Su nombre completo es muy difícil de recordar: Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez.
Consideraba que el arte debía servir a la clase trabajadora y estar fácilmente a su alcance. Fue famoso por pintar obras de alto contenido social en edificios públicos.
Estudió pintura en la ciudad de México. Entre 1907 y 1921 continuó sus estudios en Europa, principalmente en España, Francia e Italia. Luego regresó a su país, donde tuvo un papel muy importante en el renacimiento de la pintura mural, iniciado por otros artistas.
Estudió en profundidad el arte maya y el azteca, que influyeron de forma significativa en su obra posterior.
En colaboración con otros destacados artistas del momento fundó el sindicato de pintores, del que surgiría el movimiento muralista mexicano, de profunda raíz indigenista.
En 1929 se casó con Frida Kahlo, que había sido una de sus modelos.
Su fama lo llevó a exponer y trabajar en Estados Unidos. Allí, su obra Hombre en la encrucijada (1933), encargada para un edificio en el Rockefeller Center de Nueva York, fue destruida poco después de su realización porque contenía, al parecer, un retrato del líder soviético Lenin. Un año después, Rivera la reprodujo en su tierra, para el Palacio de Bellas Artes.
En 1935 terminó uno de sus proyectos más ambiciosos: los frescos para la escalera monumental del Palacio Nacional de la ciudad de México, con su propia interpretación de la historia de su país, desde los tiempos precolombinos hasta ese momento.
Realizó sus últimas obras en mosaico de piedras naturales. Fue un dibujante magistral y un estupendo colorista.
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