Contenido creado por Manuel Serra
Burreros

De las dos orillas

Good Report, el caballo que acaparó la gloria en el Ramírez y luego conquistó América

Uno de los mejores equinos desde la reapertura de Maroñas, en 2007 acompañó las hazañas de Invasor logrando dos proezas memorables.

17.04.2020 17:01

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2020-04-17T17:01:00-03:00
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Por Germán Boiso

Continuamos con el repaso de los grandes caballos que han corrido en Maroñas, tras la reapertura. Luego de repasar la increíble campaña de Invasor, un caballo que estaba fuera de concurso, llega el momento de recordar la particular y exitosa carrera de Good Report.

El año transcurrido entre mayo de 2006 y el mismo mes del 2007 fue el momento de mayor éxito para nuestro turf, en lo que va del Siglo XXI. Porque a las hazañas de Invasor, que se convertiría en el mejor caballo del mundo, se le suma Good Report dándole por primera vez un Latinoamericano al Uruguay y, poco después, Potri Flash ganando el Gran Premio República Argentina (G1), la carrera más importante del año en Palermo. Fueron 12 meses con un nivel de éxito que difícilmente volvamos a vivir.

Tanto Invasor como Good Report eran nacidos y criados en la Argentina, pero de propietarios uruguayos, y con campaña iniciada en Maroñas, y se encargaron de dejar en alto también a nuestro turf con hitos históricos. Al fin y al cabo, que recalaran en nuestro país era la viva muestra del gran empuje de nuestra hípica por aquellos días y de la fuerte inversión que se realizaba por parte de los propietarios.

Nacido en el haras Abolengo en el año 2003, la campaña del hijo de Ride The Rails y Good Pearl fue extensa en el tiempo, pero breve en cuanto a las carreras corridas. Defendió los colores del stud y haras Santa Teresa, para quien aún hoy cumple funciones como padrillo. Siempre estuvo bajo el cuidado del entrenador de la casa, el experimentado Luis Belea.

Su campaña se extendió desde abril del 2006, cuando debutó con un tercer puesto en Maroñas, siendo aún potrillo de dos años, y finalizó en junio de 2009, siendo escolta de Super Cat en la milla del Benito Villanueva. En esos más de tres años corrió solo 12 veces, ya que su campaña se vio afectada por lesiones. Pese a ello, le dio a sus conexiones los dos triunfos con los que todos sueñan, el Ramírez y el Latinoamericano, una carrera que más que un sueño, para los burreros orientales es una quimera.

Tras aquel debut, llegó el turno de salir de perdedor ganando por varios cuerpos en Mayo. Allí llegaría el primer parate obligatorio, cinco meses hasta que en octubre corrió su primer clásico y lo ganó. Good Report se impuso en el Carlos Reyles (L) sobre 2300 metros. Allí mostró su valor, ganó por amplio margen en una exigente distancia para un potrillo que llevaba tanto tiempo sin correr. Fernando Olivera lo guió al triunfo en ambas ocasiones.
Solo tres semanas después recaló en el Gran Premio Nacional (G1). La prueba consagratoria para los potrillos llegó demasiado pronto para él y debió conformarse con ser quinto por detrás de Calipsean Din, Naipe Marcado, Super Cat y Tomson, quienes junto a nuestro homenajeado dieron forma a uno de los marcadores de mayor nivel para este clásico, desde la Reapertura. Los cinco a su manera eran pingos de primerísima línea.

Llegó el 6 de enero del 2007 y así el día en que se escribiría el primer gran mojón de su historia. Era un Ramírez muy competitivo, con tres visitantes desde Argentina y dos desde Brasil, dándole real tinte internacional al cotejo. Con veteranos que habían brillado en nuestra arena, como Ad Better, The Best y Aguafiestas, con la presencia de dos de los grandes rivales generacionales de Invasor, el tordillo Rienzo y sobre todo Potri Flash y con la figura de otro tordillo, Tomson, como candidato de varios tras ganar en forma soberbia el Gran Premio Comparación. Había ausencias también, Super Cat no correría hasta marzo luego de ser escolta de Tomson, mientras que tampoco estaba la yunta de La Horqueta tras ser vendido Naipe Marcado y tras haberse lesionado el crack de la generación, Calipsean Din.

Para el Ramírez, Good Report contaría con los servicios de unclase A mundial. El jockey brasileño Jorge Ricardo, ya una leyenda en aquellos días y quien luego con el tiempo se convertiría en el piloto con más triunfos en la historia del turf mundial, sería el encargado de guiarlo. Para Ricardo sería una especie de revancha, había estado cerca de ganar el Ramírez dos años antes, pero rodó en la previa de la carrera, no pudo correr y, finalmente, se impuso quien iba a ser su monta, Equipado.

