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Netflix estrena película sobre operativo del Mossad cuyo jefe nació en Uruguay

Daniel Limor, de Montevideo, es interpretado por el actor Chris Evans.

12.08.2019 14:42

Lectura: 11'

2019-08-12T14:42:00-03:00
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Por Ana Jerozolimski.

Cuando Daniel Limor, nacido en 1945 en Uruguay, iba al Elbio Fernández y al movimiento juvenil judío Bnei Akiva , seguramente no imaginaba que unos años más tarde, se convertiría en agente del Mossad . Y tampoco que el operativo que encabezó para organizar el rescate de judíos de Etiopía y su traslado al Estado de Israel, sería tema de una película en la pantalla grande en la que él mismo sería protagonizado por un famoso actor de Hollywood.

Y eso es precisamente lo que le pasó a Daniel Limor, con quien hablamos dos días antes del estreno de la película "The Red Sea diving resort", la primera película israelí en Netflix, que ya está teniendo mucho éxito. El papel del agente del Mossad que él fue en la realidad lo interpreta Chris Evans. El tema: los preparativos del "Operativo Moisés", en cuyo marco aproximadamente 16.000 judíos etíopes pudieron llegar a Israel, tras una travesía compleja y peligrosa, a pie, por el desierto, desde la lejana Gondar hasta la frontera con Sudán.

La película, conocida en español como "Operación Hermanos", se llama originalmente "The Red Sea diving resort". El nombre se refiere al punto central de la puesta en escena montada por el Mossad para encubrir el operativo de salvación de los judíos etíopes: un hotel abandonado en la costa sudanesa del Mar Rojo, comprado por agentes del Mossad que simulan ser empresarios.

Este es un resumen de nuestra entrevista con el uruguayo-israelí Daniel Limor, un trozo de historia andante, que transmite sentimientos y principios con buen sentido del humor.

P:¿Qué te parece si empezamos con tu historia personal, la parte uruguaya de tu vida?

R: Bueno, te cuento que nací en Montevideo en 1945 , pasé toda mi vida en el Parque Rodó, en la calle Tristán Narvaja. Fui al Elbio Fernández. Sigo en contacto hasta ahora con mis compañeros de estudios y trato de ir todos los años al banquete anual de la clase. Yo era el único judío. Y mis amigos siempre que voy, compran una parrilla nueva y carne kasher para mí. Iba al movimiento juvenil Bnei Akiva. Nací en una familia religiosa moderada. En 1961, a los 16 años, decidí radicarme en Israel.

P: Llegar solo tan joven...no es sencillo. ¿Cómo fue tu vida en Israel? ¿Qué hiciste al llegar?

R: Llegué en la época en la que se venía en barco, una noche, al puerto de Haifa, en el barco Theodoro Hertzel. Y fui directamente a una yeshiva (instituto de estudios religiosos), quería estudiar algo de judaísmo, algo que en Montevideo había hecho muy superficial. No sabía una palabra de hebreo.

P: ¿Y funcionó bien?

R: Al principio no. En tres años me echaron de 3 ó 4 yeshivot (A.J: plural de yeshiva). Al final encontré una en la que me aceptaron y que yo acepté.

P: ¿Por qué te habían echado antes de varias?

R: Porque no estudiaba, molestaba, enseñaba a los demás a jugar al fútbol en lugar de ir a la clase. En una de las yeshivot en la que estuve un año, en Jerusalem, nos agarraron a varios muchachos en la cocina sin permiso. Habíamos roto el candado de la cocina para hacernos papas fritas y huevos fritos, así que el director de la yeshiva nos echó. Pero en la yeshivá de Kerem Yavne estudié bien, aprendí algo, y luego me fui a hacer el servicio militar. Y a fin de 1967 entré al Mossad. En 1979 me confiaron la misión de los judíos etíopes.

P: ¿Por qué te parece que te la encomendaron a ti?

R: Me dijeron que esa es una misión para un charrúa.

P: Buena interpretación que sólo los uruguayos vamos a entender. ¿Y en serio?

