Crímenes: Femicidios del Siglo XX en el Río de la Plata

ESTRENO: MARTES 23 DE NOVIEMBRE - 13:30 Hs.

CAPÍTULOS 

Todos los martes en el programa de Gustavo Rey - Espíritu Libre - Radio Cultura de 13.30 a 14:00 Hs.

REPETICIONES 

Martes de 20.30 a 21:00 Hs.

Sabados y Domingos de 14:00 a 15:00 Hs.

CRÍMENES

Es una serie de radioteatro en formato podcast compuesta por 8 capítulos, sobre 7 femicidios y un asesinato por encargo (el caso  Livingston) ocurridos en el Río de la Plata durante el siglo XX. La  investigación histórica es la fuente que nos arroja luz para ingresar y dar vida al universo complejo de estos personajes y nos permite abordar la vida pública y privada de los protagonistas involucrados en estos “hechos de sangre” que marcaron indeleblemente la memoria colectiva de estos países hermanos.

Cada capítulo refleja el contexto histórico que rodeó estos crímenes visibilizando la vida de la mujer en el siglo XX; esposas, novias, prostitutas, amantes, la vida intrafamiliar donde la violencia ejercida por la autoridad del marido, convierte a la mujer en un ser vulnerable y con nulas posibilidades de rebelarse. Toda una galería de personajes -víctimas, victimarios, periodistas, agentes de la ley, jueces, testigos- van tejiendo la trama de esta “crónica roja”.

La narración tiene la tendencia de movilizar al oyente con situaciones bizarras salidas del lunfardo de la época y el arrabal, sin dejar de entrever el humor de una sociedad arraigada a los prejuicios, las carencias de los vínculos, en donde los conflictos encubiertos aparecen a la luz de manera violenta. Con tintes de cinismo tragicómicos, se va tejiendo la trama de una realidad patética, cruel, misógina y totalmente cotidiana, donde hoy en día aún nos vemos reflejados.

RADIOTEATRO en formato podcast

Utilizamos la plataforma del podcast para el relato dramático, partiendo de la escucha del viejo radioteatro y tomando en cuenta la evolución en la percepción del público contemporáneo, tanto en el uso de la voz como en la tecnología de sonido que acompaña cada entrega.

El contenido de cada capítulo alterna un relato basado en investigaciones históricas, crónicas y artículos periodísticos de la época, con dramatizaciones ficcionadas para desarrollar escenas y situaciones entre los personajes. El estilo de abordaje es realista donde lo violento y lo oscuro avanza en lo cotidiano hasta el estallido de la violencia.

El relato y las dramatizaciones son las bases de esta propuesta de radioteatro. Para eso contamos con la participación de Hugo Fontana y Gabriel Calderón, ambos destacados autores que aportan su particular visión de estos “delitos” desde la narración y la escritura.

El relato cumple una función esencial en nuestra vida; la curiosidad frente a las historias está presente desde la niñez, nos despierta la imaginación, afloran nuestras emociones y entre ellas el miedo que cumple una función perturbadora y aleccionadora.

Todos los seres humanos tenemos en la muerte un tema a resolver que nos fascina. Los crímenes son siempre cosas que les suceden a otros... o eso creemos. Los asesinatos tienen una inquietante carga emotiva. La religión y la moral dicen “no matarás”. Pero hay quienes cruzan esa línea y disponen de la vida de otro con mayor o menor crueldad. Los crímenes reales nos permiten descubrir y desentrañar las partes más oscuras y perversas de la psique humana.

Nuestro objetivo es entretener, informar y dar rienda suelta a la imaginación del público para crear esos mundos. 

LA VIOLENCIA de género

Los homicidios a mujeres por motivos de género existen desde siempre, pero recién en la última década se logró ponerles nombre“femicidios” y, después, hacerlos visibles. El concepto “femicidio” fue incorporado por la escritora y activista feminista Diana Russell, a fines de la década de 1980 en el Tribunal internacional de crímenes contra mujeres. Russell explicó esta palabra como la que mejor describe los asesinatos por parte de hombres, motivados por el desprecio, odio, el placer o el sentido de propiedad sobre las mujeres.

