Contenido creado por Martín Otheguy
Música sin enemigos

Pop, arte y ambición

Música sin enemigos: sobre Frank Ocean y su último disco

Frank Ocean, uno de los artistas pop más reconocidos de los últimos años, acaba de editar nueva música, buena excusa para pasar por la lupa de Andrés Torrón.

15.09.2016 12:27

Lectura: 5'

2016-09-15T12:27:00-03:00
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La música del estadounidense Frank Ocean fue en parte "culpable" de que el comodín del término "alternativo" comenzara a aplicarse al pop de raíces negras.

Achicando bastante el concepto de lo que originalmente se entendía como Rhythm & Blues, se comenzó a llamar, desde la década de 1990, "R&B contemporáneo" a la música derivada del soul y el funk, con influencias del hip hop y la música electrónica.

Es un abanico que incluye tanto a los trabajos de Michael Jackson como a las producciones de Rihanna o Beyoncé.

Siempre que existe una escena masiva, tiene que existir su contraparte alternativa, o al menos eso es lo que piensan algunos críticos musicales, necesitados de encasillar las propuestas. Cuando músicos como Frank Ocean y The Weeknd mostraron otro lado posible del R&B, la etiqueta no demoró en aparecer.

Ocean mostró en su debut de 2011 Nostalgia, Ultra y en su álbum de 2012 Channel Orange, que sus raíces estaban en el soul y en el funk, pero que no estaba interesado en repetir fórmulas. El músico, pese a su juventud (nació en 1987) ya tenía una carrera muy variada en sus espaldas, entre otras cosas como compositor de temas para otros artistas como Justin Bieber y John Legend.

Channel Orange, el disco que lo llevó a ser un artista masivo, es un trabajo con un gran espíritu pop, con momentos que pueden ser bailables, pero también con mucha experimentación, que no siempre respeta las estructuras del género canción. Muchos podrán decir, con razón, que gran parte de las innovaciones de Channel Orange ya estaban presentes treinta años antes en discos como Songs in the Key of Life de Stevie Wonder, pero Ocean sonaba personal y fresco, y sin renegar para nada de sus influencias daba una nueva mirada combinando toques de producción del r&b contemporáneo y del hip hop, letras con varias lecturas y una propuesta ambiciosa que era a la vez muy amplia e inclusiva.

Ocean se convirtió en una estrella pop, siendo a la vez un artista de culto, respetado y citado por músicos de todos los géneros. Hasta Jaime Roos lo nombró en una entrevista como uno de sus artistas favoritos, por ejemplo.

Al éxito siguió el silencio. El músico no volvió a editar nada y se mantuvo alejado de los escenarios y los medios. Desde 2014 que se anuncia un nuevo álbum suyo, algo que no se concretó hasta hace unos días.

Tras una campaña muy extraña, con falsos anuncios de salida y títulos contradictorios, Ocean lanzó dos trabajos (o tres) en dos días.

El primero es un álbum visual de 45 minutos llamado Endless, que solo se puede ver a través de la plataforma Apple Music. Más que un álbum visual (o sea un film basado en las canciones de un disco) Endless podría ser más asociado con las artes visuales, el concepto de videoarte o de instalación parece más apropiado que el de un clip.

Mientras pasa la música podemos ver a varios Frank Ocean en un galpón o loft construyendo una obra, que termina siendo una especie de escalera. El concepto del video está muy inspirado en las obras del artista Tom Sachs, quien aparece acreditado como colaborador en el álbum.

Endless, pese a tener varias canciones muy interesantes, no recibió demasiada atención ya que al día siguiente de su lanzamiento Ocean editó otro disco, que se anunció como el sucesor de Channel Orange. El álbum se llamó Blond (o Blonde, según el formato que se escuche) y también se lanzó en streaming a través de Apple Music.

En Estados Unidos se editó también una edición limitada en CD que además viene acompañada de una revista, con fotografías, poemas de Ocean y de Kanye West y entrevistas al propio Ocean y a su madre.

Blond radicaliza en parte la propuesta de Channel Orange. No hay hits, hay pocas canciones "tradicionales" y la instrumentación - muchas veces solo guitarras y teclados, sin ningún beat o percusión- es bastante más minimalista que la del álbum anterior. Como los mejores discos de hip hop (este no lo es, pero toma ese concepto) tiene una construcción cinematográfica, de obra conceptual, que puede ser separada en canciones o ser vista como un todo.

Es una obra tan ambiciosa como las anteriores de Ocean, pero tiene la contra de que su ambición se nota demasiado, cosa que no pasaba en Channel Orange.

Esto no le quita para nada su valor. Hay temas increíbles como las dos versiones de "Solo" (la segunda con participación de André 3000 de Outkast), "Ivy" (donde participan el guitarrista de Vampire Weeknd Rostam Batmanglij y Jamie xx), "Skyline To" (con Kendrick Lamar) o "Godspeed". Y sobre todo -en un año donde han salido grandes discos- muestra que lo que llamamos música pop sigue buscando nuevos caminos con ambiciones artísticas que no tienen porque estar disociadas de la popularidad.

Por Andrés Torrón