R: Yo tenía una posición de responsabilidad en el continente africano, por lo cual tenía alguna noción de cómo se trabaja en África. Como el tema era traer a los judíos de Etiopía, me mandaron hacer un viaje de estudio para ver cómo se los puede sacar, para ver dónde están, cómo están dispersados por el país. Hice dos viajes a Etiopía para ver diferentes zonas en las que era muy difícil circular. En aquella época ya había gobierno comunista y no pude ir como israelí. Claro que las razones por las que supuestamente iba, eran otras, no las verdaderas. Y de más está decir, no viajé con pasaporte israelí.

P: Ni uruguayo...

R: Ni uruguayo.

P: ¿Con qué nacionalidad?

R: No importa.

Un operativo distinto y singular

P: Más allá de tu experiencia operativa, en la que el objetivo de fondo siempre es defender a Israel, protegerlo, esta vez era algo especialmente emotivo. ¿Así lo sentías? ¿Se les planteó el operativo como una misión más o estaba claro que era algo especial?

R: Un operativo de este tipo, no es parte de los objetivos del Mossad. El Mossad se ocupa de otras cosas, no de salvar civiles de situaciones peligrosas. Pero como es el único organismo del Estado que legalmente puede operar clandestinamente fuera del país, estaba claro que ninguna otra organización podría ocuparse de esto. Así que recayó sobre nosotros.

Tuvimos que desarrollar un modus operandi, una manera de trabajar que sea apropiada al objetivo que debíamos alcanzar. El hecho que se trataba de quienes tenían una historia muy antigua de judaísmo viviendo en un país hostil en el que estaban totalmente aislados, influyó en mi motivación y en la de otros que trabajaron en esto conmigo.

P: Y eran plenamente conscientes no sólo de que era un tipo de trabajo distinto de otros, sino que tenía un significado especialmente emotivo ¿no?

R: Estaba claro que esta no era una simple misión. Aquí se trataba de algo mucho más emotivo. Y para mí, muy sionista.

P: ¿Estabas emocionado?

R: Por supuesto. Estaba muy emocionado y era plenamente consciente del significado del operativo.

P: ¿Y sentías que ese era el encare también del resto?

R: Sin duda. Durante todo el operativo, que duró unos años y en el que mucha gente trabajó, diría que si no todos, pues sí el 95% de los que participaron, sean de la Marina, la Fuerza Aérea, el Mossad mismo, todos, estaban unidos en esta emoción. Comprendían que era algo distinto de lo que estábamos acostumbrados a hacer.

P: No sólo técnicamente.

R: Claro que no.

P: ¿Cuáles eran los desafíos con los que había que lidiar?

R: Descubrimos que era casi imposible evacuar a esta gente directamente de Etiopía, por muchas razones y al final operamos en Sudán. Era complicado porque es un país árabe, enemigo, que participó en las guerras contra Israel. Siempre mandaron unidades a luchar con Egipto contra nosotros. Era un país muy hostil a los occidentales porque eran musulmanes extremistas y no querían influencias de lo que consideraba era una cultura equivocada.

Casi 40 años después...

P: Cuando vivías en Uruguay, ibas al Elbio y a Bnei Akiva ¿podías imaginarte que de más grande harías todo eso?

R: Nunca en la vida. No tenía ni idea que existía el Mossad. Es que en aquella época nadie hablaba. Hoy se habla de todo. Aún siendo oficial de paracaidistas en el ejército, no tenía idea del Mossad. Claro que nunca pensé que iba a llegar a hacer cosas así. Pero la verdad, cuando me eligieron para que yo comience a estudiar ese asunto, para ver qué se podía hacer, me dije que es algo especial por lo que valía la pena vivir.Ya sólo por eso valía la pena haber ido a Israel.

P: Y me imagino que eso te sigue acompañando también hoy.

R: Así es. En mi reciente viaje a Sudáfrica, invitado por la Federación Judía, me encontré con Dani Abebe, periodista, que está allí trabajando como emisario de un movimiento juvenil judío en Johanesburgo, y que llegó a Israel de Etiopía cuando tenía 8 años, en uno de los operativos que yo organicé. Años atrás me buscó, me encontró, me dijo "no me conoces, pero yo sé quién eres, porque me trajiste a mí y a mi familia de Etiopía por Sudán, y ahora te quiero entrevistar". Fue la primera vez que alguien me entrevistó sobre aquello. Fue para el diario "Hair" de Jerusalem.

