El incidente fue relatado- no sin cierta ironía- en la cuenta de Facebook de la Policía Local de Toledo.

Allí se relata cómo el simple hecho de ver a un joven con corte de pelo "sospechosamente bien cortado" despertó el instinto detectivesco de los uniformados. Y al cabo de un rato de patrullaje, tuvieron su premio: una peluquería que funcionaba a puertas cerradas.

De acuerdo con la normativa local, al infractor de las medidas tomadas por el gobierno en el marco del estado de alarma, el asunto podría costarle caro: las multas previstas para tales situaciones son de entre 600 y 30.000 euros.