Contenido creado por Jorge Luis Costigliolo
Entrevistas

El éxodo del punk oriental

Conversamos con Alexis, del grupo punk uruguayo-barcelonés Klandestino

Klandestino, un grupo de punk rock integrado por uruguayos pisa fuerte en Cataluña. Conversamos con su guitarrista.

10.08.2016 18:59

Lectura: 6'

2016-08-10T18:59:00-03:00
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Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
jcostigliolo@montevideo.com.uy

Como a tantos, la crisis económica los fue expulsando desde mediados de los 90. Se fueron a España, a ver qué pasaba, y ya gastaron varios lustros en eso de ser europeos, "todos con papeles", dice Alexis.

Klandestino es un grupo de punk rock integrado por uruguayos que viven en Barcelona. Todos se conocían de Montevideo, y la suerte los amontonó en la ciudad condal. El bajista, sin ir más lejos, llegó por un aviso que habían publicado en internet.

Esta banda de sudacas cuarentones se formó para despuntar el vicio y creció más de lo que sus integrantes esperaban. Fundada una década atrás por Alexis, en tiempos montevideanos guitarrista de Pájaro Loco, Mauricio, de los protogóticos El Entierro Prematuro, Bestia, que también tuvo su pasaje en la batería por grupos del under montevideano y Gastón, un vocalista argentino, tiene, desde hace un año, integración totalmente uruguaya: el Hueso, ex Ginebra, se encarga de poner la voz a las canciones, que tienen mucho que decir.

Y lo que empezó como un hobby tiene ya un disco en la calle y decenas de conciertos a cuestas, algunos de ellos con nombres de peso a este lado del Atlántico, como Attaque 77 y El Otro Yo. O La Vela Puerca: sin ir más lejos este jueves abrirán por segunda vez un show para los de Teysera.

Están en eso. Tocando, componiendo para volver a grabar, y añorando un poco esos galpones sin luz y con mal sonido, en los que, todos sabemos, crece lo que todavía llamamos rock.

*

¿Cómo se formó Klandestino? ¿Iban desde Uruguay con la idea de armar una banda en España?

No. Yo estuve seis años sin tocar una guitarra. Y ellos tampoco. Estábamos más centrados en el trabajo y estabilizar la vida. Después sí nos picó el gusano. A mí, por ejemplo, fue con una visita de Buitres. Nicolás, el batero de Buitres, tocaba conmigo en la banda que tenía en Uruguay, y como somos muy amigos estuvieron aquí de vacaciones. Se quedaron como 15 días algunos de ellos. Y ahí nos dio la loca. "Che. Vamos a ensayar, que hace tiempo que no sé qué...". Y bueno, "vamos". Conseguimos instrumentos prestados, nos juntamos y tocamos. Ellos se volvieron a Uruguay y yo me quedé acá con unas ganas bárbaras.

 

¿Cómo es formar un grupo en un país que no es el tuyo? ¿Qué hay para decir, cómo los recibe el público?

En un principio, la banda no se formó para tocar en vivo. La armamos para juntarnos, porque teníamos ganas de hacer algunas canciones una vez por semana para desestresarnos de los trabajos y la vida cotidiana. Empezamos a hacer covers de canciones que nos gustaban, de bandas de Uruguay, de Argentina... Y después empezamos a meter temas nuestros. Ahí empezaron a salir conciertos. Solos. Y fue como una banda de acá, de Barcelona. Es verdad que el sello está siempre, porque primero éramos tres uruguayos y un argentino, y ahora cuatro uruguayos, y entonces en el cartel ya te ponen "chicos sudamericanos radicados en Barcelona". Ahí sí que la tenés que remar un poco más a veces. Pero nos divertimos tanto tocando que intentamos transmitírselo a la gente. Tenemos ese espíritu. Y nos va bien, por suerte. Y cuando nos dan la oportunidad de tocar con bandas que vienen de afuera, de Argentina, o de Uruguay, ya es como estar tocando ahí. Gente con banderas, con camisetas. Y el punk rock que hacemos nosotros tiene el sello sudamericano.


El sonido del punk español no es tan parecido al nuestro, que es más heredero del post punk inglés o del sonido Ramones...


No. Yo los noto muy parecidos entre sí. Hay muchísimas bandas que me gustan de España, pero siempre salen bajo la influencia de Eskorbuto o La Polla Records, que son los dos referentes. Para nosotros son otros: Los Estómagos, Attaque 77, o los Ramones, Sex Pistols, Dead Kennedys. Pero somos bien aceptados. Hemos tocado con muchos grupos de acá, y yo, que soy fanático de La Polla, pude tocar con Gatillazo, la banda de Evaristo [vocalista de La Polla Records].

 

Están jugando en las ligas mayores de las bandas de punk rock de Barcelona, que no es poco...

No sé si en las grandes ligas, pero sí abriendo para bandas grandes. Tocar con ellos es hacerlo en salas llenas, con 800, 1000 personas, y nos reciben bien. Me acuerdo de estar en Uruguay, o en Argentina, viendo bandas grandes, como los Ramones, y a las bandas teloneras les gritaban de todo. Era más difícil. Acá al contrario, hay un montón de gente aplaudiéndonos y haciendo pogo. Allá de repente había un montón de gente que de repente te quería tirar monedas. No sé si seguirá pasando eso porque hace más de diez años que no voy, pero eso no me gustaba nada.


¿Qué les preocupa hoy? ¿Qué los mueve a cantar en una realidad que no es la misma que ustedes vivían hace 20 años en Uruguay?

Se dio la casualidad de que sacamos el disco hace cinco años, y la situación en Europa y España en particular es caótica. Casi como cuando nos fuimos de Uruguay. Lo que pasa es que, al ser países tan grandes, de repente tenés un poco más de mercado laboral, y te podés buscar la vida de alguna manera. Pero hay corrupción política, problemas sociales, rebajas en la sanidad, en la educación. Todo eso existe y nos da para escribir para rato. Si vos escuchás, ahora, un disco de La Polla Records, de aquellos años, es realmente muy actual. Hemos visto muchas manifestaciones, policía golpeando gente, gases.

¿Y cómo reacciona la gente?

Es un poco más pasiva que en Sudamérica. Costó muchísimo que la gente saliera a protestar a la calle. Y estaban hasta los cojones, como dicen acá. El 11M fue una revolución bastante grande. Nosotros sacamos el disco justo en ese momento.

¿Extrañan Uruguay? ¿Les gustaría volver?

Vivimos acá y no tenemos interés, de momento, en volver a vivir a Uruguay. Pero sí nos encantaría ir a tocar, ni qué hablar. Para nosotros sería como un sueño. A lo mejor algún día nos vamos los cuatro de vacaciones y damos un concierto, aunque sea en alguna esquina.

Jorge Costigliolo | Montevideo Portal
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