Al igual que en ediciones anteriores, los finalistas del certamen fueron un grupo de osados hombres y mujeres, todos con la audacia suficiente para subirse a un escenario y simular -algunos con talento y otros con buena voluntad- la realización de todo tipo de prácticas sexuales.

En todos los casos, los concursantes permanecían con la mayor parte de su ropa puesta. Solos ante el público, debían apelar a sus dotes actorales para remedar los movimientos de la ascendente carrea hacia el clímax.

El Campeonato del Sexo en el Aire no sólo es un espectáculo fascinante, es también educativo e inspirador", asegura Chris Trew, organizador del evento, en declaraciones a The Huffington Post.

No sólo los residentes en Nueva York tienen la oportunidad de participar, ya que al igual que Cantando por un sueño, el certamen realiza anualmente una gira nacional.

Este "deporte" tiene dos reglas básicas: todos los orgasmos deben ser fingidos, y en el momento de la performance el concursante debe estar solo, con la única compañía de su "pareja imaginaria". Sin embargo, el show también ofrece espacios para la representación colectiva.

Un tribunal de expertos -este año liderado por al actriz porno Lisa Ann- es el encargado de elegir a los ganadores.