Contenido creado por Gerardo Carrasco
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Qué dientes tan grandes

Fotógrafo registra entrenamiento de perros cazadores de osos en el este de Rusia

Fotógrafo registra en Rusia el cruel entrenamiento de perros utilizado para la cacería de osos. Encadenado, el plantígrado debe enfrentar a varios canes.

14.04.2015 15:00

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2015-04-14T15:00:00-03:00
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Estas imágenes, que muestran a un oso joven sujeto con una cadena y atacado por perros, corresponden a un ejercicio de entrenamiento al modo tradicional de la república rusa de Sajá. El entrenamiento consiste en permitir que los perros hostiguen al oso, ya que los canes serán utilizados luego para cazar a estas enormes bestias.

La caza del oso en Sajá no se practica siempre con fines deportivos. En la mayoría de los casos, los ciudadanos disparan contra animales que invaden zonas pobladas en busca de comida. En estos casos, las habilidades de rastreo y persecución de los perros resultan sumamente útiles.

Las fotos fueron tomadas para una revista por el fotógrafo Spiridon Sleptsov, durante una visita al Club de Caza Bayanay, cerca de Yakutsk. Según el periódico El Tiempo de Siberia, en dicho lugar se celebra anualmente una competencia donde se eligen los mejores perros para la cacería del oso, y algunos animales reproductores se venden por buen dinero.

Durante los ejercicios, los perros son liberados a considerable distancia del oso encadenado, y a partir de ese momento de comienza a evaluar su capacidad para localizar a la presa. Una vez logrado esto, el perro debe ladrar con estridencia para poner sobre aviso a los cazadores. Mientras estos llegan, el perro entrenado debe jugarse el todo por el todo hostigando al plantígrado. En la desigual lucha, los mastines apuestan a su velocidad, propinando rápidas dentelladas para luego alejarse y ponerse lejos del alcance de la presa que, encadenada, no puede perseguirlos ni huir.

Esta clase entrenamiento ha probado largamente su eficacia a la hora de afinar los instintos de los sabuesos, pero sin duda sería considerado cruel por parte de cualquier entidad defensora de los animales. Durante la jornada, el oso "señuelo" sufre numerosas mordeduras, pero también algunos canes "reprueban" el examen, de forma muy dolorosa.

Por ello, el perro que ataca frontalmente al oso pierde puntaje, ya que se espera que proceda como lo haría en la naturaleza, donde no podría jamás vencer a semejante presa: ladrar mucho, estorbar la huida y sólo morder con velocidad y por la espalda o los flancos.

El oso de las fotos se llama Masha, y ha sido utilizado en tantas sesiones de entrenamiento que ha llegado a comprender a los perros. Para los que permanecen a distancia o se limitan a ladrar, Masha se reserva un comportamiento pacífico y hasta amistoso. Por el contrario, aquellos que pretenden hincarle el diente, se ven obligados a emplearse a fondo, ya que el animal conoce todos los trucos, y es muy probable que los revuelque de un zarpazo.

Segú el fotógrafo, el entrenamiento es menos cruento de lo que parece. Al cabo de estos años, Masha ha sufrido alguna que otra mordida superficial. En contrapartida, se ha sacudido de encima a más de un perro, pero ninguno resultó muerto o herido de gravedad.

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