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La historia de la joven uruguaya de 19 años que cantó con Mau y Ricky en el Antel Arena

Guadalupe Carrasco, estudiante de ingeniería, contó a Montevideo Portal cómo fue su experiencia cantando con el dúo venezolano.

18.10.2021 17:52

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2021-10-18T17:52:00-03:00
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Por Alejo Piazza

La pandemia de covid-19 trajo consigo buenas y malas. Las cifras de fallecidos y enfermos por la enfermedad pandémica trajeron disgustos a la población mundial, pero otros se vieron favorecidos. El encierro y la falta de actividad llevó a que las personas tengan que divertirse de otra forma y los retos virales de TikTok llegaron para quedarse.

Artistas que en la prepandemia eran desconocidos —como L-Gante, María Becerra o Tiago— se volvieron famosos por fragmentos de sus canciones en los videos cortos. Pero no solo pasó con los desconocidos, sino también con artistas que ya tenían una carrera definida como Mau y Ricky, hijos del reconocido músico Ricardo Montaner.

La pandemia pasó, los protocolos se flexibilizaron y la llegada de los conciertos a Uruguay fue inminente. Los hijos de Montaner —quizás por su participación en La Voz de Argentina— generaron varias fans en el país, por lo menos así quedó demostrado en los dos conciertos que hicieron.

El dúo venezolano brindó un show de 30 minutos aproximadamente en el American Rockstar el sábado y otro en el Antel Arena al siguiente martes, que conglomeró a unas cuatro mil personas. Este último concierto no pasó desapercibido para Guadalupe Carrasco, una joven de 19 años, estudiante de Ingeniería de Montevideo, que subió al escenario y que cantó con los artistas.

Guadalupe habló con Montevideo Portal y contó que su fanatismo comenzó —como tantos otros jóvenes— en la pandemia. A partir de ahí, junto con una amiga, prometió que cuando se levanten los protocolos y den un concierto iban a estar allí y en primera fila. Dicho y hecho, día en que salieron los tickets, día en que los compraron.

En realidad —contó—, no fue todo tan lineal porque surgió una disyuntiva: ir a la planta baja o ir al primer piso. La joven narró que, como ya había ido a conciertos en ese recinto, prefirió ir al primer piso ya que arriba “se ve mejor”.

Asimismo, le surgió la duda porque la invitaron al festival American Rockstar el sábado anterior, es decir, vio tocar a Mau y Ricky dos días antes. Sin embargo, no lo dudó porque era un “plan” que tenía con su mejor amiga y prefirió “verlos dos veces”, total sería un show más largo que el que habían dado en Punta del Este.

“Lo que es insólito es que una hora antes del concierto estaba cansada por el fin de semana, iba a ir con lo primero que se me pasó, y no sé por qué me iluminé y digo: ‘Me voy a vestir bien’. Cuestión me pongo un pantalón y una remera que me había comprado para salir que sabía que era llamativa. A un concierto voy vestida normalmente, no pretendés impresionar a nadie, pero no solo eso, sino que me re maquillé. Cuando me estaba bañando para ir al concierto me puse a cantarla imaginándome que me hacían pasar al escenario, algo que yo hago cuando voy a bañarme”, contó.

Según pudo divisar Guadalupe en el concierto que realizaron en Maldonado, los venezolanos tienen mucho contacto personal y visual con su público y suelen interactuar. “Ya estaba un poco mentalizada a que nos podían ver desde el escenario porque eran muy de eso, saludar a los fans, hacerle corazoncitos, etc.”, expresó.

“Llegamos al concierto, estábamos re adelante, en la primera planta adelante. Va transcurriendo el espectáculo y ya nos habían visto porque tenía una remera re llamativa: verde a cuadros. De la nada dicen que van a llamar a gente del público al escenario. Ahí me puse como loca, me puse a saltar, abriendo los brazos, gritando. En un momento sentí que me iban a llamar a mí, no sé qué fue. Lo que me da gracia es que los que estaban atrás de mí pasaron de ‘qué hace esta de estar saltando’ a ‘wow la llamaron’”, comentó entre risas.

Si bien percibía que tenía oportunidades de ser llamada, había muchas personas. A continuación, los protagonistas del concierto preguntaron a producción si sería posible traer a alguien de la platea y finalmente dicen a la de buzo verde y blanco. “Imaginate, no lo podía creer. Por el momento sabía que iba a subir al escenario, no que iba a cantar, pero igual era una locura. Ahí me tenía que ir (al escenario) y no me venían a buscar. Salí yo a buscar a la mujer, me encuentra, arranco a correr y subo al escenario. Entré con los brazos abiertos y toda agitada porque venía corriendo. Ahí me acuerdo de que a Mau le llamó la atención mi remera, no sé, la remera fue imprescindible”, relató.

Una vez arriba, cantó las canciones con los artistas, pero como si fuese una fan más. Minutos después, comenzó un cántico de la tribuna que decía: “Que cante Guada”. “Sabía que eran mis amigas, pero se fue sumando la gente. De reflejo siempre digo que no porque me da vergüenza. En ese momento me di un baldazo de agua fría y me dije ‘no te pongas a boludear, que no te dé vergüenza, mirá dónde estás’ y ahí es que todo el mundo me dice que parecía suelta y creo que fue por ese clic”, dijo.

Mau y Ricky, ante el grito del público, le preguntaron si cantaba y por qué. Guadalupe les comentó que estaba iniciando un proyecto para empezar a cantar, una idea que viene desde años atrás.

“Se coparon. No me importó errarle a la nota, no me preocupé por entrar en tono, la verdad lo disfruté desde el minuto uno. Admito que me veo en los videos y no me reconozco, una careta. Ni siquiera me estresé si tenía que pegarle a la nota, ya está, disfrutalo. Lo que me impresiona es que no solo canté con Mau y Ricky, no solo los conocí, no solo canté en el Antel Arena, sino que canté con Mau y Ricky en el Antel Arena”, sostuvo a Montevideo Portal.

Manifestó, además, que está “muy agradecida” con los artistas por darle el espacio y por mencionar su usuario de Instagram en medio del concierto. En ese sentido, señaló que, posconcierto, “fue una locura lo que pasó”. Según dijo, hubo una gran cantidad de mensajes y le aumentaron los seguidores por miles. “Se puede decir que mi vida cambió en 24 horas literalmente”, reconoció.

Finalmente, la estudiante de Ingeniería contó que está en su tercer año de clases de canto y que hace “malabares” para “equilibrar las dos cosas”. “La carrera me lleva muchísimo tiempo, pero es un momento mío. Estar tocando el piano, cantando, más allá de que esté en parciales o exámenes, no me lo salteo nunca porque es algo espontáneo”, concluyó.

Por Alejo Piazza