El escritor húngaro László Krasznahorkai fue galardonado este jueves con el Premio Nobel de Literatura 2025, reconocimiento que corona una trayectoria marcada por la densidad narrativa, la visión apocalíptica del mundo moderno y una prosa hipnótica, celebrada por críticos y lectores en todo el mundo.

La academia sueca justificó la elección destacando que su obra "explora con melancolía, humor y rigor el derrumbe del individuo y de las estructuras sociales en tiempos de caos, con una intensidad formal que exige y recompensa".

Un escritor de culto internacional

Nacido en Gyula (Hungría), en 1954, Krasznahorkai es considerado uno de los grandes narradores europeos contemporáneos. Su primera novela, Tango satánico (1985), lo consagró como un autor radicalmente original dentro y fuera de su país. Desde entonces, su prosa de frases extensas, puntuación mínima y atmósferas densas se convirtió en marca registrada, leída tanto en circuitos literarios de élite como por cinéfilos seguidores de su estrecha colaboración con el cineasta Béla Tarr, quien adaptó varias de sus novelas al cine.

En el pasado mes de febrero, durante la presentación en Estocolmo de su novela Herscht 07769, el autor expresó con ironía: “No quiero mentir. Sería interesante recibir el Nobel. Sin embargo, me sorprendería mucho si lo ganara”. Hoy, la sorpresa se volvió realidad.

De la dictadura al mundo

Krasznahorkai creció bajo el régimen comunista húngaro, experiencia que marcó profundamente su visión literaria. Estudió Derecho, aunque abandonó la carrera. Trabajó como minero, vigilante y editor, antes de dedicarse por completo a la literatura. Su ciudad natal, Gyula, es escenario recurrente de sus novelas, en las que la melancolía y el humor negro funcionan como herramientas para retratar un mundo en descomposición.

A partir de los años ochenta comenzó a viajar, residiendo en países como Alemania, Francia, España, Japón y Estados Unidos. Su contacto con la cultura asiática, en especial la japonesa, influyó fuertemente en obras como Y Seiobo descendió a la Tierra, donde combina misticismo, arte y tiempo en un lenguaje de extrema exigencia poética.

Lenguaje torrencial y visión apocalíptica

Su estilo, caracterizado por una prosa torrencial sin pausas ni concesiones, desafía a los lectores con una intensidad que algunos comparan con Gogol, Melville o Kafka. La escritora Susan Sontag lo definió como “el maestro húngaro del apocalipsis”.

La crítica ha resaltado su capacidad para fusionar lo filosófico con lo narrativo, lo cómico con lo trágico, y lo social con lo metafísico. Sus temas recurrentes son la desintegración moral, el vacío del lenguaje político, el absurdo de la existencia y el cansancio espiritual de la modernidad.

En español se han traducido títulos como:

Un Nobel para los que aún leen

En 2015 recibió el Man Booker International Prize, y en 2024, el Premio Formentor de las Letras. En aquel discurso reconoció: “Escribo para mí, y para una pequeña lista de personas que todavía leen”.

Con información de EFE