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Por The New York Times

Los bebés ‘reborn’ causan furor en Brasil

Una joven publica un vídeo en el que parece que sostiene a su bebé, Bento, y le prepara la maleta para ir al hospital. Dice que es “uno de los días más ajetreados y aterradores para mí”.

10.06.2025 14:17

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2025-06-10T14:17:00-03:00
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Por The New York Times | Leonardo Coelho and Michael Levenson

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Una joven publica un video en el que parece que sostiene a su bebé, Bento, y le prepara la maleta para ir al hospital. Dice que es “uno de los días más ajetreados y aterradores para mí”.

Agarra pañales, un biberón y documentos médicos y se monta con el bebé en el asiento trasero de un coche. En el hospital, lo pesan y lo acuestan en una cama, donde ella le quita el chupón, le da el biberón y le limpia unas gotas de leche de fórmula de la mejilla.

Pero no se trataba de una emergencia médica real —era un juego de rol de una creadora de contenido— y el bebé no era de verdad. Era un muñeco asombrosamente realista, llamado muñeco reborn, que se fabrica a mano para parecerse y sentirse como un bebé.

El video, que recibió más de 16 millones de visitas en TikTok, forma parte de una moda en las redes sociales que se ha convertido en un punto de polémica cultural y política en Brasil. Los videos, que circulan ampliamente, muestran a mujeres que llevan a los muñecos hiperrealistas al parque en cochecitos, celebran sus cumpleaños con pastel y canciones, y simulan el parto. (Algunas incluso simulan que los muñecos sangran por la nariz o que están aprendiendo a ir al baño).

“Los que más me gustan son los recién nacidos”, dijo Juliana Drusz Magri, de 36 años, quien vive en Curitiba, capital del estado brasileño de Paraná, y trabaja en recursos humanos. Dijo que empezó a coleccionar los muñecos en 2018 y que ahora tiene 22.

“El mundo de la fantasía es una válvula de escape para mí”, dijo. “Y no, no lo trato como a un bebé de verdad”.

Los muñecos han inundado la cultura pop. Aparecieron este mes enun episodio de Vale Tudo, una telenovela de horario estelar, y en una canción de rap que es tendencia en las redes sociales sobre una banda que va por la calle “pateando muñecos reborn”.

Columnistas de periódicos, personas influyentes y legisladores se han pronunciado, con distintos grados de sinceridad, sobre lo que algunos perciben como una amenaza para el orden social y otros han descrito como un pasatiempo inofensivo.

En el estado de Amazonas, en el noroeste de Brasil, un legislador, João Luiz, llevó recientemente uno de los muñecos a la legislatura y argumentó, sin pruebas, que algunas mujeres han estado exigiendo prestaciones públicas por los muñecos. Su colega Joana Darc también expresó su preocupación.

“No se puede obligar a un médico de un hospital, por ejemplo, a tratar a un muñeco reborn como si fuera un niño, que es un ser vivo”, dijo en el pleno. “No se puede obligar a un profesor a aceptar a un niño en una guardería porque la persona quiere que el muñeco reborn estudie”.

Preguntó dónde terminaría la cosa: ¿con la gente llevando a las “mascotas reborn” al veterinario para que las castren?

En lo que parecía un poco de troleo, la cuenta oficial de Curitiba en las redes sociales advirtió a las “madres” de muñecos reborn que no se sentaran en los asientos amarillos reservados para mujeres embarazadas de los autobuses urbanos. “Los reborn son bonitos, pero no garantizan un lugar amarillo, ¿está bien?”, decía el mensaje.

En defensa de los muñecos, el Ayuntamiento de Río de Janeiro aprobó una propuesta para que el 4 de septiembre fuera el Día de la Cigüeña Reborn, una festividad en honor de los artesanos que los fabrican.

Pero el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, vetó la propuesta. “Con el debido respeto a los interesados, esto no va a ocurrir”, escribió en las redes sociales.

