Los choques son moneda corriente en las rutas, pero en Sudáfrica pueden resultar diferentes

El sudafricano Wikus Ceronie, técnico en soldadura, regresaba el viernes de un viaje de vacaciones al vecino país de Mozambique, cuando sufrió un accidente singular. De camino a casa, el hombre circuló por caminos que cruzaban el Parque Kruger, una de las reservas de vida silvestre más importantes del continente.

"Había personas caminando cerca del hipopótamo, así que di por hecho que estaba acostumbrado a los humanos", dijo Ceronie a la prensa local. Sin embargo, puede que el paquidermo estuviese habituado a las personas, pero parece que los coches le caían muy mal.

"De repente, el hipopótamo se volvió y empezó a cargar, y me sujeté fuerte cuando me di cuenta de que no se frenaría. Golpeó el paragolpes con la cabeza y luego intentó morderlo. Supongo que después de eso decidió que había ganado porque simplemente se dio la vuelta y se fue", relató el conductor, quien reconoce haber pasado momentos de miedo.

"Me aterroricé porque me di cuenta de que no tenía dónde ir ni tiempo para hacerlo. A mi lado había un abismo de cincuenta metros, así que si me hubiese golpeado en el costado, sin duda el coche se habría desplomado por el terraplén. A pesar de que hubo daños en el capó de mi vehículo y la puerta no abre, agradezco no haber sufrido lesiones y que nada grave pasara finalmente", concluyó.