La reverenda madre superiora Teresa Agnes Gerlach, exlíder de un convento católico en Texas, Estados Unidos, está demandando al obispo de Fort Worth, Michael Olson, luego de que él afirmara que ella era culpable de romper su voto de castidad. La mujer insiste en que sus “desvíos” fueron mediante mensajes, y que no hubo contacto físico con nadie.

La monja de 43 años, que tiene problemas de salud crónicos que la confinan a una silla de ruedas y que se alimenta por sonda, admitió haber tenido “un romance lascivo por teléfono” con un sacerdote de Montana. La confesión se produjo en abril, cuando el mencionado obispo la interrogó.

“Cometí un error horrible, horrible”, se la puede escuchar decir en una grabación de su conversación, según una transcripción publicada por el periódico local Fort Worth Star-Telegram.

El registro, que se reprodujo en la corte la semana pasada, se grabó cuando el obispo investigaba a la monja para obtener más detalles sobre la escandalosa relación.

“No estaba en mis cabales, hasta una monja puede caer”, expresa la religiosa.

El reverendo Jonathan Wallis, vicario general de la Diócesis Católica de Fort Worth y mano derecha del obispo Olson, afirmó en la audiencia que la hermana Gerlach también le confesó haber roto su voto de castidad.

Dijo que la monja se confesó en tres ocasiones, el 22 de diciembre, el 24 de diciembre y el 5 de enero, mientras visitaba su convento de Arlington para asistir a misa.

Según recoge Daily Mail, Wallis alegó que ella le dijo que sabía que lo que hacía era un pecado, pero que se estaba enamorando del sacerdote.

El vicario general también testificó que la hermana Francis Therese, la cuidadora de tiempo completo de la hermana Gerlach, trató a la monja de “perra” cuando se enteró de las acusaciones.

Cuando el obispo la presionó durante su interrogatorio en abril, la hermana Gerlach se negó en principio a revelar el nombre de su enamorado, pero finalmente lo identificó como el padre Bernard Marie, también conocido como el padre Philip Johnson.

Al padre Johnson se le “concedió permiso” de la Diócesis de Raleigh en Carolina del Norte antes de unirse a una comunidad monástica en Montana, los Redentoristas Transalpinos, en 2022, dijeron los líderes de la iglesia al Star-Telegram. Según la Diócesis de Raleigh, “actualmente no ejerce” el ministerio público.

“[Sus] facultades sacerdotales fueron restringidas como medida de precaución hasta que se pueda determinar con más claridad su condición”, dijeron en un comunicado.

La hermana Gerlach afirma que su romance nunca fue físico. “Obispo, necesito decirle algo. No sé cómo explicar esto, pero esto no sucedió en persona. En absoluto. Fue todo por teléfono”, se escucha en la mencionada grabación.

A pesar de esto, el pasado 1º de junio la monja fue expulsada del Monasterio Carmelita de la Santísima Trinidad en Arlington, dado que el obispo concluyó que había roto su voto, según se lee en un decreto de destitución emitido por la Diócesis Católica de Fort Worth.

Ahora, la mujer presentó una demanda de un millón de dólares contra el obispo Olson y la Diócesis de Fort Worth por acusarla, difamarla e invadir su privacidad al supuestamente apoderarse de su teléfono durante la investigación, algo que el sacerdote niega.

La hermana Gerlach afirmó que tenía problemas de salud y que no había estado en sus cabales durante el intercambio erótico. “Se lo prometo, obispo. En ese momento, estaba teniendo convulsiones, y realmente estaba en una posición muy difícil. Y creo que mi cerebro realmente se estropeó”, había dicho en abril.

En su declaración bajo juramento, la hermana Gerlach también afirma que estuvo fuertemente medicada durante su confesión al obispo, ya que acababa de someterse a un procedimiento quirúrgico. No obstante, en un video publicado por la diócesis a principios de este mes en YouTube, el obispo Olsen afirmó que “estaba clara y lúcida y tenía un uso normal de sus facultades físicas y mentales”. Durante el video, el obispo también alegó que le habían dado información sobre actividades ilegales de drogas en el monasterio de la hermana Gerlach.

Desde la diócesis dijeron al Star-Telegram que alertaron a la policía sobre “serias preocupaciones” acerca de la presunta localización de marihuana dentro del monasterio de Arlington.

Matthew Bobo, abogado de la religiosa, contraatacó acusando a la diócesis de hacer montajes fotográficos que parecen mostrar las drogas.

La Diócesis Católica de Fort Worth argumenta que el presunto caso de intercambio de mensajes sexuales de la monja es un asunto interno de la iglesia y no debe estar sujeto al sistema judicial civil.

Don Cosby, juez encargado de la causa, dijo que tomará una decisión la próxima semana sobre si el condado de Tarrant tiene jurisdicción sobre la demanda o si debe dejarse en manos del Vaticano, que ya está investigando el incidente.