EEUU: compró un freezer usado con una extraña cláusula de “no abrir por un tiempo”. Y halló lo peor

El mes pasado, una mujer de Goldsboro, Carolina del Norte, visitó la venta de garaje que hacía su vecina y vio un gran freezer horizontal a sólo 30 dólares, y creyó que comprarlo sería un gran negocio.

Ambas cerraron el trato, pero con la condición de que la compradora respetara un pedido especial. La vendedora le entregó el aparato sellado con cinta "pato", y le explicó que debería mantenerlo enchufado y sin abrir "por un tiempo".

La mujer justificó semejante pedido argumentando que los alumnos de la escuela dominical de su iglesia lo estaban usando para un proyecto de "cápsula del tiempo". En "sólo unos pocos días", los chicos irían a su casa, retirarían los artículos del congelador y la nueva propietaria quedaría libre para usarlo.

Según consigna The Washington Post, la mujer enchufó el electrodoméstico en el dormitorio de huéspedes y esperó tres semanas, pero nadie apareció.

El viernes pasado decidió que ya había aguardado lo suficiente, así que quitó la cinta y abrió el congelador, dispuesta a deshacerse de lo que hubiera allí dentro y luego trasladar el aparato a su cocina.

"Lo primero que vi fue una hoja verde y una bolsa de arena para gatos", contó a la cadena WRAL. Luego sus ojos se posaron en un pie humano.

"Vi los dedos de un pie y el tobillo", contó. Inmediatamente bajó la tapa.

Luego recordó la historia de su vecina acerca de un proyecto estudiantil y supuso que podía ser una pieza de utilería, pero un nuevo vistazo la sacó de dudas: era real.

"El corazón se me subió a la garganta", recordó la mujer, que atinó a llamar de inmediato al 911.

"Tengo un problema serio. Mi vecina me vendió un congelador, acabo de abrirlo y creo que hay un cadáver dentro", dijo.

¿Su vecina se lo vendió? Fue la incrédula y reiterada repregunta del operador.

El Departamento de Policía de Goldsboro emitió el miércoles un comunicado confirmando que el congelador contenía realmente restos humanos. La misiva explicaba que se trataba del cuerpo de una persona residente en la ciudad, cuya identidad permanecería en reserva hasta que sus familiares fueran notificados.

El forense determinó que el cuerpo no presentaba señales de violencia y que el deceso se habría producido por causas naturales. La Policía investiga el caso, que podría generar cargos de ocultación de óbito y eliminación ilegal de cadáver, ambos delitos graves.

Por su parte, la compradora del congelador -cuya identidad tampoco se publicó- tiene su propia hipótesis respecto a la identidad del cadáver.

En declaraciones a la ya mencionada televisora, dijo tener la fuerte sospecha de que el cuerpo que su vecina metió en el freezer era el de su propia madre.

Explicó que la mujer había traído a su madre a vivir con ella porque estaba enferma, y que ella misma había conocido y tratado a la anciana. Sin embargo, no volvió a verla desde setiembre, cuando sufrió un derrame cerebral. "Reconocí el pie, era de su madre", sostuvo.

"Quizá la hija dependía del cheque de la pensión de su madre, y cuando murió no supo que hacer", agregó, arriesgando un posible motivo para la ocultación del cuerpo.

Mientras tanto, la macabra vendedora desapareció de escena. Según testimonios de otros vecinos, dijo que iría a Virginia Occidental para visitar a su madre en el asilo donde presuntamente se aloja.