La institución neoyorquina eligió 32 de las 92 portadas que el diseñador estadounidense George Lois hizo para esa revista masculina entre 1962 y 1972, y las agrupó bajo el título de "George Lois: Las portadas de Esquire", en una muestra que se puede ver hasta el 31 de marzo de 2009.
La instantánea de Alí como portada de Esquire corresponde al número de abril de 1968, y es "una de las imágenes más icónicas de la época porque une asuntos tan incendiarios de entonces como la guerra de Vietnam, la raza y la religión", dijeron hoy los organizadores de la exhibición.
George Lois, uno de los creativos más prolíficos, renovadores y destacados de Estados Unidos, revolucionó en la década de los sesenta la manera de presentar la información y las cubiertas de las revistas de entonces.
"Muchas portadas de entonces tenían un estilo banal y estructurado, en el que a menudo la imagen competía con el texto. Lois introdujo en ellas una potente imagen con una expresión que iba más allá de la ilustración del artículo", señaló el MoMA.
Lois, neoyorquino de 77 años, supuso una verdadera entrada de aire fresco en el mundo de la edición y la publicidad, al servirse del poder de la comunicación de masas para abordar temas de interés como el racismo, el feminismo o la guerra de Vietnam, que en aquella época dividía a la sociedad estadounidense tanto como ahora lo hace la de Irak.
Imágenes tan conocidas en la cultura pop como la de una sexy Virna Lisi (1965) con espuma de afeitar en el rostro, de Mohamed Alí (1968) sufriendo el martirio de su renuncia a cumplir el servicio militar o la de un Andy Warhol (1969) deconstruido e intentando salvarse de su famosa creación de la sopa de tomate Campbell, surgieron de la creatividad de Lois.
Las portadas de esa revista masculina mensual, creada en 1933, apenas saliendo de la Gran Depresión de Estados Unidos, se convirtieron desde entonces en parte de la iconografía más estadounidense y en un lugar en que quiere salir toda estrella mediática que se precie.
Harold Hayes, que era el editor en 1961 de esa publicación, conoció a Lois y le propuso diseñar en solitario la portada de su revista, cambiando así lo que hasta entonces se hacía: decidir por consenso entre los redactores jefes la imagen de la cubierta.
"Era consciente de que mis portadas eran provocadoras, y sólo salieron a la luz gracias al esfuerzo del editor de la revista, que se jugó su puesto de trabajo para que las publicaran", dijo Lois al inaugurar la exposición.
(Fuente: EFE)