Contenido creado por Martín Otheguy
Entrevistas

Las cosas simples

ENTREVISTA A MARIANA VIÑOLES

"No haría un documental por dinero de alguien que no respeto", dijo a Montevideo Portal Mariana Viñoles, directora de "La Tabaré, Rocanrol y después", documental sobre la vida y obra de Tabaré Rivero. Entrevista.

22.05.2008

Lectura: 9'

2008-05-22T15:43:00-03:00
Compartir en

El año viene movido para el cine nacional: al documental Hit y las ficciones Matar a todos y Polvo nuestro que estás en los cielos se le suma el estreno de La Tabaré, rocanrol y después, sobre la vida y obra del cantante Tabaré Rivero y su banda.

Montevideo Portal conversó con Mariana Viñoles, co realizadora junto a su pareja, el suizo Stefano Tononi, del documental que se puede ver en Cinemateca, sobre la particular figura retratada, sobre los imprevistos que fueron modificando el trabajo final, sobre la libertad a la hora de desarrollar la obra, sobre la amistad, la honestidad y el límite entre el retrato justo y la complacencia

¿Cuándo y por qué nace la idea de hacer esta película sobre Rivero y su banda?

Cuando grabábamos la música de "Crónica de un sueño" que interpretó La Tabaré, Tabaré Rivero nos mencionó la existencia de sus propios archivos de más de 20 horas con grabaciones de programas de televisión a los que habían asistido o había asistido él, y creímos que podía ser una linda historia para ser contada; la de Tabaré como artista, y a través de su historia, contar también la historia de otros.

Pero lo que aparece en el producto final tiene poco de ese material... está puesto casi como para reconocer un archivo, no es el leitmotiv de la obra...

No, no. No es el leitmotiv pero anecdóticamente fue el primer motivo para pensar en la idea de hacer una película. Creo que con ese material pudo haberse hecho un film de montaje, si querés, porque realmente había mucho.

¿La idea mutó?

No, no mutó, pero fue transformándose en otra, y también era la idea: la de contar esa historia desde el presente, ver desde qué lugar algunas personas nos contaban la historia de esa banda en sus comienzos. De todos modos como la banda también se separó durante el tiempo en el que nosotros llevábamos a cabo esa película, hubo muchas decisiones que tuvieron que tomarse sobre la marcha. Lo que no está mal, porque es así que se trabaja muchas veces, sobre todo en documental, es el gran desafío, ir tomando las buenas decisiones.

O sea que en tu cabeza estaba la idea más allá de los videos de los que te había hablado Rivero...

Algo así. Desde el momento que Tabaré pensó en hacer un montaje de archivos, nosotros ya pensábamos en contar una historia desde el presente, en hacer un documental que contara su historia, y también ya sabíamos que lo interesante era contarlo a través de él, porque es su banda, lleva su nombre y él es el único integrante que está ahí desde el comienzo. Una cantidad impresionante de músicos pasaron por la banda a lo largo de sus veintitantos años.

Entonces, el riesgo de hacer algo "en tiempo presente", ¿está en el cambio de un tipo inquieto? Recién decías que hubo que ir cambiando cosas en la marcha, ¿qué cosas? La ausencia de Mónica Navarro en la película se siente.

Lo que nosotros habíamos filmado durante los últimos dos años al final no existía más, y ¿cómo contabas algo que fuese honesto desde ese lugar? La opción de filmar y concentrarnos más que nada en Tabaré la habíamos pensado desde el principio, y al final, fue la forma que tomó el documental, la que honestamente me parece la mejor. Es un retrato de él. Habla de sus contradicciones y de los motivos por los cuales una banda como la Tabaré no pudo o no puede tener el éxito que tienen otros grupos, porque Tabaré no quiere moverse de determinados lugares. Y eso está bueno, porque es lo que lo mantiene firme con sus principios. Pero cansa también.

Y en ese sentido ¿cuánto influyó el propio protagonista en el corte final? ¿Cuánto dejó o no hacer o mostrar?

No influyó en ninguna de las decisiones que nosotros tomamos como creadores, al contrario, lo que hicimos nosotros fue ir explicándole las decisiones que tomábamos y por cuáles motivos y él siempre respetó mucho. Es lógico que contar la historia de un personaje público, como es su caso, es más delicado que contar otras historias porque ese tipo tiene determinados compromisos.

Nuestra amistad se profundizó durante la realización de este trabajo, no es que nosotros fuéramos amigos íntimos y decidimos hacer una película. Nosotros conocimos la intimidad del artista mirando sus archivos e investigando todo para este documental. Conocimos cosas que quizá no hubiésemos conocido solamente por ser amigos. Entonces establecés un vínculo que es muy lindo, especial, eso es lo más lindo del trabajo de documentalista. Allí había como un respeto mutuo, porque Tabaré confió en nosotros para que contáramos esa historia y realmente no nos puso "peros". Él fue muy cuidadoso, nos entendimos.

¿Y la autocensura? en vos principalmente, tu esposo no lo conocía del pasado. ¿Dejaste cosas por el camino para cuidar al amigo?

