En abril de 1825, un pequeño grupo de patriotas realizó la Cruzada Libertadora para volver a prender la llama revolucionaria, ahora contra los brasileños que nos dominaban. En esa oportunidad, como en 1811, toda la patria se levantó en armas. Pero 14 años de sacrificios habían servido de experiencia y los orientales de 1825 buscaron apoyar sus conquistas en la firmeza de las instituciones.
En junio de 1825 se instaló en la Villa de la Florida un Gobierno Provisorio, que convocó una Sala de Representantes para redactar las leyes fundamentales del naciente Estado Oriental. La Honorable Sala de Representantes fue presidida por Juan Francisco Larrobla. En una memorable reunión, el 25 de agosto, se aprobaron tres leyes fundamentales: de Independencia, de Unión y de Creación del Pabellón.
La Provincia Oriental "se declara de hecho y de derecho libre e independiente del Rey de Portugal, del Emperador del Brasil y de cualquiera otro del universo...".
El 4 de octubre de 1828 quedó definitivamente ratificada la Independencia de nuestro país, luego de una serie de reuniones llevadas a cabo del 11 al 27 de agosto de ese año entre los delegados de Brasil y de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Ley de Independencia
"Declara írritos, nulos, disueltos y de ningún valor, para siempre, todos los actos de incorporación, reconocimiento, aclamaciones y juramentos arrancados a los pueblos de la Provincia Oriental, por la violencia de la fuerza, unida a la perfidia de los intrusos poderes de Portugal y el Brasil, que le han tiranizado, hollado y usurpado sus inalienables derechos y reducídola al yugo de un absoluto despotismo desde el año de 1817 hasta el presente de 1825."
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