Contenido creado por Jorge Luis Costigliolo
Entrevistas

El tiempo es más largo cada vez

Conversamos con La Triple Nelson, que celebra sus 20 años en el Solís

Chistian Cary, Paco Pintos y Rafael Ugo reflexionan sobre cómo mantener una banda en actividad durante dos décadas y no morir en el intento.

02.05.2018 16:33

Lectura: 15'

2018-05-02T16:33:00-03:00
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Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
jcostigliolo@montevideo.com.uy

Los griegos decían que Chronos era un ser con forma de serpiente que tenía tres cabezas: una de toro, una de león, una de hombre. Un buen día -me corrijo cierta vez- porque los días no habían sido credos, se entrelazó con su compañera, Ananke, la inevitabilidad, que también tenía forma de serpiente, y rodearon el huevo primigenio, porque algo tenés que hacer cuando no agarrás la señal de Wi-Fi. De esa acción surgieron la tierra, el cielo y el mar, y desde entonces ambos rondan el universo y guían el ineludible paso del tiempo. Porque si algo sabemos es que el tiempo, inevitablemente, pasa. Lo contaron Hesíodo, Proust, García Márquez, Gardel, Tom Waits y mi tía Élida, que murió a los 88 años lamentando el tiempo perdido.

El Zorzal Criollo decía que 20 años no es nada, pero Rimbaud escribió toda su obra poética antes de cumplir dos décadas. El tiempo, enseñó Einstein, es relativo.

20 años atrás nacía La Triple Nelson. Christian Cary, Paco Pintos y Ruben Ottonello plantaron cara a la frustración y la falta de oportunidades y crearon un monstruo sigiloso, a veces invisible, que suele ser demoledor apenas el plug entra en el amplificador.

Sólida como una montaña, La Triple Nelson es, también, lo suficientemente maleable como para estallar parlantes, sentarse en el living de las canciones acústicas y trajearse sinfónica. Por estos días apareció 20 años vivos en el Solís [Montevideo Music Group, 2018], un álbum doble que muestra las múltiples caras de la criatura en un show registrado en ese teatro. Este fin de semana, además, festejará las dos décadas de vida con tres conciertos a sala llena, y es una buena oportunidad para conversar con el trío sobre la música, la amistad y el paso del tiempo. Con el permiso de Chronos, claro.

*


Estos días, que celebran 20 años, llego a la conclusión de que, me doy cuenta ahora, para mí La Triple Nelson existió desde siempre, y también que es una banda formada ayer. Tal vez se deba a que es un grupo de perfil bajo, que no es escandaloso...

C.C.: Sí, siempre tuvimos perfil bajo, y no aburrimos tocando siempre en Montevideo. Creo que hemos tocado en todos lados. Desde el bolichito más chiquito e insalubre que pueda haber en Montevideo, a bares y boliches del interior.

P.P.: Lugares chicos, con mesas. San José, Tala, Canelones, Libertad... No hemos tenido sobreexposición como banda. Un poco, capaz, por la música que hacemos, y otro poco por cómo somos nosotros. No nos gustan mucho los medios... Y tampoco hemos tenido un tema que haya estado en todos lados. Nos pasan en la radio, pero no hicimos un "El viejo".


Claro, no hay un hit, pero hay diez, quince canciones de La Triple que todo el mundo conoce...

P.P.: Pero no hemos saturado la radio con una canción...

C.C.: Algo que el sello pide. [Risas]

 

Y ustedes no le dan...

C.C.: ¡Y no le damos!

 

¿No se lo dan a conciencia o no les sale?

C.C.: No nos sale. Ahora estamos empezando con un disco nuevo, el número 11. Tenemos un tema, dos. No somos una banda que arranque con 50 temas, 30 temas, 20, ni 15 ni 10. Siempre tenemos uno o dos. Quizás tres, que es una exageración. Pero cuando enfocamos en la cuestión salen, aunque nunca nos planteamos hacer una canción específica para que sea un hit. Se ve que no sabemos hacerlo, no nos sale. Y no queremos eso. Hace 20 años que tocamos con Paco, y siempre tocamos la música que nos gusta. Hemos tocado en todos lados, pero no hemos tocado todas las músicas. Nunca cumbia, por ejemplo. No es nada contra la cumbia, pero no nos gusta. Y al no gustarnos, la tocaríamos mal. No nos sale hacer ese estilo.

P.P.: Ni siquiera esa aproximación de cumbia-rock, tipo Bersuit.