Ese renovado encuentro con él fue hace como 25 años. Y nos mantenemos en contacto desde entonces.

P: ¿Has estado en contacto con otros de los judíos etíopes hoy israelíes a los que trajiste?

R: Sí, hay muchos como él que conozco y con los que estoy en contacto. Ellos me buscaron a mí. Estoy en un grupo de whatsapp en el que hay muchos de ellos, ni sé cuántos, en el que soy el único blanco. Es un grupo, todos, de quienes llegaron a Israel en aquellos operativos. Hoy hay entre ellos oficiales de policía, abogados, de todo.

La película

P: ¿Cómo te sentís con toda esta movida de la película? Que se haga una película en la pantalla grande, para Netflix, sobre un operativo que encabezaste, por lo cual tu propia figura, interpretada evidentemente por una actor, es central, debe ser muy removedor. Y también se dice que es la primera película israelí en Netflix.

R: Que yo sepa sí. Te cuento que el Director Gideon Raff, se contactó conmigo hace unos 2 años, me dijo que quería hacer una película sobre este tema y me preguntó si estaba dispuesto a ayudarlo en la preparación del escenario. Me ofrecieron plata pero yo no quise aceptar dinero. Nunca cobré nada por esto, porque este tema no me pertenece a mí sino al pueblo judío. Yo hice lo que hice, como emisario del pueblo judío.

P: Pero a menudo pasa que las películas son un poco distintas de la realidad...

R: Mira, yo le dije al director que estaba dispuesto a cooperar, bajo una condición: que la película tenga un mensaje, que refleje cómo realmente se hicieron las cosas, que no presenten esto como "los valientes del Mossad y el comando israelí que fueron a arriesgar sus vidas para salvar a los pobres judíos de Etiopía que no tenían nada". No, eso no.

Eso fue una operación combinada entre los judíos etíopes y quienes vinimos desde Israel . Cada uno hizo su parte. Uno sin el otro, nada habría servido. Ninguno de nosotros, ni el Mossad ni el ejército , habríamos podido llevar a cabo esta misión sin la ayuda y más que eso aún, de los mismos judíos que llegaron a Israel con nosotros.

P: Qué hermoso y digno este planteamiento.

R: Fui muy claro. Le dije "si eres capaz de transmitir este mensaje, te ayudo". Y aceptó. Yo no quería que sea la historia de héroes blancos que vienen a salvar a los pobres negritos. No, eso no es para mí.

P: Así que al haber aceptado él esta condición tuya, se abrió el camino a tu asesoría y ayuda...

R: Así es. Me invitaron al set de filmación en Namibia y yo expliqué a los actores principales lo que había pasado. Entre ellos también a un afro americano que protagonizaba a mi amigo y socio, un judío etíope que levantó conmigo todo aquello. Tuve la oportunidad de hablar con los actores durante horas Y yo creo que al mirar la película, se nota que asumieron perfectamente sus roles. También fueron muy curiosos y preguntaron detalles sobre cada tema.

P: Y con la película ya terminada ¿se puede reconocer claramente el operativo que tú encabezaste?

R: Sí, se puede reconocer. Hay algunos efectos bien tipo Hollywood de algunas cosas que no hubo en la realidad. Será para vender mejor la película. Pero hay muchas partes muy fieles. Y de todos modos, o que más me importaba era lo que te mencioné antes. No digo que no hay lo que mejorar, pero sin duda se puede reconocer. Para mí lo esencial era destacar la relación muy estrecha que yo tuve con el judío etíope que era mi hermano, mi socio en todo esto, que eso se vea. Porque fue un trabajo conjunto.

P: Tu papel es interpretado por el famoso actor Chris Evans.

R: Así es. Y a mi hermano y socio Ferede Aklum que lamentablemente ya falleció, lo interpreta Michael Williams.

P: Es interesante que lo que más destacas son los lazos y la emotividad de todo esto.

R: No es casualidad que llamé a esto "Mivtsa Ajim", operación "Hermanos" por la relación que se desarrolló entre nosotros. Fue propia de hermanos. Quedamos unidos para siempre, nosotros y nuestras familias.

P: Dani, gracias mil por tu valioso testimonio.

R: Gracias a ti.