Desde que comenzó a emitirse, a mediados de los 60, la legión de fans de Star Trek no dejó de crecer ni un día. Alimentados por las distintas temporadas de la serie, los dibujos animados, las películas, las historietas e innumerables artículos de consumo casi obligado para los iniciados, los seguidores de la franquicia, que con gran visión y tozudez inició Gene Roddenberry, se mantienen a cinco décadas del primer lanzamiento del Enterprise.

El escritor y periodista español Doc Pastor, uno de esos fans, es autor de Star Trek: El viaje de una generación (Dolmen, 2016) que acaba de llegar a Uruguay a través de la editorial Océano.

En este trabajo, Pastor se calza el traje de investigador para entregar una obra bien documentada, profusa en fotografías, datos duros y curiosidades que rodean el particular universo Trekkie, más allá de donde el hombre ha llegado jamás.


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¿Doc Pastor es un fan que se convirtió en escritor o un periodista que logró escribir sobre lo que le gusta?


Un poco de cada, creo. Cuando tu profesión se funde con lo que te gusta, es complicado separar las dos partes. Complicado o directamente imposible. Ambas son ciertas. Me gustan las series, el cómic, el cine, y escribo sobre ello, así que por ese lado soy un fanboy en toda regla. He hecho reportajes, entrevistas, tratado política, cultura, así que por ahí soy periodista. Igual de cierto es que vivo encadenado al teclado, viendo la luz del sol a través de la ventana y escapándome para tomar algo con los amigos. Un día de estos me hago un traje de rayas y completo el look...

 

En tu libro "opones" Star Trek a Star Wars. ¿Qué la hace superior, y qué tanto crees que influyó su espíritu original en experiencias posteriores, también muy redituables, como Galactica?

No diría que las opongo, espero no haberlo hecho. En el pasado estuve muy metido en el mundillo de Star Wars, fui de una asociación, organizamos convenciones, tuve la suerte de conocer a actores (¡incluso a Mark Hamill!) y es una saga que me gusta. Son diferentes, no creo que una esté por encima de otra, son productos muy distintos que pretenden cosas distintas. Lo que sí es cierto es que sin Star Trek no existiría ninguna de las grandes y pequeñas sagas espaciales posteriores, ¡hasta a mí me ha influido a la hora de escribir mi libro infantil Frost, perrito de aventuras. Lo que se había hecho antes de esta serie era muy olvidable, de bajo presupuesto y no logró ni de lejos unos seguidores tan potentes como fueron los de Star Trek.


Este libro, pero también tus otros trabajos publicados y los que llevas en el blog, hurgan y ahondan en el conocimiento de la "cultura pop". ¿Crees que está disociada de la Cultura con mayúsculas? No estoy estableciendo un juicio de valor, simplemente me remito a la realidad: hasta hoy las historietas, por ejemplo, son consideradas literatura menor.

Y eso que ni siquiera son el mismo medio. Esa comparación es igual de absurda que decir que los programas de radio son un género menor del cine. Es mezclar cosas a lo loco. La cultura es cultura, es algo maravilloso y lo mejor es que nunca se acaba. Sí es cierto que hay gente que puede considerar el formato pop como algo prescindible o que no es digno de atención, a pesar de que todos escuchamos y leemos materiales de todo tipo. A mí me encantan los tebeos y la ciencia ficción de serie B, también en muchas ocasiones escucho ópera mientras escribo y cuando puedo me escapo a ver exposiciones y museos mientras llevo rock sonando en mis cascos. No creo que haya que separar, no lo veo necesario. Quiero decir, Queen son rockeros y todos vimos a Freddie Mercury cantando con Montserrat Caballé, creo que no hace falta decir más.

 

¿Y cuánto puede permear la cultura pop el mundo de la alta cultura?

A principios de los años sesenta Andy Warhol convirtió en arte unas latas de sopa de tomate. Poco antes Roy Lichtenstein había empezado a jugar con imágenes sacadas de cómic y creó un estilo que todavía hoy es seguido. Y no hace tanto en Inglaterra se pudo ver la muestra Comics Unmasked: Art and Anarchy in the UK. Todo está fundido y entrelazado. Los creadores consultan la obra de otros creadores. Los músicos escuchan a más músicos, pero también leen libros y se van a museos... Como he dicho antes, no creo que haya que separar y es que si lo haces te pierdes cosas muy chulas.

 

¿Cuál es el secreto, si es que lo hay, de Star Trek, para haber sobrevivido medio siglo sin perder vigencia?

