un ejemplo “quizá un poco técnico”, según él mismo advierte.

“Estoy grabando un determinado pájaro y justo al lado empieza a cantar una paloma. Esa grabación en principio no podría usarse, porque ambos animales se escuchan fuerte, y eso confunde al oyente. Pero haciendo edición con los programas que yo manejo, se puede limpiar, filtrar o atenuar el sonido del pájaro que no querés que salga. Hay mucho de eso en el disco” y es algo que “ni siquiera se nota”, salvo para un oído entrenado y “que preste mucha atención”, afirma.

Gracias a esos métodos y herramientas, el joven uruguayo pudo grabar, verbigracia, “una especie muy interesante, la loica pampeana, que está en peligro de extinción y de la que en Uruguay hay poblaciones muy pequeñas. La grabé en una situación que ahora es muy normal en Uruguay, pero que antes no lo era: con el sonido de los molinos de viento como fondo. Ahí uno tiene que trabajar para ver cómo lo saca, qué hacer para que eso no se escuche tanto“, cuenta.

“No se conserva lo que no se conoce: Uruguay está en una situación muy crítica en lo que se refiere a la conservación y ya estamos pagando las consecuencias”

Además, y siempre en busca de obtener la mayor variedad posible de registros, Culasso hizo buen uso de sus recorridos por el territorio nacional.

“Aproveché para grabar pájaros en todos los sitios que visité para el Mapa Sonoro: grabé en el bosque de ombúes de Rocha, en Paso Centurión [Cerro Largo], y en el litoral del río Uruguay, en Paysandú. Son dos grabaciones en paralelo: primero salió el mapa sonoro y ahora Aves del Uruguay”, explica.

En buen criollo

“En todas las guías de aves que publiqué anteriormente, como las de Argentina, Colombia y Brasil, siempre usé muchos nombres en inglés y en latín. En este caso todos están en español, y con los nombres que se usan en Uruguay”, señala.

Esta nueva elección tiene como fin facilitar la tarea de educadores que “si quieren trabajar en ese material, pueden hacerlo de manera más fácil. En detrimento de un entendimiento global, preferí que se entienda más en Uruguay de qué se está hablando”, apunta.

Para el autor, el material publicado puede resultar de gran utilidad “para educadores” en general, y “para personas que están haciendo cursos de identificación de aves” en particular, y subraya que “es la primera vez que se publica algo así, una guía de aves del Uruguay con sonidos cien por ciento grabados en Uruguay”.

“Hoy podés encontrar muchas guías que tienen cantos de aves presentes en Uruguay, pero no son grabadas en el país”, puntualiza.

“Le estamos llamado forestación a plantar pinos y eucaliptos, que son especies exóticas que absorben el agua y destruyen el suelo de una manera brutal. Nos estamos matando nosotros mismos, y eso parece que no se entiende”

Esa condición vernácula es más que un mero detalle y no se trata de una cuestión de patriotismo ornitológico, si es que semejante cosa puede concebirse. Culasso explica que, al igual que sucede con las personas que hablan un mismo idioma en diferentes partes del mundo “las aves tienen sus diferencias de sonido y dialecto según la región; tienen acentos. Por eso me parece que es un valor agregado que las grabaciones sean hechas acá, en los pocos lugares que van quedando como áreas protegidas, y que lamentablemente son cada vez menos”.

A la hora de seleccionar el material, el autor tuvo que tomar algunas decisiones difíciles. Por ejemplo, resolvió dejar fuera un raro registro de canto de cardenal amarillo. “Es un ave que en Uruguay se encuentra en muy mal estado de conservación, y publicarlo hubiera sido un arma de doble filo”, ya que sería algo valioso como registro, pero “brindaría una herramienta a personas inescrupulosas”, afirma con desagrado.

“Es la única grabación hecha en Uruguay” y eso la hace perfecta para que cazadores ilegales la usen como reclamo para atraer al animal y atraparlo. “En mis conferencias sí muestro el canto del cardenal amarillo, pero consideré preferible no incluirlo en la guía”, dice.

Un poco a trasmano

Debido a la reducción y el deterioro de los paisajes naturales, grabar aves silvestres en nuestro país requiere hoy traslados más extensos que hace algunas décadas. Antaño bastaba alejarse un poco de los centros urbanos y ya se tenía al alcance del oído un menú sonoro que hoy solo se obtiene en las ya mencionadas y escasas zonas protegidas.

Ante esa dificultad, Culasso destaca y agradece la ayuda de aliados invaluables: los guardaparques y encargados de esas áreas, que ponen lo mejor de sí para proteger y compartir de modo sostenible esos recoletos parajes, a menudo con menos recursos de los necesarios.

“Ellos saben dónde están los pájaros y dónde cantan, y es gente que se engancha con la idea de colaborar con iniciativas como esta”, cuenta con gratitud. A ese respecto, destaca la ayuda que recibió del personal de Paso Centurión, donde hizo la mayor parte de las grabaciones, que “es uno de los pocos lugares salvajes que van quedando en Uruguay”.

