Jóvenes en Londres se reúnen para gritar y liberar estrés

En la cima de la colina de Hampstead Heath, uno de los parques más emblemáticos de Londres, decenas de jóvenes lanzaron un grito colectivo el pasado sábado. No era una protesta ni un acto político, sino una forma de desahogo emocional que se ha vuelto viral en TikTok: el “Club del grito”, una iniciativa que combina catarsis, humor y comunidad.

gEl encuentro fue convocado por Mona Sharif, una creadora de contenido de 26 años que decidió trasladar a la vida real una tendencia vista en redes. “Está inspirado en la terapia de grupo y la terapia del grito, donde la gente expresa frustraciones que no puede verbalizar”, explicó Sharif a la agencia AFP.

A su señal, los participantes —en su mayoría veinteañeros— comenzaron a gritar al unísono, algunos grabándose con sus teléfonos mientras transeúntes observaban entre curiosos y divertidos.
“Fue terapéutico. Uno no se da cuenta de todo lo que guarda hasta que lo deja salir”, contó Rebekah Drakes, una camarera de 23 años que asistió por primera vez.

Una catarsis colectiva en tiempos de ansiedad

El fenómeno creció rápidamente. El primer “Club del grito”, celebrado una semana antes, reunió a cerca de mil personas, según la organizadora. Sharif afirma que la idea surgió tras ver videos similares en Estados Unidos y proponer una versión londinense en TikTok. En apenas tres días, mil personas se sumaron al grupo de chat creado para coordinar el evento.

Antes de cada grito, los asistentes se turnan para compartir en voz alta lo que les causa frustración: la soledad, las presiones laborales o las noticias diarias. “Aquí hay muchas mujeres, y eso me alegra”, comentó Julia Dewit, profesora de 29 años. “A menudo se nos pide mantener la calma, pero ahora podemos expresarnos sin juicio”.

Salud mental y aislamiento urbano

El “Club del grito” surge en un contexto de creciente preocupación por la salud mental de la juventud británica. Una encuesta de YouGov para la Universidad de Londres (UCL), publicada en setiembre, indica que dos tercios de los jóvenes entre 16 y 25 años han experimentado problemas emocionales, relacionados sobre todo con los estudios, la presión económica o el aislamiento.

Para muchos, la experiencia de gritar juntos ofrece una forma simbólica de reconexión en una ciudad donde abundan la soledad y el estrés. “Este espacio permite compartir sin miedo, recordar que no estamos solos”, dice Sharif, convencida de que el movimiento recién comienza.

Con información de AFP