Contenido creado por Inés Nogueiras
Entrevistas

Mesmo assim

Entrevista: Paulinho Moska

La mirada alegre y la palabra fácil. Después de una docena de entrevistas, Moska conservaba las ganas de contar y de cantar, de promocionar su espectáculo y hablar de su vida, obra y milagros; del "caos estable" que conforma su mundo y su búsqueda expresiva, evitando ser encasillado en un género, en una actitud, en una identidad única.

Lectura: 11'

2008-10-25T17:09:00-03:00
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Montevideo Portal / Inés Nogueiras
inogueiras@montevideo.com.uy

Con esa impronta, el carioca va surfeando en su charla con Montevideo Portal sobre distintos temas, hablando de los tiempos vitales y de los de la industria, de la actualidad de su país y la poesía impermeable, de su descubrimiento del público uruguayo y su "triángulo amoroso" con el uruguayo Jorge Drexler y el argentino Kevin Johansen.

Como dice tu nueva canción, ¿cuántas vidas tenés?

Tengo una vida, y creo que la vida, esta única que tengo y que cada uno tiene, es un gran potencial que a veces no percibimos. Porque el día a día, el trabajo, la necesidad de sobrevivencia, toda la presión que el sistema hace para que seas el mejor, que el capitalismo te va a dar un premio si conseguís hacer dinero, y la gente te va a amar si sos el más lindo, todas estas cosas nos hacen pensar que la vida es una mierda.

Pero creo que la solución para eso ahora está muy clara, porque con la Internet, con la información, con el tipo de vida que estamos teniendo, al mismo tiempo que hay un exceso de cosas -exceso de información, de dinero, de ambición, de poder, de religión, de sexualidad-, tenemos una oportunidad de mirar la diversidad de estos excesos y percibir que no hay necesidad de ser especialistas en ninguna cosa.

Entonces la idea de que las cosas son complejas y no tan simples, me regaló la idea desde muy chico de que no debía buscar "un" camino, sino que debía buscar un camino hecho de laberintos, o un laberinto hecho de caminos. Que lo mejor era no querer esta victoria capitalista o utópica de ser el mejor en alguna cosa; que era mejor crear una singularización a través de una diversidad de experimentaciones.

Es un poco punk lo que estoy diciendo: no soy fotógrafo, pero hago exposiciones de fotos; no soy actor, pero hago películas; y no soy escritor, pero escribo poemas y los canto. No quiero ganar premios, quiero ser el "mejor yo" que pueda, y el "mejor yo" es este tipo, que tiene estas tantas vidas que son una sola, una vida que busca la felicidad en cada instante.

Venís de un país que es musicalmente muy variado, ¿de qué sonidos o estilos de tu país te sentís heredero?

Brasil es un continente, cada Estado, cada ciudad tiene una música, una comida, un acento diferente al hablar. Y tenemos una facilidad de comer antropofágicamente al resto del mundo y mezclarlo con nuestras cosas, porque fuimos acuñados en esta fusión de negros con indígenas, y blancos y europeos.

Yo pienso que hago música pop brasilera, pero cuando salgo del país me parece que no es pop el nombre que debo decir. Me gusta el tono, me gusta el samba, me gusta el rock, me gusta la música erudita, la música orquestal, la música electrónica.

Escucho João Gilberto y a Björk; Tom Waits y Tom Jobim; Caetano Veloso y David Bowie; The Clash y Bach; escucho a Luis Gonzaga y a la filarmónica de Berlín. Así es todo en mi vida, en todo. ¿Qué tipo de libro me gusta leer? No lo sé, porque leo física cuántica, romances, poesía, ficción, futurología, y me gusta todo. Soy fanático de los cómics y leo e-mails, que es casi una literatura…

¿Llegan muchos?

Una infinidad, de todos los lados. Contesto el 0,001 por ciento, pero los leo todos. Me gusta pensar que existe una comunicación que se da a través de las canciones con el público y estos e-mails que me llegan. No me siento exigido a contestar e-mails, es imposible ser amigo de un millón de personas…

A pesar de lo que diga Roberto Carlos…

(Ríe y canta) Sí, "Yo quiero tener un millón de amigos". Son amigos, yo los llamo así. Siempre que empiezo un concierto digo "¡Hola amigos!", porque es una forma de amistad, pero cuando quiero hablar alguna cosa la digo a través de las canciones.