A principio del siglo XX la mujer estaba confinada al hogar, se esperaba de ella que fuera virtuosa y casta, abnegada y sumisa a la voluntad del hombre. A medida que avanzaba el siglo con los procesos de modernización, la mujer puja -tanto en la vida íntima como en la pública- por hacer escuchar su voz y ganar espacios. Con mucho esfuerzo personal fue ganando presencia aunque el desprecio y la intolerancia hacia la mujer que no acepta y discute la autoridad del hombre se refleja en un aumento de la violencia hacia ella. Las masculinidades hegemónicas no aceptaban que la mujer tuviera una voz propia dentro de la familia, un papel activo en la sociedad, que accediera a los derechos políticos y sociales logrados por ellas mismas. Aún hoy existe la asimetría de oportunidades para lograr  posiciones destacadas.

Nos interesa enfocarnos en el siglo XX porque aún no había aparecido la tan políticamente discutida noción de “femicidio”; los asesinatos de las mujeres por los hombres entraban muchas veces en la figura de “crimen pasional”, aliviando la pena que la ley imponía al asesino.

Crímenes es una propuesta artística centrada en los femicidios del Río de la Plata en el siglo XX y expandida a la temática de la violencia de género. El proyecto propone visibilizar algunos de los femicidios más emblemáticos del siglo pasado en Uruguay y Argentina, donde ya de por sí la temática marca una clara división de género en los roles que ocupan víctimas y victimarios. Al analizar los medios de comunicación, la acción institucional y los relatos personales, se revela, aún hoy, una tendencia hacia la invisibilización de la violencia de género. Subsiste una legitimación cultural de la violencia contra la mujer al ridiculizar el acto de muerte con titulares y fotos, la atención se dirige al cuerpo de la mujer y en detalles que le quitan dignidad en la muerte. Los hoy en día llamados “femicidios”, en el siglo pasado se argumentaban bajo el título de "crimenes pasionales", epílogo de muchas relaciones de pareja, bajo la falsa idea de que es un acto imprevisible e incontrolable y no el desenlace de una vida de violencia, construida desde la estructura de la sociedad.

Los medios de comunicación reportaban con frecuencia estos homicidios que, al ser catalogados como “pasionales” por las autoridades judiciales, eclesiásticas o por la sociedad en su conjunto, dejan entendido que todo estaba suficientemente claro y explícito, además de distorsionar la realidad de lo sucedido, se justificaba la acción y favorecía a quien lo comete perfilándolo como alguien que no siendo criminal, es arrastrado por la pasión provocada. Más tarde, la comunidad se encargará de absolverlo porque las historias de amores que matan motivan reacciones sociales de repudio y atracción.

Los hechos femicidas en la actualidad continúan siendo alarmantes, e incluso se han ido incrementando durante el confinamiento a raiz de la pandemia y se ha convertido en un factor determinante para aquellas que sufren de violencia de género. Por esto, no podemos hacer oídos sordos a esta problemática social:

“Femicidios en cuarentena: piden que se declare la emergencia en violencia de género” (Infobae.com, abril de 2020); “Más femicidios y menos denuncias por la cuarentena: gobierno analiza medidas contra la violencia doméstica” (El Observador, marzo de 2020).

Titulares como éstos fueron los disparadores de esta obra que busca ser un aporte desde lo artístico, a la imprescindible reflexión sobre el camino que aún nos falta recorrer para un verdadero cambio social hacia la igualdad.

Nombrar las cosas como son, aclara propósitos, prepara y previene la reiteración de conductas basadas en los estereotipos y el mito sociocultural de creer en la supremacía de unos sobre otras, ayudando, también y sobre todo, al cambio por una masculinidad mejor estructurada y más real. Desde este proyecto queremos visibilizar cómo fueron cambiando estas concepciones socioculturales sobre la violencia de género, entendiendo que desde lo artístico nuestro aporte no puede ser más que promover esta reflexión.

Reseña de los capítulos

CAPÍTULO 1:  La degollada de la Rambla Wilson. Montevideo – Uruguay, 1923.

Fines de abril de 1923. En un Montevideo que comienza sus grandes obras urbanísticas, un domingo por la mañana a la altura de la Rambla del Parque Rodó, un hombre encuentra el cadáver de Petrona López. La joven mujer, nacida en Argentina, ha sido golpeada en la cabeza y muestra un enorme tajo en la garganta. La Policía no demorará en detener a su esposo, Javier Vega, en la ciudad brasileña de Santos, junto a una amante y a un supuesto sobrino, desde donde ha fraguado un torpe intercambio de cartas como si Petrona estuviera viva. Condenado a la máxima pena, seis años después, tras un control médico y en un intento de fuga, es muerto de un certero balazo en la cabeza por uno de sus custodios.

