Contenido creado por Gerardo Carrasco
Curiosidades

Plegarias atendidas

Las cintas del “Senhor do Bonfim” vuelven a ser de algodón

Para que ningún deseo quede sin cumplir, las cintas bahianas del “Senhor do Bonfim” volverán a ser de algodón.

29.11.2013 18:58

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2013-11-29T18:58:00-03:00
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Montevideo Portal

Todo turista que pase por la ciudad brasileña de Salvador de Bahía, difícilmente pueda sustraerse al ritual de comprar el souvenir más popular del lugar: la cintita del Senhor do Bonfim.

La cinta original fue creada en 1809, permaneciendo desaparecida hasta los años 50. Conocida también como "medida" de Bonfim, su nombre se debe al hecho de que medía exactamente 47 centímetros de largo, la medida del brazo derecho de la escultura del Señor de Bonfim, puesta en el altar mayor de la iglesia más famosa de Bahía.

Según la tradición, la persona que la use debe pedir un deseo en el momento de atársela alrededor de la muñeca, lugar de donde no se la quitará hasta que se rompa. Dicha rotura debería coincidir con el cumplimiento de lo deseado, pero lo más probable es que quién sabe.

"Cuánto más grande sea la fe, más rápido se romperá", afirma en declaraciones a Folha Moisés Cafezeiro, coordinador de la Cooperativa de Artesanos de Artículos Religiosos de Bahía. Vendedor de las cintas desde hace años, Moisés celebra con sus compañeros el establecimiento de una fábrica de dicho artículo en Salvador, donde hacía largo tiempo que las "fitas" no se confeccionaban.

Durante las últimas dos décadas, las cintas eran encargadas a plantas fabriles de San Pablo y Minas Gerais, que ofrecían menores costos y una mayor capacidad productiva. Sin embargo, la reducción de gastos puede traer aparejadas consecuencias negativas.

Esas cintas "importadas" no son de algodón puro como las artesanales, sino de un tejido donde predominan las fibras sintéticas. Esto las hace poco menos que irrompibles, o prolonga su duración por años. Semejante resistencia impacienta a los compradores, ya que no sólo ven postergarse el cumplimiento de su deseo, sino que se ven obligados a acarrear por tiempo indefinido un trozo de tela cada vez más cochambroso.

Para revertir la situación, la cooperativa bahiana invertirá 180.000 reales y será gestionada por 50 cooperativistas. La idea es producir 50 millones de cintas al año.

Originalmente, las pulseritas están disponibles en diez colores, representando a los orixás, pero la apuesta para 2014 es sumarse al marketing mundialista, por lo que se priorizará las verdes, amarillas y azules, colores de bandera brasileña. La nueva fábrica también producirá otros artículos religiosos.

Para el Secretario Estatal de Turismo, Domingos Leonelli, retomar la producción de cintas en Salvador era "una cuestión de honor", y ayudará a impulsar el turismo religioso.
De hecho, el gobierno de Bahía es el principal comprador de las cintitas, que son utilizadas en acciones de marketing y promoción turística.

Por su parte, los vendedores que tienen sus puestos en los alrededores de la basílica de Bonfim -punto principal de comercialización de las cintas- tomaron el cambio con cierta desconfianza, ya que en 2001 un proyecto cooperativo similar no tuvo andamiento.

Marcos Nascimento, un hombre de 36 años y que vende cintas desde que era un niño, estima que el precio puede ser un problema.

"Creo que las de san Pablo son más viables, tienen menor costo", afirma.

Cafezeiro admite que las cintas traídas desde el sur tienen un precio al público de diez centavos de real, mientras que las nuevas costarán treinta.

"Pero las cintas sintéticas son hechas sin ningún criterio de fe", defiende el emprendedor.

"vamos a retomar el modo de producción de los peregrinos, de los tiempos en que cada cintita tenía un significado mayor", concluye.

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