 


Foto: Montevideo Portal | Julia Peraza

Tampoco hay tantos grupos como La Triple Nelson. Para empezar, no hay muchos tríos de rock...

C.C.: Están Los Del Galpón, que son de Santa Lucía. Es un trío que toca fenómeno.

 

Sí, pero me refiero a que no abundan las bandas de rock&roll en el sentido más clásico, que escapen a la trompeta, a la fusión.

C.C.: Nosotros lo vemos con satisfacción y como un logro haber aguantado tantos años tocando música no comercial, por decirlo de alguna manera. Haber ido ganando público, a medida de los años y los discos. Eso es lo más difícil porque, si querés, te podés mantener 80 años, pero si la gente no te va a ver no existe esa motivación que te da el público. Si no la tenés, mejor que sigas tocando en tu casa.

 

¿Cuál creen que fue el diferencial que les permitió ganar público en estos 20 años? Está bien, de a poco, pero no tan de a poco.

C.C.: Creo que aprendimos a hacer canciones. Fue eso, si no me equivoco. Me acuerdo de que ya estaba Rafa [Ugo, actual baterista] en la banda. Fue un día que nos faltaba una canción para un disco, Caos natural. Yo tenía un tema, con letra de una alumna mía, pero no sabía si era para La Triple. Y se los toqué. Y Rafa dijo: "Esa va". El tema es "Verde", el que tiene más reproducciones en YouTube. Es de esas cosas extrañas que pasan. No iba ni a ir en el disco porque es un tema... Es una canción. Nos hizo un clic. Si hicimos blues, hicimos rock, soul, funk, pila de músicas que nos gustan... Y salió una canción. La pudimos tocar. Todo lo llevamos a un lugar "Triple Nelson", que es lo que nos gusta.

R.U.: Hay una maduración de lo musical, que se va dando, también, con la edad biológica. En los últimos discos, desde Caos natural, que es donde yo entré, se fue progresando en la composición. Cuando uno trae un tema siempre es como un bosquejo para trabajar, y una de las diferencias que se nota en la música de La Triple es que ahora se es más efectivo en el mensaje. Recortar cosas que, de repente, no iban al asunto. Capaz que nos divertíamos como banda, pero el mensaje de la canción se iba mucho.

C.C.: Claro. Un solo de guitarra, por ejemplo. Resignar en función del grupo, de las canciones. Tampoco es que no tocamos más solos. Hay solos de batería, de bajo, pero medidos. Y le damos como adentro de un caño. La gente ya sabe que hay un momento del show en el que improvisamos. Ni Paco sabe lo que voy a hacer, ni yo sé lo que va a hacer él. Yo siempre cuento que, cuando Rafa entró en la banda, quería que nos "emprolijáramos" en eso. No entendía nada.

P.P.: Le pasábamos una lista y tocábamos otra. Era una costumbre que teníamos, de ir viendo cómo venía la mano y cambiábamos.

R.U.: Es como reubicar jugadores, porque la improvisación en vivo es algo que está bueno. La gente está ahí, y permite juguetear un poco más. Quizás cuando vas a un disco, que va a quedar, que vas a escuchar muchas veces, tenés que ser un poco más racional. En vivo sí, nos sacamos las ganas, porque es también el alma de La Triple.

C.C.: Podemos decir que eso lo logramos siendo mayores de edad. A los 18 años.

P.P.: Sí, hemos evolucionado. La gente que labura con la banda ha influido mucho. Los stages, el Tato, que coordina todo y ve los shows desde afuera nos dice "muchachos, acá se fueron al carajo, no lo hagan más". Nos lo dice así. Y nos ha hecho mejorar, nos ha llevado hacia lugares a los que no imaginábamos que podíamos llegar.

C.C.: Más allá de todo eso que dijimos, a mí me sigue gustando tocar la guitarra, a Rafa la batería, a Paco el bajo. En La sed, nuestro último disco de estudio, el tema 15 son 5 minutos y medio de improvisación, en primera toma. Palo y palo.

Foto: Montevideo Portal | Julia Peraza

Igualmente gran parte del público de La Triple Nelson busca esas dosis de virtuosismo. No va a ver a Los Ramones.