Se han presentado al menos 30 proyectos de ley en las cámaras legislativas de todo el país para prohibir que los muñecos reciban servicios en los centros de salud pública, según los registros públicos. Pero parece que solo se ha documentado un caso de una mujer con un trastorno psiquiátrico que llegó a un hospital a solicitar tratamiento para su muñeco, solo para ser rechazada a la entrada, según informó el medio de noticias UOL. La mayoría de los proyectos de ley han sido presentados por miembros de partidos de derecha.

Vivi Louhrinci, de 30 años, actriz de Curitiba, lleva fabricando muñecos reborn desde 2020, incluidos algunos para las producciones brasileñas de

Wicked

y

Matilda

.

“Mi vida se ha convertido en un caos con este boom”, dijo, refiriéndose al frenesí en torno a los muñecos. “Ha sido una buena exposición en ese sentido, pero es una exposición que está causando mucho estrés”.

Camila Infanger, doctoranda en ciencias políticas por la Universidad de São Paulo, dijo que había habido una diferencia notable en la respuesta a las aficiones asociadas a las mujeres y a las asociadas a los hombres.

“Como lo hacen las mujeres y las mujeres son las principales protagonistas de esto, se ha estigmatizado de manera diferente”, dijo, y añadió que la reacción era “solo otra forma de regular la vida de las mujeres”.

Los muñecos existen desde la década de 1990, cuando la gente empezó a quitarles la pintura y el pelo a muñecos de vinilo comprados en tiendas y a retocarlos minuciosamente para que se vieran más reales. Y el interés por ellos no se limita a Brasil.

Dave Stack, de Cleveland, propietario de Reborns, un mercado en línea de muñecos reborn, dijo que había visto un “aumento lento y constante” de las ventas desde que abrió el sitio en 2012. Ahora vende entre 40 y 60 muñecos al día, frente a los 10 de hace cinco años, según su sitio web.

La mayoría cuestan entre 200 y 250 dólares y están hechos de vinilo, mientras que algunos muñecos de edición limitada hechos de silicona más blanda se han vendido por más de 4000 dólares, dijo.

Un pequeño porcentaje de los muñecos los compran madres que están pasando por la pérdida de un hijo, dijo Stack. Otros han sido comprados por centros de cuidado de la memoria, abogados que los utilizan en representaciones judiciales y personas que hacen películas y programas de televisión. Pero la mayoría de los compradores son “simplemente personas a quienes les encantan los bebés”, dijo.

Algunos videos populares realizados por creadores de contenidos muestran a los muñecossangrando por la nariz, saliendo a suprimera visita a Target ovomitando en el coche.

Jennifer Granado, de 43 años, que fabrica los muñecos con su marido y su hija en Indiana, dijo que aproximadamente la mitad de sus clientes son coleccionistas y que la otra mitad están superando algún tipo de trauma o pérdida.

Granado dijo que una clienta lleva a sus muñecos de compras y al consultorio médico, los “alimenta” con comida para bebés y les toma fotos con Papá Noel en Navidad.

“No puede tener hijos, así que esto es lo más parecido que puede conseguir para ella y su marido”, dijo Granado. “Definitivamente hay un gran grupo de personas que no entienden por qué un adulto jugaría con un muñeco de bebé. Pero no lo ven como un muñeco de bebé. Lo ven como un bebé”.

Drusz, la coleccionista de Curitiba, calificó los muñecos de “afición tranquilizadora, divertida, incluso diría que inocente”, y dijo que la frustraba que la juzgaran por su interés en ellos.

“Espero que, cuando todo esto acabe, podamos continuar nuestras colecciones en paz y hacer lo que nos gusta sin que nos etiqueten”, dijo. “Creo que los muñecos reborn son un arte, y el arte merece ser apreciado”.

Michael Levenson

cubre noticias de último momento para el Times desde Nueva York.