La actriz estadounidense Lindsay Lohan fue, en 2011, portada de tabloides debido a sus internaciones para rehabilitarse de sus adicciones al alcohol y las drogas, y a sus varias comparecencias ante la Justicia por conducir en estado de ebriedad o sin registro.
Al parecer, los días de turbulencia pasaron, y está más sosegada. Semanas atrás la vimos con toda su sensualidad en las páginas de New York Magazine, emulando a Marilyn Monroe, y ahora es noticia por un hecho menor: el viernes, según cuenta TMZ, tuvo el irrefrenable deseo de hacerse un tatuaje en la mano. Fue hasta el negocio de un tatuador, y se hizo anotar la frase "Vivir sin remordimientos". Toda una declaración de principios.