¿Suerte? ¿Guiones? ¿Leyenda? ¿Renovación? Un poco de todo. Creo que Star Trek logró crear a su fandom gracias a sus personajes y los guiones, que tocan temas que todavía hoy en día están de actualidad. Después ha sabido convertirse en una franquicia que se va adaptando a los tiempos, expande su universo y logra crear nuevo público que descubre que tiene algo estupendo por conocer.

 

¿Crees que eso habría sido posible sin la existencia de las películas y la Nueva Generación?

No, estoy bastante convencido de que no. Al menos no de la forma en que lo conocemos todo. Podría haber sido una serie de culto, que se hablara de ella tanto tiempo después. Quizá... Lo que es seguro es que Star Trek es de una forma muy concreta y especial. Cada serie es única pero a la vez todas están conectadas, muy pocas sagas -casi me atrevería a decir que ninguna- ha logrado crear algo así.


¿Es Spock el personaje que mejor representa los valores humanos, pese a no serlo? ¿Y si no, cuál es?

Al menos es el que más se esfuerza en ello. Es un personaje muy interesante ya que nos hace descubrirnos a nosotros mismos. Como dijo Kirk cuando murió su compañero: "De mi amigo solo puedo decir esto: de todas las almas que he encontrado en mis viajes, la suya era la más... humana". Spock es también el que mejor representa qué es Star Trek, siempre luchando por ser más de lo que es, el enlace entre dos mundos, un hombre que lucha cuando es necesario pero que sabe que el diálogo y la reflexión son el mejor camino.


¿Cuánto hay que apartar del fan y cuánto abrirle la puerta a la hora de emprender un trabajo como este?

Creo que es imposible escribir libros de este estilo si no te gusta de antemano el tema y si no conoces algo de este. Después de eso, el fan se queda sentado y el profesional es el que tiene que ponerse a rebuscar en bases de datos, consultar sus libros, tomar notas mientras ve las películas, contrastar informaciones... Al menos eso es lo que hago yo. Si preguntas a otro autor igual te dice otra cosa, pero en mi caso cuando es un trabajo intento ser lo más profesional posible aunque en ocasiones es imposible no dejarte llevar un poco por la pasión.


El de Star Trek es un libro que funciona muy bien para el lector menos informado, pese a tener guiños y referencias que solo un cultor de la serie puede dar. ¿Quedaste en deuda con los fans más acérrimos?

En la primera presentación de este libro me acompañó Julián Sánchez, presidente del club de Star Trek de España, y él me comentó que le había gustado mucho. Si una institución en la materia cómo es él dice eso, a mí me basta. Llego a hablar de cuántica en el libro, pero también lo hago sobre los problemas que tenía Shatner con el resto del reparto y otros temas que son más o menos conocidos, pero intento tratarlos en profundidad. Por ejemplo el beso de Uhura y Kirk, que en muchas ocasiones y en varios libros sobre el tema se dice erróneamente que es el primer beso interracial en televisión, o cómo John Milton influyó en la versión de Khan que todos admiramos.

 


¿De dónde surge tu predilección por obras que comenzaron o cristalizaron en los 60?

Es cierto que soy un admirador de los años sesenta, solo que muchas veces esto se entiende mal. Me encanta esa década y creo que se hicieron cosas fascinantes, pero es que en realidad muchas de las que conocí siendo niño y adolescente surgieron en ese momento, pero me aficioné a ella con las versiones del momento. Por ejemplo Spider-Man o el cinematográfico James Bond comenzaron su andadura en esa década, pero siguieron dando guerra décadas después y todavía siguen. En el caso de Doctor Who sí conocía la serie clásica, pero realmente no puedo decir que me aficionara hasta la nueva época. Lo que es cierto es que en los sesenta se hicieron productos únicos, series increíbles y hubo iconos que todavía hoy reverenciamos. Puede ser a que se salía de unos años que tenían sus cadenas, a que había mucho por probar y a que todo parecía posible. O sencillamente es que los sesenta no pasan de moda.


¿Qué piensas de la política aplicada en España de doblar todas las películas? ¿Ha perjudicado eso la comprensión del cine para el público español?

En España tenemos la suerte de contar con grandes actores de teatro y de cine, tanto a nivel nacional como internacional. Igual que tenemos actores de doblaje que han logrado conmover a generaciones y ser aplaudidos por los compañeros de oficio. Dudo que tener buenos actores de doblaje haga que se comprenda menos el cine, más bien hace logra el efecto contrario ya que de esta forma muchas personas que no entienden un idioma -no solo inglés- tienen la oportunidad de disfrutar de una película en su propia lengua. Además, hoy en día el que quiere ver una película puede hacerlo de muchas formas, en el cine, en su casa, en un festival, en versión original, con subtítulos, con doblaje... Es un momento estupendo para los amantes del cine.