En alguna oportunidad mencionaste que debiste apartarte de los sellos discográficos porque te consideraban "muy sofisticado" y lejano a "la gente", ¿cómo viviste esos argumentos en aquel entonces, antes de lanzarte como independiente?

El problema de una compañía discográfica multinacional son las fechas. Trabajan con fechas: tienen una para entregar la música, una para entrar al estudio, una para terminar el disco, una para estar en las tiendas, una fecha para ser suceso. Tiene un límite para todo, al final del año se hace una cuenta y se decide qué va a pasar, lo que fue bueno y lo que fue malo. Esto es muy extraño, porque una obra de arte, un disco, un cuadro, necesita de su propio tiempo.

Me pasó una cosa rara, estuve trece años en una compañía grabando un disco cada un año y ocho meses, y cuando salí de la compañía y grabé mi primer álbum independiente estuve cinco años trabajando en él. Y con este álbum conseguí, sin la plata de la grabadora, tener tres o cuatro canciones conocidas en las radios, en teleseries, más conciertos, fue el proyecto que más me regaló dinero.

Y otra cosa: ¡I´m the boss! No tengo que pedirle nada a nadie, descubrí que tengo mi ritmo, que mis proyectos no son para ser consumidos en tres o seis meses. Mis proyectos son complejos, tienen un concepto, necesito de dos, tres años, las cosas necesitan un tiempo para caer. Estoy contento, la diferencia básica es esa.

Cuando escuchaba que me decían "sos muy sofisticado"… "No soy sofisticado, es que ustedes trabajan con un tiempo que solamente las cosas banales pueden darlo, las superficiales, que son consumidas muy rápido". No me siento ni un poco sofisticado. Cualquier letra que yo escriba puede ser comprendida por cualquier persona, no hago una poesía difícil. Siempre pensé que mi formación fue Roberto Carlos, Caetano Veloso, que sus letras son mucho más difíciles de comprender que las mías. Puedo citar unas diez canciones de Caetano que tenemos que parar para entender la letra, o Carlinhos Brown… bueno, de Carlinhos Brown no se comprende ninguna letra. (Ríe)

No puedo comprender cómo "Yo estoy pensando en ti, estoy pensando en nunca más, pensar que te perdí, porque cuando pienso en ti yo sé cómo eludir la soledad…" ¿tiene alguna cosa difícil de comprender? Yo soy muy popular, soy muy fácil, pero desafío un poco las compañías, porque tengo una actitud que no es la que ellos esperan de un artista.



¿Qué opinás como artista del hecho de que la música se difunda por Internet?

Para mí "música is free". Es la única obra de arte que no se pega en las manos. No existe como la Mona Lisa, es invisible, no se puede contener, pertenece al aire. Entonces Internet es la materialización de una abstracción, la música pasa a ser un click, y eso es fantástico. Podemos tener acceso a una cantidad mayor para ahí sí tomar la decisión de qué es bueno, y no esperar que una compañía te diga "compra esto, compra esto, compra esto, compra esto, compra esto, compra esto". Porque así compramos: nos perturban tanto que compramos para que paren de decirnos "¡compra!".

Con Internet podemos conocer mucho y después comprar lo que queremos mantener. Si a vos te gusta un artista, comprás el álbum, para mantenerlo. Escuchá de todo y di "a mí me gusta éste, entonces voy a ayudar a este artista a hacer una cosa que me gusta; voy a ayudarlo a pagar sus cuentas".

Yo voy por la música libre. Creo que lo más importante a partir de este momento van a ser los conciertos, porque vamos a poder bajar un DVD, toda la música, pero nada va a sustituir el placer de estar en un lugar y que tu artista preferido entre y cante; que uno piense "estoy acá en este momento, viviendo esto". Eso no se puede bajar por la Internet. Vamos a tener una etapa en que los conciertos van a pasar a ser las obras de arte, el verdadero arte va a estar en la vida viva.

 

¿Cómo influye en tu trabajo como artista lo que sucede en tu país y en la región, social y políticamente? ¿Te influye, lo expresás a través de tu arte?

