EE. UU.: rescatan a una osa que pasó más de una semana con la cabeza en un frasco

Tras más de una semana deambulando con la cabeza atrapada en un frasco de plástico, una joven osa negra fue rescatada en el estado de Wisconsin, Estados Unidos. La operación fue realizada por funcionarios del Servicio de Vida Silvestre del Departamento de Agricultura (USDA), en colaboración con el Departamento de Recursos Naturales de Wisconsin (DNR).

Los primeros reportes del caso datan del 26 de julio, cuando el animal con el frasco en la cabeza fue avistado por primera vez en el centro-norte del condado de Sawyer. Desde entonces recorrió unos 80 kilómetros con el frasco aún atascado, y se registró su presencia en los condados de Bayfield y Douglas.

Según consigna UOL, los equipos del USDA colocaron trampas en diferentes lugares, pero los extensos movimientos diarios de la hembra dificultaron su captura. Finalmente, el pasado 3 de agosto fue el día esperado y el rescate pudo llevarse a cabo con éxito.

Ese día, un especialista en vida silvestre localizó a la osa en una propiedad privada y logró acertarle con dardos cargados de sedantes. Con el animal inmovilizado, el equipo pudo romper el frasco y evaluar el estado de salud del animal.

Comprobaron que se trataba de una hembra de una edad aproximada a los 2 años, y que no presentaba más problemas de salud que su bajo peso, que era de 32 kilos, algo para nada sorprendente dado el ayuno forzoso que sufrió.

"No sabemos exactamente cuánto tiempo tuvo atascado ese frasco, pero vimos que presentaba perforaciones, probablemente causadas por las propias garras de la osa", explicó Randy Johnson, especialista en grandes carnívoros del DNR, en un comunicado.

A pesar de que no logró alimentarse con el frasco atascado, los residentes informaron que pudo beber agua sumergiendo la cabeza en el río. Según los investigadores, una osa de esta edad suele pesar entre 45 y 68 kilogramos en esta época del año, lo que sugiere que sobrevivió gracias a sus reservas de grasa.

Tras colocarle dos caravanas para su identificación, la osa fue liberada en una zona boscosa segura, rica en bayas y agua. Una vez que recuperó la conciencia, inmediatamente comenzó a comer, algo que los rescatistas valoraron como una señal positiva de recuperación.