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Siempre en pos de la belleza

La Vela Puerca presentó “Destilar” y afianzó el amor que se tiene con su público más fiel

La banda tocó todo su nuevo trabajo discográfico, los clásicos para “despegar” y algunas canciones que estaban guardadas en algún lugar.

21.10.2018 14:20

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2018-10-21T14:20:00-03:00
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Por Agustín Zabala

Pasadas las 21.30 horas, La Vela Puerca salió al escenario mientras sonaba un instrumental coreado por Sebastián Teysera y mientras las 15.000 personas que esperaban en el campo y en la grada del Velódromo Municipal ansiaban el reencuentro con su banda amiga, que dio inicio al espectáculo con Velamen, el tema que comienza Destilar (2018), el nuevo trabajo discográfico lanzado en mayo de este año.

Foto: Marcos Mezzottoni

Las primeras canciones fueron estrenos: Atala, La nube y Casi todo cerraron el primer set de canciones nuevas, que se vio interrumpido por algunas guiñadas al pasado con Sin avisar (Érase), Se despierta (Piel y Hueso) y Clarobscuro (A contraluz), presagiando de alguna manera que la noche fresca del Parque Batlle iba a tener momentos de nostalgia del pasado y esperanza por el presente.

Recorriendo el tiempo y sus discos, La Vela Puerca siguió con Destilar a través de Mi diablo, Con un farol y De negro y rojo y continuó con el llamado a uno de sus discos más oscuros, tristes e introspectivos: El Impulso (2007), álbum al que le dedicaron un set entero: Neutro, Su ración, El señor y Me pierdo sonaron para la delicia del público, que pocas veces había tenido oportunidad de escuchar este trabajo en vivo.

Luego fue el turno del único invitado que tuvo la noche: Raly Barrionuevo, el cantautor argentino que acompaña a Teysera en La luna de Neuquén, la canción que hizo apaciguar el pogo y que los celulares ofrecieran miles y miles de pequeñas pantallitas que intentaban guardar un recuerdo de lo que sucedía ahí adelante, en el escenario. Y disfrutar, solo disfrutar, porque el show hacía un rato que atravesaba el clima de fiesta, porque ante el primer acorde el abrazo entre el público y la banda sí que dio fuerza.

Foto: Marcos Mezzottoni

"Muchas gracias. Tocar acá, en nuestra casa, siempre nos pone nerviosos y es gracias a ustedes que ese nervio casi ni se nota", dijo Teysera en una de las pocas veces que se dirigió al público solo con palabras, mientras Sebastián "Cebolla" Cebreiro le hacia saber a la gente que era gracias a ellos el amor que recibían en el mundo.

Con Baco, De la mano y Aprendiz La Vela Puerca cerró Destilar y Teysera ya auguraba un momento de "despegar", pero antes había que tomar carrera: por eso, sentado con su guitarra y ante la luz azul del escenario, tocó Respirar (Normalmente anormal). Otra vez los celulares al aire.

Luego sí fue el momento del despegue: Todo el karma (Piel y hueso), Va a escampar (A contraluz), El profeta (De bichos y flores), Zafar (A contraluz), Soldado de plomo (Érase), El gavilán (Deskarado), Haciéndose pasar por luz (A contraluz) y Llenos de magia (A contraluz) cerraron la noche del Velódromo, la noche en la que La Vela Puerca se reencontró con su gente en Montevideo y en donde, yendo y volviendo tal como banda que ya tiene 23 años, afianzó el amor que se tiene con su publico más fiel.

Agustín Zabala (agustin.zabala@montevideo.com.uy) / Montevideo Portal 

Por Agustín Zabala