CAPÍTULO 2: La tragedia del Hotel del Prado. Montevideo – Uruguay, 1904.

El 26 de diciembre de 1904 en el aristocrático Hotel del Prado, ubicado en una de las zonas residenciales más adineradas del Montevideo de aquellos años, el teniente Adolfo Latorre mató de dos balazos a Celia Rodríguez Larreta, su esposa infiel. Celia mantenía una relación con quien sería una de las figuras más relevantes de la política uruguaya, el Dr. Luis Alberto de Herrera, luego líder del Partido Nacional. Teófilo Díaz, el abogado que había mediado en la separación de la pareja (y amante de la madre de Celia), se hizo presente en el Hotel y mató de un balazo a Latorre. Para mayor condimento, quien hizo pública la relación entre Celia y el caudillo blanco fue, nada más ni nada menos que el Presidente José Batlle y Ordóñez.

CAPÍTULO 3: Los crímenes de la calle Yerbal. Montevideo – Uruguay, 1928.

En la Nochebuena de 1928, un hombre entra a un prostíbulo de la desaparecida calle Yerbal en la Ciudad Vieja de Montevideo, atendido por dos mujeres: Julia Iriarte y María Herrera. El hombre se ocupa con la primera de ellas y desaparece; cuando María se intriga por el silencio de su compañera, descubre que ésta ha sido ferozmente degollada. Durante más de un año la Policía no logra la menor pista sobre el asesino, quien recién vuelve a actuar más de un año después, el 2 de febrero de 1930, y se cobra la vida de otra meretriz, Beatriz Suárez Danes, a quien todos llaman Lulú. Ahora sí se logra identificar y detener al asesino, Máximo Cándido Araujo, un siniestro soldado más conocido por el apodo de “El Caoba”.

CAPÍTULO 4: El crimen de La Ternera. Treinta y Tres - Uruguay, 1929.

El 28 de abril de 1929 en la estancia “La Ternera”, Jacinta Correa de Saravia, la esposa del propietario, José Saravia, es asesinada por dos hombres que, con el auxilio de una bufanda, la asfixian hasta la muerte. No se tarda demasiado en conocer la identidad de los dos peones homicidas, hermanos para más datos y de nombres poco comunes, Octalivio y Orcilio Silvera. La Policía descubre también la participación de una empleada de la estancia, Martina Silva. De inmediato los tres confiesan que han actuado por encargo del marido de la víctima - un poderoso latifundista integrante de una de las familias de mayor impronta política - quien es trasladado a Montevideo y condenado por el último jurado público que actuó en el país.

CAPÍTULO 5: El Sátiro de Pocitos: Francisco Castellanos. Montevideo - Uruguay, 1964.

Corre el caluroso verano de 1964 en un Montevideo que augura tiempos de difíciles confrontaciones políticas. Mientras tanto, un hombre nacido en España y recién llegado de Buenos Aires, que lleva una mujer desnuda tatuada en su brazo izquierdo, vistiendo un short de baño y una camiseta por las noches escala edificios del coqueto barrio de Pocitos. Entra en apartamentos donde sabe viven mujeres solas, roba sus alhajeros y en algunas ocasiones las viola. Pronto la prensa lo bautiza como “el Sátiro”, y pronto la opinión pública lo transforma en una breve leyenda urbana, en particular cuando, atrapado por la Policía, logra fugarse dos veces de prisión. Tiempo después vuelve a aparecer en Brasil; de allí, donde es conocido como “El hombre mosca” y nuevamente detenido, se vuelve a fugar y su pista se pierde definitivamente.

CAPÍTULO 6: El crimen de la calle Gallo. Buenos Aires – Argentina, 1914.

En la madrugada del 20 de julio de 1914 una mujer, la uruguaya Carmen Guillot, comenzó a gritar en uno de los apartamentos del edificio ubicado en Gallo 1680, en el Barrio Norte de Buenos Aires. La mujer tenía sus razones: cuenta que había escuchado cómo su esposo luchaba y pedía auxilio en uno de los cuartos, pero ella no podía socorrerlo: la puerta estaba cerrada a cal y canto. Cuando finalmente pudo hacerlo, era tarde: el cuerpo del contador Frank Carlos Livingston presentaba cuarenta puñaladas y yacía en un mar de sangre. Frank era golpeador, tenía una amante y apostaba en el Hipódromo. Y en la investigación policial no tardó en aparecer Catalina, una empleada que era novia de un vendedor de pescado, de esos de cuchillos bien afilados. Y Carmen tampoco tardó en desmoronarse.

