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Por The New York Times

La vida muy privada de Melania Trump

Desde que salió de la Casa Blanca, el mundo de Melania Trump se ha hecho más pequeño.

28.07.2023 12:16

Lectura: 6'

2023-07-28T12:16:00-03:00
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Por The New York Times | Lisa Lerer and Katie Rogers

Desde que salió de la Casa Blanca, el mundo de Melania Trump se ha hecho más pequeño.

Tal como a ella le gusta.

Resguardada tras las puertas cerradas de sus tres casas, su mundo se limita a un pequeño círculo: su hijo, sus padres ya mayores y un puñado de viejos amigos. Visita a sus peluqueros, consulta a Hervé Pierre, su estilista de toda la vida y a veces se reúne con su marido para cenar los viernes por la noche en sus clubes. Pero su objetivo máximo es una campaña personal: ayudar a su hijo Barron, de 17 años, en su búsqueda de universidad.

Lo que no ha hecho, a pesar de las invitaciones de su marido, es aparecer en la campaña electoral. Tampoco ha estado a su lado en ninguna de sus comparecencias ante los tribunales.

Así pasa los días Melania Trump, ex primera dama, actual cónyuge de un candidato en campaña y esposa de una de las figuras más divisorias de la vida pública estadounidense. A diferencia de sus predecesoras, no hay planes para una gira de conferencias, un libro o una gran expansión de sus actividades de beneficencia, la mayoría de las cuales, dicen personas cercanas a los Trump, no son del todo visibles para el público. En su vida después de ser primera dama, quiere lo que no pudo conseguir en la Casa Blanca: una sensación de privacidad.

Esos intentos de retirarse de la vida pública se han visto obstaculizados por su marido, que la ha convertido de nuevo en la esposa de un candidato. Mientras Donald Trump se enfrenta a una posible tercera acusación formal, ella ha guardado un silencio inquebrantable sobre su creciente peligro judicial.

Aunque apoya su candidatura presidencial, Melania Trump no se ha dejado ver en público desde que Trump anunció su campaña en noviembre y no fue sino hasta mayo que habló de esa labor, cuando manifestó su apoyo en una entrevista con Fox News Digital.

“Tiene mi apoyo y esperamos devolver la esperanza por el futuro y gobernar Estados Unidos con amor y fortaleza”, declaró.

Su ausencia marca una notable diferencia con el inicio de la primera campaña de Trump, cuando Melania Trump, con un vestido blanco de tirantes, descendió por la escalera mecánica dorada delante de su marido en el arranque de su campaña en la Torre Trump.

Melania Trump mantiene el contacto y la amistad con un reducido grupo de personas de su época en la Casa Blanca, entre ellas la diseñadora Rachel Roy y Hilary Geary Ross, la destacada presentadora de Palm Beach y esposa de Wilbur L. Ross, ex secretario de Comercio de Trump. Sigue muy unida a sus padres, que tienen un apartamento en la Torre Trump de Manhattan y han sido vistos en eventos de Trump en Mar-a-Lago, el club privado y residencia de los Trump.

“Desde su punto de vista y el de sus amigos, ha pasado por muchas cosas, que la han convertido en una mujer fuerte e independiente”, dijo R. Couri Hay, publicista que conoció a Melania Trump en Nueva York antes de que se fuera a Washington. “Ha aprendido a cerrar puertas y persianas y a permanecer en privado. No vemos mucho, no oímos mucho”.

Melania Trump declinó una solicitud de entrevista. Este relato se basa en una decena de entrevistas con asociados, ayudantes de campaña y amigos, la mayoría de los cuales hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a discutir los detalles privados de su vida.

Personas cercanas a la familia afirman que la falta de apoyo público de Melania Trump no debe confundirse con desaprobación o indiferencia. Ella sigue defendiendo a su marido, compartiendo su creencia de que se ataca a su familia injustamente. Desconfía mucho de los principales medios de comunicación y es una ávida lectora del Daily Mail en internet, en el que sigue la cobertura de Trump que hace el tabloide conservador británico.

Melania Trump muestra un particular escepticismo ante el caso de E. Jean Carroll, quien obtuvo 5 millones de dólares por daños y perjuicios en un juicio en el que acusó a Trump de abusos sexuales en la década de 1990 y de difamación después de que dejara la Casa Blanca, según dos personas familiarizadas con sus declaraciones. Cuando Melania Trump vio la cobertura de la declaración de su marido en el caso, se enfureció con su equipo legal por no haber hecho más para plantear objeciones. También ha cuestionado en privado por qué Carroll no podía recordar la fecha exacta de la supuesta agresión.

A pesar de ello, Melania Trump cree que, a pesar de los peligros judiciales, Trump podría regresar a la Casa Blanca el año próximo. En privado, ha mostrado curiosidad por Casey DeSantis, la esposa de Ron DeSantis, el gobernador de Florida y principal rival de Trump. Casey DeSantis es una asesora cercana de su marido y una presencia habitual en sus actos y ha empezado a aparecer por su cuenta en actos de campaña a favor de su marido. En una de sus escasas entrevistas, Melania Trump reflexionó en Fox News sobre la posibilidad de volver a ser primera dama y afirmó que, de tener una segunda oportunidad en el cargo, “priorizaría el bienestar y el desarrollo de los niños”.

Pero aún no ha dado prioridad a la campaña. Aunque se ha mostrado dispuesta a participar en actos para su marido el año que viene, hasta ahora ha rechazado sus invitaciones a los actos de campaña.

“No creo que vaya a ser nada parecido a lo que hemos visto con Casey DeSantis”, dijo Stephanie Grisham, una asistente de Trump que renunció el 6 de enero. “Ella no va a dejarse ver en pantalones vaqueros ni a caminar en desfiles”.

Kellyanne Conway, asesora de Trump de toda la vida y cercana a Melania Trump, dijo que la ex primera dama apoya “por completo” la candidatura de su marido y seguía siendo su “consejera de mayor confianza y más transparente”. Comentó que el matrimonio ha discutido en privado las “prioridades” de un segundo mandato.

“Conozco pocas personas tan seguras de sí mismas como Melania Trump”, dijo Conway, que no trabaja para la campaña. “Ella sabe quién es y mantiene sus prioridades bajo control. Melania los mantiene a la expectativa y siguen interpretándola mal”. Melania Trump, cuando era primera dama, en el Jardín de las Rosas de la Casa Blanca, en Washington, el 25 de agosto de 2020. (Doug Mills/The New York Times). Melania Trump, cuando era primera dama, durante una ceremonia conmemorativa del 11 de septiembre en Shanksville, Pensilvania, el 11 de septiembre de 2020. (Erin Schaff/The New York Times).