Cinco minutos antes de las 11 de la mañana, Casper, que ya tiene 12 años, toma el ómnibus Número 3, que recorre unas 11 millas, pasa por el astillero y la base naval, el centro de Plymouth y la zona roja de la ciudad, y regresa a su domicilio. El felino viene haciendo eso cada día desde hace cuatro años.

Susan Finder, su propietaria, dice que el gato fue bautizado como Casper porque desaparece como un fantasma durante buena parte del día, aunque nunca supo, hasta ahora, dónde estaba el felino.

Los conductores de la línea de transporte dicen que al principio se sorprendían por el extraño pasajero, que no paga boleto pero tampoco genera problemas. “Él se sienta en el fondo del vehículo, y a veces pasa ronroneando entre las piernas de la gente”, explicó uno de los choferes al diario británico Telegraph.

Su dueña cree que el gato la vio alguna vez subier al autobús, y, por curiosidad, comenzó a imitar su comportamiento.

Un vocero de la empresa de transporte dijo que hay una circular que advierte que Casper “no debe abonar el boleto”.