Los príncipes de Mónaco no durmieron juntos en la luna de miel

El lujoso hotel y el paradisíaco entorno en que se encuentra enclavado, sin duda habrán sido del agrado de Charlene, la nueva princesa de Mónaco. Sin embargo, la recién casada debió disfrutar sola de su suite en el Oyster Box de Durban, ya que su esposo pernoctó en el Hotel Hilton, situado en otra zona de la ciudad sudafricana.

Los rumores acerca de la mala situación que atraviesa el reciente matrimonio menudearon antes, durante y después de la boda. Los mismos indicaban - no sin motivo, que a la princesa no le cayo nada bien enterarse de que su marido era el padre de un niño nacido poco antes de que se celebrara la boda principesca.

Según consigna el periódico español El Mundo, fuentes del Oyster Box confirmaron que la princesa durmió sola en las instalaciones, y agregaron que ocupó una suite más modesta que la presidencial, habitación reservada en primera instancia a un costo de 2.600 euros por noche.

La familia Grimaldi no desmiente la separación geográfica de la pareja, pero alegan razones de agenda. "El príncipe estaba reunido en el hotel Hilton con miembros del Comité Olímpico Internacional del 5 al 9 de julio. Por razones prácticas, era preferible que durmiese allí", aclaró una fuente cercana. El padre de la novia, Mike Wittstock, confirmó esta versión en declaraciones a la prensa sudafricana, y explicó que el príncipe no quería exponerse a los embotellamientos en la carretera.

Sin embrago, estos argumentos no parecen convencer a la prensa del corazón en el país africano, quienes apuntan otro elemento para avivar la llama de los rumores. Al parecer, luego de reunirse con el presidente Jacob Zuma, Alberto y Charlene se retiraron en automóviles diferentes.