P.P.: Una cosa que nos dice la gente que nos va a ver es que tenemos esa cuestión de buscar siempre algo nuevo. No nos quedamos en un sonido, un estilo. Siempre investigamos un poquito más, dentro de nuestras limitaciones, pero vamos buscando cosas, tratando de sorprender con algo. Tocamos con la Sinfónica, y después hicimos Electroacústicamente, que presentamos en el teatrito de Agadu. Esas cosas mantienen a la gente en alerta. No saben cuál va a ser el próximo paso, y un poco vienen por eso. Aparte se está sumando mucha gente por las canciones lentas [Risas]. Sí, Christian compone unas letras, con unas melodías realmente llamativas. A veces, cuando escucha los discos viejos, dice que no aguanta cómo cantaba. Un tono áspero, arriba. Y nosotros acompañamos. Ahora, cuando empezamos a ponernos viejos, empezamos a bajar las revoluciones, más melodía...

R.U.: Claro, ¿Por qué todos los temas tienen que explotar?

C.C.: En La sed, los muchachos querían que empezara con "Ni un maniquí", el tema 4. Eso es lo que hacíamos siempre. Una patada en el pecho y aguantá hasta que termine. Y se me ocurrió que no, que tenía que empezar tranqui. Tuvimos unas discusiones. Rafa quería que sonara fuerte. Pero por primera vez empezamos un disco con guitarra acústica y voz. Una canción de Paco que se llama "Caballos". Después se suma toda la banda y termina lindo, pero es una canción... Estuvo buenísimo. Ni nosotros nos imaginábamos que podía quedar así. De empezar a escuchar un disco y que no te den ganas de sacarlo a los tres temas. A veces pasa eso con gente que no está acostumbrada a escuchar rock. Y lo empezamos así, como para que te adentres en el disco. Hay de todo, zonas oscuras, rock.


¿Qué tenían en la cabeza hace 20 años cuando se juntaron? Para empezar, el Uruguay era otro. Quizás hoy sea más fácil armar una banda, pero no es tan común.

P.P.: Comer.


¿Comer del rock?

P.P.: Sí, laburar de esto. Todos laburábamos de otras cosas, pero éramos músicos, nos gustaba tocar. Y lo decidimos en un día, no fue que teníamos una banda de antes. Nos juntamos en casa con Christian y Ruben [Ottonello, primer baterista de La Triple Nelson], empezamos a hablar de la falta de laburo y no sé qué, y a la hora estábamos en un Copsa rumbo a Maldonado a tocar lo que venga. Se nos ocurrió que Maldonado era tipo Malibú, no sé. Las Vegas.

C.C.: Más que Maldonado... ¡Punta del Este! Ottonello, que estuvo 5 años con nosotros, era muy efusivo, eléctrico. Nos convenció él. Nos agarró y empezó que acá no hay laburo, que todo es una mierda. Era enero del 98, 8 de enero. Vamos a Punta del Este, dice. "Dale, Ottonello, dejate de joder. ¿Qué vamos a hacer en Punta del Este?" Aparte no habíamos tocado juntos nunca. Paco había tocado con Ottonello y yo con Paco, pero nunca juntos. No habíamos ensayado, nada. ¡Y nos convenció! Y ahí empezamos.

P.P.: La idea era tocar, y hacer un mango. Tocar unos covers, de tríos que todos conocían. Hendrix, Vaughn, Police, Clapton, Beatles.

C.C.: La frase famosa de Ottonello era "yo quiero laburar". Después, con el tiempo, lo convencimos de que queríamos laburar, tocábamos todos los fines de semana, a veces jueves, viernes y sábado...

 

¿Ya eran La Triple Nelson?

C.C.: Sí. En muy poco tiempo. Al principio nos llamábamos Popeye. Y un amigo de Paco dijo "vo, ustedes tienen fuerza. Son como la doble Nelson, pero triple". A mí no me gustaba. Y era un laburo, pero con Paco siempre tuvimos la inquietud de componer. Y empezamos con el famoso "Billete".

P.P.: Christian tenía un montón de blues, que veníamos tocando. Temas de Punto Rojo, una banda que tenía antes. La vez que nos juntamos para grabar un demo de covers para salir a buscar laburo grabamos "El último blues", que hasta el día de hoy seguimos tocando.

 

¿Quién tocaba en el 98 con éxito? Los Buitres, La Tabaré... Estaba bravo para laburar.

P.P.: Se había separado el Peyote, la última esperanza. Y estaba La Abuela Coca. Estaba un gran momento. Pero no era común una banda de blues. Y al toque que salimos nosotros apareció La Vela.

C.C.: Ottonello tenía razón. No había nada para hacer. Estábamos en una crisis de no tener lugares para tocar, que sigue pasando al día de hoy. Por lo menos de eso se quejan las bandas... ¡No saben lo que era antes! Y arrancamos.

