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Entrevista a la escritora argentina Viviana Rivero

“Las vocaciones nos persiguen y nos atrapan”, dijo a Montevideo Portal la cordobesa Viviana Rivero, quien pasó repentinamente de discreta abogada a ser una de las novelistas más exitosas del país vecino.

13.01.2015 14:08

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2015-01-13T14:08:00-03:00
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Por Gerardo Carrasco
  gcarrasco@m.uy

“Yo me crié en una casa donde había un escritor: mi padre. Era un buen escritor, había ganado premios importantes, pero no era un escritor comercial, no vendía y no vivía de sus libros, tenía que trabajar de otra cosa y escribir en sus ratos libres. Mi mamá decía: ‘Acá nadie se va a dedicar a carreras que tengan que ver con la literatura, porque para locos está papá’, y ninguno de los tres hijos seguimos carreras que tuvieran que ver con la literatura", recuerda Viviana Rivero en diálogo con Montevideo Portal.

Recientemente, la autora visitó nuestro país para presentar La magia de la vida, su novela más reciente, obra cuya acción principal se desarrolla en el norte de Italia y en dos líneas temporales que alternan los días de la Segunda Guerra Mundial y el presente. El libro plantea también una trama dual, en la que se narra una historia de amor en la actualidad y se echa una mirada a la aristocracia italiana, que en tiempos de la ocupación alemana fue despojada no sólo de dinero, sino de inapreciables obras de arte que poseían desde tiempos antiguos.

Los trabajos y los días

Con la admonición familiar antes mencionada gravitando sobre su cabeza, Viviana se dedicó a una profesión que pudiera sustentarla. Estudió Derecho en la Universidad Nacional de Córdoba y se desempeñó como abogada litigante durante más de diez años.

"Pero las vocaciones nos persiguen y nos atrapan", recuerda risueña la escritora, quien destaca que en su casa "siempre se hablaba mucho de libros, de novelas, y todos éramos muy lectores". Hasta que un día llegó el momento de dar a la pluma su ocasión.

"Mis hijos ya estaban un poco más grandes, llegaban del colegio y hacían sus cositas solos, y me dije que había llegado el momento de hacer algo que hacía ya unos años que quería hacer: escribir un libro".

Así, durante las tardes, luego de finalizar su trabajo en el estudio jurídico "trabajaba en lo que fue mi primera novela, Secreto bien guardado, que un poco nació como un hobby. La idea era escribirla para que mis nietos algún día pudieran decir: ‘La abuela escribió un libro’", relata la autora.

Una vez finalizado el libro, Rivero intentó publicarlo, y golpeó las puertas grandes del mundo de la edición. "Intenté ir a las grandes editoriales y ni siquiera la llegaron a leer, decían que ya tenían todo cubierto. Entre ellas hablé con la que hoy es mi editora -Planeta- y también me dijo que no", rememora.

Tras el rechazo de los grupos multinacionales, Secreto bien guardado se publicó en Córdoba al cuidado de una pequeña editorial local. Esa primera edición fue un éxito, y se agotó en quince días. Durante medio año se lanzó una reimpresión mensual, debido a la demanda que había despertado la obra.

Semejante éxito de ventas llamó la atención de los grupos editoriales que poco antes le habían dado la espalda. Se sucedieron los viajes de emisarios a Córdoba, y el envío de pasajes para que ella viajara a Buenos Aires. Finalmente, firmó contrato con Planeta, editorial con la que sigue trabajando.

La confirmación

Tras culminar la redacción de su segunda novela Mujer y maestra, la envió a un concurso de literatura histórica organizado por el gobierno de la provincia argentina de San Luis, y obtuvo el primer premio.

"El premio era dinero en efectivo", cuenta Rivero, quien invirtió esa plata en un viaje con toda su familia, y en medio de ese viaje anunció que se cambiaba de profesión. "Como estaban todos contentos, me apoyaron sin dudar", refiere.

Ese cambio "fue un paso en el vacío, porque dejé todo mi trabajo anterior, y había que ver si el tercer libro también funcionaba". Afortunadamente, también resultó un éxito de ventas. "Fue una decisión, y ahora vivo de eso".