No me siento un cronista. Me afecta como ciudadano, pero cuando estoy creando no soy un cronista. No quiero hacer cosas que en veinte años la gente diga "¿de qué está hablando? Ah, de una cosa que pasó hace veinte años". Quiero que las canciones sean escuchadas en cien años y que sea la misma canción, que hable de cosas que no cambian. De existir los seres humanos en cien años, escucharán "yo estoy pensando en ti, pensando en nunca más pensar…" y va a ser lo mismo.

Por otro lado, me afectan las cosas políticas y sociales, pero cuando estoy creando tengo mi mundo, tengo mis cosas, mis conexiones. Me rehúso a hacer de mi música una crítica social porque no soy así, las cosas me influencian porque estoy vivo, pero tengo bien diferenciado mi "artista" y mi "ciudadano", no dejo que las cosas malas entren en mi poesía.

¿Cómo surgió esa "sociedad" que tenés con Jorge Drexler, con Kevin Johansen? Eso que ustedes llamaron "Mercosurf", que habla de una identidad musical o artística más allá de las fronteras de cada país…

De la manera más natural, como pasa en la vida de todos. Un amigo que te presenta a otro, que te presenta otro que un día te llama para trabajar y cuando te das cuenta está todo lindo. En resumen fue así. Con Drexler pasó que me regalaron un CD de él y me encantó, lo busqué en Internet, lo llamé por teléfono, hablamos, nos conocimos, lo invité a Rio, grabé una versión de su música. El llegó a Rio y descubrimos que éramos muy parecidos en muchas cosas: la edad, un hijo, el tratamiento de la canción, la visión del mundo, nuestra pasión por la electrónica pero sin abandonar la esencia de la canción.

Después él me habló de mucha gente: "tenés que conocer a Pablo Casacuberta", "tenés que conocer a Kevin Johansen". Llegué acá y conocí a Pablo Casacuberta, me enamoré de su trabajo y hoy tengo un proyecto con él, hacemos un programa de televisión (Zoombido), hace tres años que trabajo con el equipo uruguayo liderado por Pablo. Y llegué a Argentina, a un concierto con Drexler en el que también estaba Kevin. "Hola, un placer" y en poco tiempo ya estábamos los tres pasando unos días en La Paloma, con la familia.

Si uno lo mira de afuera era claro: los tres tocan la guitarra, los tres escriben sus letras, los tres cantan, los tres tienen humor… fue incontrolable la idea de trabajar juntos, todo muy favorable para que nos sintiésemos un triángulo amoroso (Ríe). Y hasta hoy nos hablamos y existe siempre un deseo de estar juntos.

Llegaste a Montevideo por primera vez de la mano de Drexler…

Si, vine a trabajar en el Teatro Solís, en cuatro conciertos de Drexler. Cantaba tres canciones, pero fue tan bueno que pocos meses después estaba en Sala Zitarrosa, con entradas agotadas.

¿Cómo sentiste esa respuesta del público?

Fue muy sorprendente, ya había tocado en Europa, en Japón, tenía una experiencia de tocar afuera, siempre buena, pero acá me pareció que eran mis amigos los que estaban en la platea. Me aplaudieron muy, muy fuerte. Creo que la importancia de Drexler me regaló un portal. El amor que el uruguayo tiene por Jorge, y la solemnidad del Solís, todo eso colaboró.

Y ahora llega el turno de "Moska + banda", ¿cómo va a ser el concierto?

Va a ser un show raro, porque la gira estaba terminada hace dos meses y estábamos todos dispersos. Yo estaba grabando el álbum nuevo cuando me dijeron "hay una invitación para Buenos Aires y Montevideo, ¿que hacemos?". Yo dije "¡vamos! Vamos a llamar al equipo y ver quién está". Y bueno, el iluminador no viene, el baterista tampoco porque está de gira con otro grupo.

Entonces me vengo con un baterista nuevo, que es hijo de Djavan; y con mis dos músicos, y vamos a hacer un concierto que no es exactamente "Tudo novo de novo" porque ya estoy con ganas de tocar canciones nuevas, que no están totalmente arregladas pero están muy frescas y puede ser bueno…

… para probarlas…

Sí. Creo que ahora, en la mitad del álbum, venir acá y recibir un poco de energía buena me puede regalar algo bueno para el disco.

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Montevideo Portal / Inés Nogueiras
inogueiras@montevideo.com.uy