Naturaleza muerta

Ya en la entrevista que le realizáramos en el año 2021, Culasso había manifestado su preocupación por el sostenido deterioro que experimentan los paisajes naturales en nuestro en país, y lamentó que el eslogan Uruguay Natural “es solamente un nombre”, que no refleja lo que sucede en el territorio.

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“Es la primera vez que se publica algo así, una guía de aves del Uruguay con sonidos cien por ciento grabados en Uruguay. Hoy podés encontrar muchas que tienen cantos de aves presentes en Uruguay, pero no son grabadas en el país”.

Desde entonces a ahora, entiende que la situación no se ha corregido y que, por el contrario, la deriva destructiva es más acentuada.

“Siento que en Uruguay no se hace mucho por conservar los bosques nativos, los bañados. Es una lástima que todo se esté deteriorando una manera tan fuerte”, lamenta.

“Le estamos llamado forestación a plantar pinos y eucaliptos, que son especies exóticas que absorben el agua y destruyen el suelo de una manera brutal. Nos estamos matando nosotros mismos, y eso parece que no se entiende”, enfatiza.

“No te imaginás cómo cambia a huella sonora del amanecer entre un bosque nativo y una plantación de árboles exóticos”, expresa el autor, y señala que incluso una persona no conocedora de la fauna silvestre reconocería la pobreza de una grabación comparada con la otra. Esto sucede porque “las aves son excelentes bioindicadores de la salud de un ecosistema” y, si bien “hay algunas que se adaptan a todos los entornos, hay que considerar la variedad por encima de la cantidad”.

“Es una falsa perspectiva decir que se foresta cuando en realidad se hace algo que es horroroso“, dice acerca de la silvicultura que hoy se practica en Uruguay con el fin de elaborar pasta de celulosa.

“Creo que se debería tener una estrategia mejor de conservación, porque es algo muy importante y no una cuestión de modas, ni cosa de ‘progres’ o de ‘jipis’, sino una cuestión de supervivencia pura y dura”, advierte.

Como botón de muestra, señala la pertinaz sequía ocurrida durante el último verano, situación en la que las consecuencias de la falta de precipitaciones se agravaron por el mal manejo de los recursos hídricos y el deterioro ambiental.

Además, y basándose en su propia experiencia en el extranjero, remarca el valor de contar con proyectos turísticos de naturaleza. “Hay muchos extranjeros que pagan buen dinero para ir a observar pájaros, para ir a un lugar natural interesante y quedarse, y es algo que Uruguay bien podría explotar”, recomienda.

Planes para el futuro

Juan Pablo aclara que su nuevo trabajo “no es un registro exhaustivo de todas aves del Uruguay” sino el de “algunas de ellas, en lugares buenos y bien conservados”.

“Uruguay tiene unas cuatrocientas especies [de aves] y en la guía se recoge cerca de un diez por ciento. Me encantaría hacer un volumen dos, un volumen tres, etcétera, hasta cubrir al menos un sesenta por ciento, pero para eso se necesita financiación”, recuerda, y cuenta que sus campañas anteriores se efectuaron con fondos aportados en su totalidad por privados.

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“Creo que se debería tener una estrategia mejor de conservación, porque es algo muy importante y no una cuestión de modas, ni cosa de ‘progres’ o de ‘jipis’, sino una cuestión de supervivencia pura y dura”

Y si obtener recursos puede resultar complicado en Uruguay, Culasso asegura que esa dificultad puede ser mayor cuando se busca trabajar en iniciativas inclusivas para con personas ciegas.

“No hay un futuro en Uruguay para las personas ciegas, no se piensa en nosotros, y la inclusión que se hace es de mentira”, critica.

“Hágase la pregunta de cuantas personas con discapacidad están en cargos clave de decisión del gobierno para hacer políticas justamente para discapacidad. La respuesta es que ninguna”, lamenta.

“Lo que hacen es asesorarse con fundaciones y oenegés, que en su mayoría tienen el loable fin de la contención [para la familia de la persona con discapacidad], pero no van más allá, no hay una verdadera promoción del empleo o el estudio”, ejemplifica.

“Es una situación algo tensa, y a mí me toco armar las valijas e irme. Y no es que Colombia sea el paraíso, pero hay una población veinte veces más grande y más puertas donde golpear, más probabilidades de que te financien un proyecto, una idiosincrasia más de apoyar”, asevera.

Además de trabajar en turismo inclusivo en Colombia, Culasso continúa con sus registros sonoros. “Estoy grabando mucho en Paraguay con World Wilde Life, quienes me financiaron varias guías sonoras en los últimos años”, detalla.

Antes de que sea demasiado tarde

“El turismo de naturaleza puede ser un negocio verde, aprovechable a largo plazo”, señala el autor, algo de lo que Uruguay debería tomar nota “antes de que no le quede nada”.

Por ello, recuerda que su Mapa Sonoro Natural y su guía de aves “es un material que está a disposición” y confiesa que le daría mucha satisfacción “recibir algún contacto para que esté en las escuelas”.

“No se conserva lo que no se conoce: Uruguay está en una situación muy crítica en lo que se refiere a la conservación y ya estamos pagando las consecuencias, aunque la mayoría de gente ahora quizá no se dé cuenta”, concluye.

Gerardo Carrasco / Montevideo Portal