CAPÍTULO 7: El descuartizador de Barracas. Buenos Aires – Argentina, 1955.

Durante diez años Jorge Eduardo Burgos, hijo de una acaudalada familia, y Alcira Methyger, empleada doméstica, mantuvieron una tormentosa, inconstante y casta historia de amor, hasta que en la noche del 17 de febrero de 1955, a solas en la casa de sus padres y consciente de que había fracasado otra vez en su intención de hacerle el amor a Alcira, le descubrió una carta enviada por un tal Pascual. Fue suficiente para que se trenzaran en una gresca de la que él terminó con un dedo desgarrado por un mordisco y ella muerta por asfixia. Entonces, llevó el cadáver a la bañera, lo descuartizó y luego fue dejando los pedazos por medio Buenos Aires. “Un día estaba toda cariñosa y sumisa y al otro me ofendía sin ningún motivo”, escribió Jorge Eduardo alguna lejana vez.

CAPÍTULO 8: Raúl Barón Biza y sus dos esposas. Buenos Aires – Argentina, 1964.

El heredero millonario y novelista casi secreto Raúl Barón Biza tuvo dos esposas. La primera, una bellísima actriz que había conocido en Paris y que, ya en Argentina, se convirtió en la primera mujer en pilotar un avión, volar de provincia en provincia y al poco tiempo morir en un accidente aéreo. La segunda, hija de un político del Partido Radical de Córdoba, mucho más joven que él, con la que tuvo tres hijos y a la que tras años de matrimonio tormentoso y desdichado, le arrojó ácido en el rostro y horas más tarde se suicidó pegándose un balazo en la sien, en su apartamento de Buenos Aires. Una familia marcada por la tragedia, una historia que retrata a toda una clase social.

EL EQUIPO

Las 8 historias reales que ocurrieron en Argentina y Uruguay representadas a través de un formato como el audiodrama, género radial de contenido teatral, que en este caso combina la narración literaria, a cargo de un autor uruguayo de reconocida trayectoria como es Hugo Fontana, la adaptación teatral en manos de un dramaturgo destacado como es Gabriel Calderón y las interpretaciones de parte de actores y actrices de notoria trayectoria conforman un equipo de gran experiencia en el medio uruguayo: Pelusa Vidal, María Varela, Margarita Musto, Isabel Legarra y Cecilia Baranda, cinco mujeres que han trabajado bajo la dirección de diferentes directores, en distintos medios y estilos artísticos. El equipo se complementa junto a dos destacados actores argentinos: Guillermo Arengo y “Lalo” Rotavería que conforman el equipo de intérpretes principales del proyecto.

Contamos también con las participaciones de varios actrices y actores profesionales de nuestro medio en papeles secundarios que pusieron la voz para crear estas historias.

El diseño de sonido está a cargo de Carlos García, músico, locutor, intérpete y sonidista. La producción general está a cargo de Daniela Pauletti, gestora cultural y productora ejecutiva responsable del proyecto. La mezcla fue registrada en Montevideo y Buenos Aires para su finalización.

FICHA TÉCNICA

Núcleo Coproducción Uruguay - Argentina

Narración:

Hugo Fontana (UY)

Dramaturgia:

Gabriel Calderón (UY)

Dirección:

Cecilia Baranda (UY)

Isabel Legarra (UY)

Margarita Musto (UY)

María Varela (UY)

Pelusa Vidal (UY)

Diseño de sonido:

Carlos García (UY)

Intérpretes:

Pelusa Vidal (UY) Isabel Legarra (UY) Guillermo Arengo (AR) Lalo Rotavería

(AR), Margarita Musto (UY) Cecilia Baranda (UY) María Varela (UY)

Diseño gráfico y web:

Pixelina / Diseño dossier: Vika Fleitas

Prensa y Difusión

Valeria Piana

Audiovisuales:

Marcos Oyarzábal

Fotografía:

Alejandro Persichetti

Producción general:

Daniela Pauletti (UY)

Registrado en Audiosur (Montevideo – Uruguay) y Bardo Producciones Musicales (Buenos Aires – Argentina).