El escritor italiano Stefano Benni en Montevideo

Stefano Benni nació en 1947 en una aldea de montaña en las cercanías de la ciudad de Bolonia. "La electricidad llegó a mi tierra en 1954, así que mi infancia pasó a la luz de las velas", recordó el escritor este jueves en una sala de conferencias atiborrada de público. De esa infancia pueblerina Benni recordó especialmente sus lecturas y cierto episodio que le valió un mote que le dura hasta hoy: Lobo.

"A menudo salía a caminar en la noche, y para no sentir miedo iba acompañado por unos perros. En una ocasión, los perros comenzaron a aullar a la luna y yo los acompañé", relató. "Mi familia me llevó a un psiquiatra que, afortunadamente era un hombre inteligente, quien le dijo a mi abuelo. ‘su nieto es casi normal, sólo que un poquito lobo', y el nombre me quedó", contó.

Durante la conferencia, el escritor fue desgranando información acerca de algunas de sus obras. Una de las más conocidas es la novela "¡Tierra, Tierra",una suerte de distopía desbordante de ironía y humor que plantea una opción diferente a las habituales versiones acerca de un mundo post apocalíptico.

El humor en la obra de Benni está lejos de ser un ejercicio literario ligero. Por el contrario, lo ha utilizado en sus cuentos y novelas para clavar hondo el bisturí en los problemas de la sociedad italiana y también en los globales, y ha sabido ser especialmente mordaz con el imperio televisivo.

"No es que me moleste la televisión en sí misma, pero no me agrada la hegemonía de la televisión, el hecho de que todo lo que sucede tenga que pasar por su tamiz", señaló el artista, quien se congratuló de que, en los últimos tiempos, Internet ha cambiado las reglas de juego, despojando a la "caja boba" de tal soberanía mediática.

Otra de las obras analizadas fue, "La Cofradía de los Celestinos", novela que tiene como elemento central algo que, según el autor, puede apreciarse a lo largo y ancho del planeta: niños jugando al fútbol en la calle. Y hablando de dicho deporte, el autor recordó su truncada carrera como futbolista. "De haber seguido en ello, quizá sería un poco más flaco, sin duda tendría mucho más dinero, y puede que fuera un poco más tonto y más feliz", bromeó.

Más allá de las novelas mencionadas, es en el mundo del relato breve donde Benni quizá muestra sus mayores habilidades. Clara muestra de ello es el volumen de relatos "La última lágrima", que tuvo en su momento muy buen acogida en el mercado hispanoablante. Uno de los relatos de ese libro, titulado "Hermano Cajero", fue representado en vivo por Jorge Esmoris, Leonor Chavarría y Jorge Temponi, acompañados por la música de Gonzalo Durán y Pablo Machado, en el marco de una suerte de introito artístico que divirtió a los presentes, incluido el autor.

A la hora de hablar de sus escritores favoritos, Benni no ocultó su admiración por Jorge Luis Borges, y manifestó su reconocimiento a Juan Carlos Onetti, cuya novela "Juntacadaveres" calificó como excelente.

"Hay tantos y tantos buenos escritores que a veces uno se siente el peor. Por suerte siempre está Paulo Coelho", bromeó.

Finalmente, recordó que "la imaginación no es sólo algo divertido: es una necesidad, la herramienta más útil para realizar transformaciones".