Cita con la historia

Todas las obras de Viviana Rivero tiene algo en común: pertenecen al género de la denominada narrativa histórica. Esa elección se dio por las mismas razones que llevan al sediento al manantial.

"A mí me gusta la historia, ya era una abogada medio rara porque me gustaba la ficción, el teatro. Me gustan las películas y libros de época, y mi primer novela fue de ese género porque es lo que me gusta leer", expresa.

En su nueva novela, La magia de la vida, se cuenta la historia de Emilia, "una periodista porteña, sumamente formal y responsable, que viaja a Italia huyendo de una crisis sentimental, y se enamora de Fedele", un chef italiano que lleva una existencia mucho más relajada y bohemia, más dispuesto a disfrutar del momento que a preocuparse por el mañana, "pero que tiene una historia familiar compleja que ella va a ir conociendo. Además, ella se da cuenta que está embarazada del novio que dejó en Buenos Aires".

La historia de Emilia y Fedele se mezcla con la de Benito, un anciano aristócrata de Piacenza, abocado a satisfacer una obsesión: recuperar todos y cada uno de los objetos que los nazis se llevaron al saquear la villa de su familia en 1943.

Si bien el relato del Benito es "secundario", cobra relevancia debido a que se ocupa del destino de esas familias aristocráticas "de toda" la vida en tiempos del fascismo y la posterior ocupación alemana, algo que no aparece con frecuencia en los manuales de historia.

"Se me ocurrió porque me inspiraron esos castillos", que, a diferencia de lo que sucede en otros países, "no han cambiado de manos: siguen ocupados por las familias aristocráticas que siempre los habitaron. Generalmente viven en una parte de esas villas, y el resto lo arriendan para eventos, bodas, etc. Me pregunté cómo era la vida actual de esa gente", y hay una parte de la investigación previa al libro que tiene que ver con eso.

"Cada temporada, las grandes marcas les regalan sus nuevos productos", ya que esos aristócratas siguen siendo prestigiosos e influyentes, y que usen sus productos les resulta un estupendo reclamo publicitario. "Todavía llevan en cierto modo vidas de nobles, en esos castillos medievales bellísimos, que requieren mucho personal de servicio para mantenerlos funcionando", narra.

"Hay una gran investigación histórica para entender y presentar la situación política de Italia durante la Segunda Guerra Mundial", que tiene giros y altibajos. "Tuve que leer mucho para interiorizarme bien en la época, porque necesitaba crear diálogos verosímiles, saber qué clima se respiraba, saber si vivían con miedo, si salían o no en la noche, cómo estaban de dinero, de provisiones, si seguían viviendo con toda esa cantidad de servidumbre o no. Todo eso me llevó un buen tiempo de investigación, comprender el sistema de vida que tuvieron en ese tiempo", explica.

"El contexto es riguroso, es una constante en todos mis libros, y creo que tiene que ver con mi condición de abogada, que quiero que todo concuerde", dice entre risas.

Del papel a la pantalla

Y ellos se fueron fue la primera novela de Rivero que tuvo éxito en Europa. Dicha obra relata las peripecias de un grupo de migrantes españoles afincados en Mendoza, donde dan origen a la industria vitivinícola que hoy caracteriza a esa provincia argentina.

Encabalgada entre dos continentes, la novela será pronto llevada a la pantalla chica en una teleserie de nada menos que 120 capítulos. La serie será una coproducción entre la firma argentina Pampa Films y la española Filma Nova.

"El rodaje se hará en los dos países, parte en Andalucía y parte en los viñedos mendocinos", cuenta Viviana, quien señala que "desde el primer momento se acordó que yo participaría de la adaptación de la novela", asegurándose así la mayor fidelidad posible al original.

"Cuando me enteré que la serie iba a ser emitida en países europeos como Italia y Grecia, sentí que la literatura abre caminos increíbles", confiesa la autora. "Que mañana un griego encienda la TV y vea en la pantalla a esos personajes que hasta no hace mucho estaban solamente dentro de mi cabeza es algo mágico", concluye.

 

Por Gerardo Carrasco
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