Su imagen podría despertar risas y generar memes, pero la historia de Wang no es graciosa. El niño recorre varios kilómetros todos los días para ir a la escuela y su historia se dio a conocer gracias a su maestro.

Vive en Zhaotong, al sur de China, junto a su abuela y una hermana mayor, en una vivienda hecha de barro. Su madre los abandonó y su padre trabaja en otra ciudad, siendo su historia la de miles de "niños abandonados" por padres que deben ir a trabajar a ciudades lejanas.

Las autoridades locales, luego de la viralización de la imagen, comenzaron una campaña para recibir donaciones a él y otros niños pobres de la zona.