P.P.: Inventamos los lugares. Teníamos un amigo que tenía un barcito, en una esquina. Entraban cinco mesas, y los convencimos de tocar ahí. Tuvo que sacar una mesa para que pudiéramos armar. Así con pila de lugares. Tenemos esto, ¿Se puede tocar acá? Probábamos, y volvíamos. Estaba bueno. Teníamos la energía para hacerlo.

C.C.: Si, la juventud te da una energía... Ahora capaz que no lo hacemos.

Foto: Montevideo Portal | Julia Peraza

¿Y cómo te integraste, Rafa, a una máquina que venía funcionando bien, con bastantes años y muy aceitada?

R.U.: Estuve mucho tiempo en el jazz, y antes había pasado por el candombe y la música popular. El rock fue por donde menos anduve. La carrera que normalmente hace un músico es al revés.

C.C.: Rafa era un prodigio cuando era chiquito. Con 12 años tocaba en el Hot Club con los veteranos que llevaban millones de años... Tocó en Falta y Resto con 15 años.

R.U.: De hecho, de La Triple Nelson, recuerdo haber visto algo por TV Ciudad, que vi a Christian, después de mucho tiempo. Lo conocía de hacía años, de la adolescencia. Y conocía "Sin tu ángel", pero nada más. Y era una banda que ya tenía su nombre. Cuando me llamaron me estaba por ir del país. Estaba harto. Esto que ellos decían de la música nos pasa a varios. Todos, en determinado momento, nos hartamos. Basta. Uno estudia, trabaja mucho, sobre todo cuando estás enfocado en tratar de vivir de esto. Te preparás, gastás mucha guita... Y me iba a ir a probar. Estaba entonces tocando con Paco, hacíamos temas de los Redondos en Azabache. Y no sé en qué madrugada, me re quemé, y dije "no puedo estar acá". Aunque sea que me maten en otro lado.

C.C.: Cuando le fuimos a hablar el tipo nos dijo "en tres meses me voy a Inglaterra".

R.U.: Ya estaba planificando mi viaje, con mi mujer. En tres, cuatro meses, nos íbamos. Teníamos 1.000 dólares, no sé qué carajo íbamos a hacer. Pero no teníamos nada que perder, estábamos decididos. Me acuerdo que me sonó el celular, era Christian, que me invitaba a ingresar a La Triple. Lo conversé con mi mujer, y le dije que probaba. Tampoco era que tuviera un contrato con Sting. Fui a una prueba y quedé.

C.C.: Recuerdo que, después del primer ensayo con Rafa, me fui deprimido. Veníamos de estar cinco años tocando con Mape [Bossio], habíamos grabado discos, y no le habíamos dicho a Rafa que queríamos que tocara lo mismo que Mape, los mismos piques. Le dimos como 20 temas para ensayar, y para él, que venía del jazz, fue sencillo sacarlos. ¡Pero tocaba otras cosas!

R.U.: Aparte esto fue en diciembre, y el primer toque era el 2 de enero. Vos imaginate... Justo ese diciembre tenía un montón de otras cosas, laburos que me habían salido... Se me juntó todo. Empecé a sacar temas de La Triple Nelson y, como eran muchos, para acordarme, escribí partituras, estructuras. Al menos para saber dónde parar. Lejos de piques de batería que fueran iguales. Y los tipos me quedaron mirando. ¿Qué hice mal?, pensaba yo. Y ahí me dicen. "No, mirá, el pique es tumturum paratutúm". Eso me bloqueó. Ese ensayo terminó siendo una cosa muy rara.

C.C.: Y el segundo fue maravilloso.

 

Están de cumpleaños en el Teatro Solís...

C.C.: En 2016 grabamos un disco ahí, cuando festejamos los 18 años, y salió en estos días. Se llama 20 años vivos en el Solís. Y lo vamos a presentar de nuevo en el Solís, 4, 5  y 6 de mayo. El Solís te permite hacer lo que quieras, técnicamente. Va a ser un show distinto, con alguna sorpresa. Nos da orgullo, porque no debe haber una cosa más difícil que mantener una banda en Uruguay por 20 años. Pero la amistad y la música hacen que eso pase. Estamos orgullosos, y contentos de tener una banda de rock que haya aguantado tanto. Pensábamos en una banda de cover de dos, tres años, para poder darle de comer a nuestros hijos. Nunca pensamos que íbamos a durar tanto.

Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
jcostigliolo@montevideo.com.uy