Contenido creado por Tomás Gutiérrez
Burreros

A rienda suelta

Ever Daddy brilló en el Ramírez el día que Girona Fever hizo historia

Maroñas vivió una jornada brillante, récord de apuestas, tribunas llenas y carreras de lujo que hicieron vibrar al pueblo burrero.

07.01.2024 19:35

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2024-01-07T19:35:00-03:00
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Por Germán Boiso

Cuando se cumplían 20 años del primer Ramírez desde la Reapertura nos tocó vivir uno de los mejores de estas dos décadas, es que lo tuvo todo. Dentro de lo mucho para destacar hubo un rey y una reina, Ever Daddy y Girona Fever fueron las máximas figuras de la jornada.

Todo culminó con el porteño Ever Daddy llevándose en forma contundente el Ramírez, pero antes de llegar a ese epilogo, pasó de todo.

Desde temprano Maroñas estaba lleno de gente, 11:30 cuando se abrieron las puertas, había largas filas de gente esperando para entrar, una hora después ya no quedaban lugares libres en los tradicionales bancos verdes de la tribuna del Palco Oficial, y eso que aún no se largaba la primera. La prueba inicial estaba reservada para caballos ¼ de milla y son ejemplares que vemos muy poco en Maroñas pero que traen desde el interior mucho público, eso se notó desde temprano. El otro gran atractivo inicial era el pick 4, en donde se apostaron mas de 3 millones de pesos pero nadie lo acertó ya que hubo cuatro ganadores bastante inesperados, el pozo queda para la próxima.

El pick 4 se cerró con el hándicap especial Eugenio J. Lagarmilla donde la valiente La Empatia se lució junto a su jockey Juan De Leivas para derrotar a Tetuan que hizo la punta y cerca estuvo de ganar. Así la reunión fue tomando color hasta llegar al primer gran momento, el Gran Premio Maroñas (G3).

No solo era el primer clásico de la tarde, era en donde decía presente Girona Fever buscando hacer historia. El público la aplaudió ya en el paseo previo, la gente la adora, y no es para menos. La fantástica velocista que defiende al stud Uruimporta había ganado esta prueba en 2022 y 2023 y buscaba ser la primera en 70 años en ganarla tres veces. Y recordemos los buscaba tras una temporada en la que viajó dos veces a Argentina y se trajo dos triunfos, incluido el inolvidable Grupo 1 ganando ante Labrado el 1ero de Mayo en Palermo.

Girona Fever ha calado hondo en una afición que la venera y que se rompió las manos aplaudiendo cuando en los 300 metros finales era evidente que nadie podría evitar su triunfo. Girona Fever doblegó a La Sobrina por 2 ½ cuerpos la cabo de excelentes 56’’58. Triunfo número 19 (18 clásicos) en apenas 21 presencias para quien en lo personal es dueña de dos títulos, el de mejor velocista desde la Reapertura y también el de mejor ejemplar nacido en Uruguay en lo que va del Siglo 21. La criada en el haras El Santo ha superado los sueños de todas sus conexiones, incluidos los de su jockey de todas las horas, Federico Piriz.

El siguiente clásico fue el Gran Premio Pedro Piñeyrúa (G3) y cumplió con lo que esperábamos en la previa, un triunfo de Tupungato ante un lote muy parejo. Promediando la recta parecía difícil la chance de Tupungato, no tenía paso ni gran acción, pero Pablo Rodríguez lo hizo reaccionar, encontró lugar en los palos y el hijo de Forestry terminó ganando una preciosa carrera en la que los 14 primeros llegaron encerrados en poco más de 6 cuerpos, es decir, todos juntos. Tupungato derrotó a Apache Cat por el pescuezo. Para su jockey, Pablo Rodríguez y para su entrenador, Germán González, fue otra perla en su collar de triunfos en Reyes. En solo cinco años lograron dos Ramírez, un Ciudad de Montevideo y un Piñeyrúa, impresionante pero no sorprendente ya que son dos grandes profesionales.

El último clásico previo al Ramírez era el Grupo 1 para las yeguas, el Gran Premio Ciudad de Montevideo (G1) y allí dio un show Pacholli. Nuestra favorita fue muy superior a sus rivales y se llevó una carrera a la que le había apuntado sin éxito hace 12 meses. La defensora del Hs. Bagé Do Sul contó en su silla con el astro brasileño Joao Moreira, quien no solo le dio color a la reunión con su presencia, sino que nos demostró tanto dentro como fuera de la cancha porque es uno de los mejores jockeys del mundo, un clase A sin discusión.

Y llegó el Ramírez, y se cumplió lo que muchos pensaban, si Ever Daddy no sentía el viaje, los caballos locales no tendrían posibilidades y no las tuvieron. El potrillo argentino fue el primer crack del turf de la vecina orilla en cruzar a correr el Ramírez tras consagrarse en los últimos 40 años. Atraídas sus conexiones por los 200 mil dólares que repartía la prueba, el pingo vino, vio y venció. Fue un deleite verlo. Es verdad, la carrera tuvo poca emoción, y el público se quedó con las ganas de ver ganar a alguno de sus caballos locales favoritos, pero tener la suerte de observar a un caballo de este nivel es algo para festejar. De la mano de William Pereyra, probablemente el mejor jockey argentino del momento, Ever Daddy dominó temprano y en la recta final dio un monologo para derrotar a dos de los cinco que presentaba el Hs Phillipson ya que el ganador de la última Polla, Rock Walk fue segundo y Pluto fue tercero.

Entrenado por Juan Saldivia y con el histórico Roberto Pellegatta como parte fundamental del equipo, Ever Daddy impuso su nombre en el Ramírez y el turf argentino se tomó cierta revancha tras un año en el que ejemplares uruguayos se llevaron tres grandes premios en la vecina orilla.

El tiempo marcado por el ganador de 2’27’’62 y los seis cuerpos que le sacó al escolta, nos hicieron acordar en lo personal a lo hecho por Ajuste Fsical hace tres años, ambas son dos de las mejores muestras del Ramírez en estas dos décadas.

Ever Daddy volverá a Argentina pero su futuro no estará allí, o Estados Unidos o Dubai, uno de los dos países será el próximo destino de un campeón que mostró que es especial y que tiene por delante mucho por ganar.

La reunión tuvo un récord, se jugaron mas de 54 millones de pesos y se batió por siete millones lo recaudado hace un año, una muy buena marca que muestra el muy positivo momento que vive nuestra actividad, fue un 6 de enero redondo, con resultado positivo desde todos los aspectos, esperemos sea la base para tener un gran 2024.

Por Germán Boiso


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