Contenido creado por Inés Nogueiras
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Hablamos con Gabriel Rolón sobre su libro ''Cara a cara''

El psicólogo y escritor argentino Gabriel Rolón habló con Montevideo Portal sobre su nuevo libro, "Cara a cara", que explora al analista desde una dimensión alejada del caso clínico.

07.01.2016 17:56

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2016-01-07T17:56:00-03:00
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Montevideo Portal

Cara a cara (La dimensión humana del analista) es el nuevo libro de Gabriel Rolón, en el que explora desde la mirada psicoanalítica temas tan diversos como la libertad, el dolor, el azar. 

En diálogo con Montevideo Portal, el psicólogo y escritor habló sobre su deseo de que este libro le permita al lector encontrarse consigo mismo, y sobre la importancia de transitar la vida tratando de ser una buena persona, entre otros temas.

¿Tenías ganas de hablar de psicoanálisis?

La verdad es que yo siempre tengo muchas ganas de hablar de psicoanálisis, pero en Cara a cara lo que tenía ganas era de extender mi mirada como analista sobre temas que fueran más allá de los problemas clínicos. Por lo general he hablado mucho de psicoanálisis ligado a casos clínicos, a la histeria, a la neurosis obsesiva, a los procesos, el narcisismo. Y en Cara a cara tuve la intención de poder hablar desde la mirada de un analista acerca del azar, de la libertad, del dolor, de la infancia, de la paternidad. Y también la intención del libro (y de allí su nombre) es que, si el lector acompaña la lectura, justamente en algún momento se encuentre cara a cara con él mismo. Que esas reflexiones lo lleven a preguntarse qué opina él.

¿Por qué elegiste que los capítulos fueran los tiempos de una obra?

En realidad es un ensayo conversado. Es un ensayo en el que reflexiono sobre muchas cosas. Le di esa especie de característica más de entrevista porque me pareció que le iba a dar una oralidad, una escucha. Que el lector sintiera como si lo estuviera escuchando. Y me pareció que ese era un efecto que podía llegar a ser interesante. A mí en todos los libros me gusta cambiar algo porque si no me parece que me quedo sin un desafío. En este tenía ganas de jugarla por ese lado.

Decís "nadie puede ser un buen analista sin ser una buena persona". ¿Te exigís ser una buena persona?

Todo el tiempo. Lo pongo como una exigencia. Todo el tiempo me lo cuestiono. Todo el tiempo me corrijo en las actitudes donde crea que puedo estar actuando mal. Soy muy autocrítico porque creo que lo más importante es haber pasado por la vida siendo una buena persona y eso es lo más difícil. Porque está la tentación de contestar mal, justificarse diciendo que uno tuvo un mal día, que está enojado, que el otro nos hizo esto o aquello. Entonces trato de que los 25 años de análisis que tengo me sirvan para no echarle la culpa a nadie de las cosas que hago mal y tratar de hacerlas lo mejor que pueda.



Sos muy duro con esa tendencia que habla de desear algo y que ese algo "llegue".

Lo que me parece es que hay que tener cuidado con las ideas facilistas, ideas que creen que la felicidades es andar más tiempo descalzo y tomar helados en lugar de comer ensalada. Me parece que la felicidad es algo mucho más complejo que eso, que el universo es bastante más injusto de lo que la gente cree, y que te podés llegar a jugar la vida por un deseo y no conseguirlo. Entonces todas esas cuestiones que apelan a un misticismo inocente no las veo como ingenuas, las veo como peligrosas. Porque, en primer lugar, desvían al sujeto por donde debe ser y, en segundo lugar, generan una posible sensación de culpa en quien no consigue las cosas que me parece canallezca. Decir que alguien no consigue algo solo porque no lo desea bien, decírselo a un padre que acaba de perder a su hijo, decirle: "no se salvó porque usted no lo deseó bien". Hay que tener cuidado con esas ideas que son tan tontas que pasarían como livianitas, pero algunos le dan una fuerza religiosa y la verdad es que no estamos hablando del Antiguo Testamento o del Nuevo Testamento, ni del Corán, ni del Tao Te King, no estamos hablando de algo que tiene una entidad potente como para ser estudiado. Estamos hablando de ideas livianas que tienen que ver con experiencias no demasiado brillantes y que después se toman como si fueran ideas de Dios. Entonces me preocupa.

Sos parte de la cultura argentina, en algunos casos un referente. ¿Cómo estás viendo esta nueva etapa política?

En ese sentido la miro como ciudadano expectante, que está viendo cómo van las cosas. No me sumo a un fervor que cree que ha llegado a la salvación, no me sumo a un negativismo que cree que ha llegado la perdición. Estoy en una franja que trata objetivamente de ir viendo qué medidas se toman, cómo pasan las cosas y a partir de ahí sacaré mis conclusiones. No quiero tener una cuestión prejuiciosa, creo que hay que dar tiempo e ir anotando las cuestiones que están pasando. Cuando tenga elementos de juicio veré dónde me paro.

En el libro aparece el amor y la muerte, ¿son las grandes angustias del ser humano?

Por supuesto. Son los dos puntales que nos convierten en seres humanos. Un ser humano es en tanto que ama y en tanto que muere. Eso es lo que nos diferencia del resto de los seres vivos que estamos en este planeta. Nosotros nos enamoramos, generamos compromiso, vínculos y sabemos que nos vamos a morir, cosas que lo demás seres de este planeta no saben. Y como tales vivimos enfrentando esas angustias y gracias a esa conciencia de la finitud armamos deseos, proyectos e intentamos que tenga algún sentido transitar por la vida.

Montevideo Portal


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