La victoria del zaino fue incuestionable, el dueño absoluto del panorama, brillando a lo largo de toda la recta al dejar a seis cuerpos a Rienzo, quien le ganó ajustadamente a Potri Flash el segundo puesto. Los 2.27.84 se mantendrían hasta 2020 como el mejor registro para un Ramírez, y es que justamente tenemos que venir hasta el triunfo de Ajuste Fiscal de este año para ver una actuación similar a la que tuvo Good Report. Alcanzaba la gloria en Uruguay, el próximo paso sería buscarla a nivel continental.

El Latino del 2007 se corría en La Plata, una ventaja para los nuestros ya que es arena, sentido antihorario, y además cerca, evitando así los problemas de los viajes largos. Con un turf en ebullición, el Latinoamericano era una gran oportunidad y Uruguay lo tomó muy en serio. Maroñas fue representada por Good Report y Potri Flash. En pleno auge exportador del turf argentino y con una situación similar para el chileno, sumado al gran nivel de Good Report, esta aparecía como una gran oportunidad y no se la desperdició al no dejar detalle librado al azar.

Good Report no solo ganó el Gran Premio Latinoamericano, lo hizo brillando, como lo había hecho en el Ramírez. Antes de entrar a la recta final, ya se podía dar por descontada su victoria. Pasó a comandar la carrera y en la recta final dio un espectáculo. Sobre 2100 metros derrotó a la peruana Loca Amy, única yegua del lote, que atropellando relegó al mejor local, Hampón, y a nuestro Potri Flash, así Uruguay no solo ganaba, conseguía dos puestos en el marcador.

Pese a ser nacido en Argentina, el hijo de Ride The Rails escribía aquel 17 de marzo de 2007 historia grande para nuestro turf, era la primera y hasta ahora la única victoria para nuestro país en la carrera. Una victoria internacional, porque su jockey es brasileño y el caballo argentino, pero con el sello de nuestro turf, con su entrenador Luis Belela a la cabeza.

Solo 14 días después de su triunfo llegaría el de Invasor, en la Dubai World Cup; en solo dos semanas el turf uruguayo era dueño, al menos en parte, de dos victorias enormes. Cuando lo vemos desde la lejanía de los 13 años transcurridos, cuesta creer lo que se vivía en aquellos días. La actividad atravesaba un momento de crecimiento y pujanza pocas veces visto y los resultados acompañaban. Nuestro último Triple Coronado era el mejor caballo del mundo y nuestro último ganador del Ramírez era el mejor de América al ganar el Latinoamericano.

Cuando el futuro parecía lleno de gloria para Good Report, la realidad sería otra. Su gran nivel lo llevó a ser claro favorito en el República Argentina de Palermo (G1), la carrera del año en el mítico hipódromo porteño. A 2 pesos y con las tribunas llenas de uruguayos que querían ser testigos de otra hazaña, una lesión lo dejó fuera de contienda al pisar la recta final. Sin embargo, y pese a la tristeza por su problema sanitario, nuestro turf viviría otra página de gloria al ver cómo se llevaba la carrera Potri Flash, con el agregado además de ser en este caso un caballo nacido en nuestro país.

Tras aquella lesión, la campaña del defensor del Santa Teresa no sería nunca más la misma. Demoraría cuatro meses y medio en volver a pistas, lo haría en Maroñas con un contundente triunfo en el clásico Miguel y Juan Debernardis. Derrotaría por 11 cuerpos nada menos que a Calipsean Din sobre la milla, pero en una carrera donde solo corrieron tres. De todas formas el 1.34.40 era un gran augurio. Aquella sería su quinta victoria, pero lamentablemente también la última.

Reaparecería en el Ramírez para defender su título, pero estaría lejos, apenas decimoprimero. Pasaría casi un año hasta reaparecer nada menos que en el césped de San Isidro, para correr el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1), la emblemática prueba del turf argentino. Finalizaría en el puesto 18, estábamos aquel día en el hipódromo y aunque la expectativa era moderada, fue un trago amargo verlo llegar muy lejos. Volvería a Maroñas para solo tres semanas después correr su tercer Ramírez, en el que sería el año del triunfo de Relento. Terminaría último entre 12 participantes. Todavía haría un intento más, sería en la milla del Benito Villanueva, el 21 de junio de 2009. A punto de cumplir los seis años, esta sería su última carrera. Y si bien no ganó, nos regaló a los presentes una gran carrera. Se batió a duelo ante el gran millero de la época, Super Cat, quien lo derrotó por una cabeza en un final que estoy seguro nos quedó grabado a todos quienes estábamos presentes en las tribunas del circo de Ituzaingó.

Si bien Good Report no pudo tener la campaña que merecía tras ganar el Latino, al menos en su último intento nos recordó su enorme calidad y corazón para pelear ante un gran rival por el triunfo, incluso cuando las lesiones le habían mermado sus posibilidades.

Pasados los años poco importa si su campaña no tuvo todos los éxitos que merecía, el brillo de sus logros perdura en el tiempo y es lo que resalta. Ganar el Ramírez por varios cuerpos y luego el único Latinoamericano de nuestro turf le asegura un lugar a Good Report en la rica historia del turf oriental.

Por Germán Boiso