¿La autocensura? Mirá, lo que yo traté de hacer fue mostrar al Tabaré que conozco, al ser humano, y de ser honesta con esa mirada. Yo tengo mucho respeto por él como artista, como persona, por eso quise contar esa historia a través de él. Siempre cuido a los personajes que filmo y de quienes cuento historias. Yo no filmo a alguien para poner cosas en cuestión o buscar discursos diferentes que se contradigan, no es mi estilo ni el objetivo de mi trabajo.

¿En tus películas no cuestionás cosas?

Sí, cuestiono, pero no yo en mi búsqueda. Yo no busco las contradicciones en las personas, ni en las películas ni en mi vida. Busco entenderlos.

¿Por eso la decisión digamos "salomónica" de no poner a la ex vocalista Navarro?

No, no. Esa decisión no la tomamos nosotros, la tomó ella, ella no quiso aparecer, me pidió aparecer lo menos posible. Quisimos hacer una entrevista con Mónica pero ella no quería. En el 90 por ciento de mi material estaba Mónica. Pero ella no quería salir, yo la entendí, ella me entendió y aparece sólo en un momento porque no me gustaba que desapareciera por completo. Desde mi punto de vista como realizadora, desde nuestro punto de vista, Mónica falta, esa no fue una opción que tomé yo, ni Stefano, ni Tabaré. Nunca la hubiésemos tomado.

¿Podrías hacer un documental a pedido, un documental sobre otro músico o artista al que no te uniera más que un contrato comercial?

Podría, si me gusta el artista. No haría un documental para cualquiera porque antes que hacer eso por dinero, prefiero hacer otras cosas, como publicidad por ejemplo, me parece mas digno. No haría un documental por dinero de alguien que no respeto, o que considerara que no se lo merece.

Pasaron muchos músicos por la banda de Tabaré Rivero, ¿los entrevistaste a todos?

No, no, no. Se trató de contar la historia de alguien a través de algunas personas que representen o aporten cosas a esa historia, no era didáctico. Pasaron más de 30 músicos por la banda, podría haberlo hecho para una serie para la tele pero no para una película de una hora. Tratamos de filmar a quienes nos parecieron más representativos pero no es la historia cronológica de una banda, es un retrato de un tipo que creó una banda que marcó una época y que hoy sigue en pie, en un buen momento de la vida artística de ese tipo, y no después, cuando tuviera 80 años

¿Fueron sinceros los entrevistados?

Y sí, hay una cosa un poco nostálgica en aquellos que hicieron parte de la primera mitad de la historia, y quienes hoy hacen de sus vidas otras cosas, y hay una mirada un poco más ácida y dura desde quienes cuentan la historia desde el presente

¿El tiempo cura heridas?

Sí, sí. Los seres humanos somos así, contradictorios. Estoy segura de que Mónica hubiese aceptado participar si hubiésemos hecho esta película dentro de 5 años. Yo hablé con ella de eso y estuvimos de acuerdo. Pero bueno, la película la estábamos haciendo ahora. Es una pena que Mónica no esté. Por suerte, además, el tiempo cura las heridas, si no sería insoportable.

Y a Rivero, ¿cómo lo encontraste con su pasado, con sus historias, sus peleas, sus discursos?

Lo más fuerte es un archivo con su padre. Él nos había hablado mucho de ese archivo. Nosotros por ejemplo no lo llamamos por teléfono para preguntarle: ¿Taba, podemos usar el archivo que estás con tu padre? todo ese material estaba ahí, estuvo en nuestras manos durante más de un año. Cuándo la película empezó a tomar forma definitiva, ese archivo estaba ahí, y tratamos de construir algo que contara ese vínculo, porque son vínculos que nos marcan la vida muchas veces. Cuando Tabaré vio una de las últimas versiones, se emocionó mucho.

¿Y qué opinó viendo el resultado?

Le gustó mucho. Está re feliz, muy agradecido.

¿Se sorprendió con algunas reacciones de la gente en la presentación en el Festival de Cinemateca?

Sí, se sorprendió mucho. Creo que él no tenía idea de la dimensión que podía llegar a tener. Creo que no lograba imaginarse a una sala llena reaccionando frente a la pantalla. Estuvo re bueno.

¿Y él público?

Las personas se inventan historias cuando sienten intriga por determinadas personas. Tabaré Rivero es un tipo que genera mucha intriga. Lo que quisimos hacer nosotros fue un retrato del tipo que conocemos, pero en ese material no hay ninguna manipulación. Las opciones que se tomaron fueron artísticas, no hubo caprichos ni presiones.

¿Por qué se estrena sólo en Cinemateca, por qué no va a salas comerciales?

Porque las salas comerciales no quieren pasar películas terminadas en video, no les interesa. Entonces pasan Hit porque la productora que produjo ese documental tuvo dinero para inflarlo a 35 mm. Nosotros no tenemos plata para hacer eso desgraciadamente; ya vamos a terminar una película nuestra en 35mm, pero no puedo sacar la plata para hacerlo de mi cuenta bancaria, porque no la tengo. Además, conseguir fondos para una peli como la nuestra no es tan fácil porque no ven la universalidad de la historia.

¿Cuál es el nivel de satisfacción sobre la obra ya finalizada y con cierta distancia de tiempo, están contentos?

Sí. Me gusta mucho, me parece simple. Me gustan las cosas simples.

Por Ernesto Muniz