Fingió un embarazo con una panza de trapo, y a los nueve meses debió sostener su mentira con una mayor

Antonella Milena Santiago Padilla, de 37 años y residente en la ciudad colombiana de Barranquilla, fingió por nueve meses estar embarazada, gracias a una barriga de tela que iba aumentando con más género a medida que pasaban las semanas.

Pero llegó el día del parto y no había trapo que valiera, por lo que decidió "huir hacia adelante" con un embuste mayor. Inventó un secuestro y el rapto del bebé. Sin embargo, las autoridades la descubrieron y ahora es investigada por la Fiscalía.

Según informa el periódico local El Heraldo, la mujer había dicho a su familia que tenía programada la cesárea para el 22 de setiembre. Sin embargo, ese mismo día decidió salir de su casa a cobrar un dinero que se le adeudaba. Posteriormente, contaría a la policía que cuando se dirigía a dicha cobranza, había sido abordada por "varios individuos fornidos" que viajaban en una furgoneta roja. Según su relato, fue introducida a la fuerza en el vehículo y luego narcotizada.

Agregó que después de varias horas sus raptores la dejaron tirada en un sector del barrio Villa Campestre de Puerto Colombia. Allí, supuestamente después de que se disiparan los efectos del sedante, se dio cuenta de que no tenía la criatura en su vientre, y como pudo se trasladó hasta su residencia en el barrio El Salvador, de Barranquilla. Al llegar allí le contó a la familia lo sucedido y ésta de inmediato radicó la denuncia ante la Policía Metropolitana.

Mientras efectivos de dicha corporación comenzaban las investigaciones, la mujer fue trasladada al Hospital Niño Jesús de Barranquilla para que le hicieran una valoración y se conociera su estado de salud. Y fue entonces que el embuste se cayó por dos frentes.

Mientras la policía comprobaba en las calles que los datos aportados por la mujer eran incongruentes -no cuadraban ni las esquinas- los médicos se encontraron con que la mujer no tenía ninguna cesárea programada en ninguna parte, y que se negaba a que le revisaran bajo las ropas. Sin embargo, un análisis de sangre demostró que no había habido embarazo alguno.

Apremiada por su esposo, Antonella finalmente accedió a dejarse reconocer por los médicos, quienes o hallaron ningún tipo de herida en su cuerpo.

El caso está ahora en manos del ministerio público, que evaluará si presenta cargos contra la falsa embarazada. En cuanto a esta, el domingo solicitó el alta del hospital y no se ha vuelto a saber de ella.