Contenido creado por Martín Otheguy
Entrevistas

Mantra para tiempos modernos

Con Fernando Ruiz Díaz: "Vanthra está atravesado por el nacimiento de mi hija y por mi hermano"

Vanthra, la nueva banda del cantante de Catupecu Machu, se presenta en La Trastienda Montevideo este 31 de agosto.

27.08.2018 12:25

Lectura: 7'

2018-08-27T12:25:00-03:00
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Montevideo Portal

Fernando Ruiz Díaz, el cantante de Catupecu Machu, fue padre en el año 2013 de dos hijos: uno humano y otro musical. El primero fue su niña Lila y el segundo, gestado a partir de ese año, fue su nueva banda. Ambos están relacionados, aunque Vanthra haya comenzado a caminar sola recién en el 2017, con los primeros shows en vivo.

Mientras Catupecu se tomaba unas vacaciones temporales, Ruiz Díaz sumó fuerzas con el músico (y manager de la banda) Charlie Noguera, y al percusionista Pape Fioravante para crear un grupo cuyo motor no está en el redoblante del rocanrol sino en el bombo legüero, combinando las raíces folklóricas con la modernidad de los sintetizadores de Noguera.

La voz de Ruiz Díaz y los riffs intensos de guitarra siguen remitiendo a Catupecu, inevitablemente, pero el eje en el que se mueven la música y las letras es muy distinto. Su disco debut muestra con claridad esa tensión original entre pasado y futuro, entre lo tribal y lo urbano.

Este 31 de agosto, Ruiz Díaz debuta con su nuevo grupo en nuestro país, dando inicio a lo que dio en llamar una "gira vánthrica" con una primera parada en La Trastienda (Fernández Crespo 1763). Antes, habló con Montevideo Portal sobre esta nueva etapa, relacionada con una despedida y un nacimiento.

¿Qué te permite hacer Vanthra que no podrías hacer en Catupecu?

Lo que me permitió fue correrme del eje de Catupecu, fundamentalmente. Sumergirme en otra aventura, y no de un disco, sino de otra banda. Es como cuando viajo en moto; me gusta ir por la ruta y también por los caminos de tierra que se meten en el campo. Es algo así: Vanthra sería como mi casa de campo y Catupecu la casa en la ciudad. Pero correrme del eje es lo fundamental.

¿Cómo fue el desafío de apartarse del sello y el sonido de Catupecu, siendo la banda ya parte de tu ADN musical?

Es claro que mi impronta ha salido de ahí, pero esto fue agarrando otro sello desde el momento en que lo hice. No es que paré a Catupecu para sacar Vanthra. Puse el stand by y entonces este proyecto siguió. La verdad es que es otra cosa, es una banda que tiene el sonido de la percusión basado en el bombo legüero y un montón de artilugios tocados de manera electrónica. Tiene una cuestión más viajera, mántrica, más tribal, primitiva, en algún sentido. Ya desde el origen y desde el lugar en el que nosotros mismos nos pusimos. Yo ya estaba componiendo antes de que nos juntemos a tocar, en ese viaje, y empezó a sumarse la impronta de Pape (Fioravanti) y Charlie (Noguera). Al ser otros músicos comienza a darse otro universo, que es el universo vánthrico.

Vanthra remite a mantra, según dijiste. ¿Había algo de búsqueda espiritual en esta nueva experiencia?

Sí, de movida Vanthra remite a eso y en realidad el nombre viene de un tema que compuse para mi hija cuando estaba en su vida acuática, en la panza de su madre. Ella se llama Lila y era mi mantra para ella. Lila por el sánscrito, que es el juego libre, el juego de Dios. Justamente jugando salió ese tema con un instrumento que se llama tambor solar, cuasi devocional, que se toca como en un mantra, con un sonido bastante ancestral. El tema vino de ahí, lo tocaba en las giras de Catupecu como mi interpretación del mantra para mi hija. Ahí inventé mi propia palabra para mantra, porque me gusta la v (de vino, victoria, valiente), y luego la h que va después de la t, que para mí es la letra de la meditación, el silencio.

Hay, claramente, una búsqueda que viene del espíritu, hay una cosa en el espíritu que se conectó y despertó al partir del nacimiento de mi hija. Me revivió muchas cosas que tenía olvidadas desde la infancia. Es la contracara del accidente de mi hermano (Gabriel) el nacimiento de mi hija. Fue muy importante, una experiencia totalmente nueva. Vanthra está atravesado por el nacimiento de mi hija y por Gabriel Ruiz Díaz, mi hermano.

¿Por qué sentiste esa pulsión de buscar una mayor espiritualidad?

No hay algo espiritual específico, la búsqueda siempre fue a partir del espíritu; lo que sucede es que el nombre viene de ese tema que hice con un instrumento devocional, y el bombo legüero además tiene mucho de la conexión con tierra. Y cuando estás conectado con la tierra, conectás más con el espíritu, con esa cosa más primal, primitiva. Yo lo que viví fue un fluir de los acontecimientos, una cuestión natural; para mí todo es estar conectado con el espíritu, y si te desconectás no viene la música, que son justamente las musas.

¿Es también para vos una manera de no estancarse, de crecer?

Sí, justamente. Como decía Muddy Waters, piedra que rueda no hace musgo. Catupecu nunca paró de crecer, de tocar. Es como que por un lado siempre estamos en movimiento, pero me interesaba eso de correrme del eje. Hay gente que no sabe qué es Vanthra, pero a mí me gusta no estar muy cómodo. Eso es como achancharse y a mí me gusta el movimiento. Fundamentalmente esto es crecer y salir con un proyecto nuevo en el que toco canciones que tienen que ver con lo que me pasa ahora.

Tu hija protagoniza el video de "Canción sola". ¿Es una manera de vincular el nacimiento de tu hija con el de esta banda, en esto explorar nuevos territorios?

Totalmente, mi hija protagoniza el video que tiene mucho de eso, del viaje de Lila. Su nacimiento me hizo explorar muchos territorios nuevos automáticamente. Cuando estudiaba buceo, el profesor nos decía: "Lo que tienen que entender es que van a ser turistas en otro mundo". Bueno, cuando fui padre me acordé de eso. Es ser turista en otro universo, no otro mundo.

En vivo, ¿han sentido la presión -o la tentación- de hacer temas de Catupecu? ¿O el público logra diferenciar y entender?

En vivo pasó que teníamos el disco listo pero lo que hicimos primero fue salir a tocar siete meses por Buenos Aires, Mar del Plata, el Cosquín Rock, luego grabar un DVD en vivo e irnos a México. Registramos esa etapa solo en vivo, y después, al salir el disco, dijimos de ensayar alguna versión de temas de Catupecu. Lo hicimos y fue orgánico; antes no nos salía, luego sí. Ahora en La Trastienda de Buenos Aires hicimos tres temas de Catupecu: "A veces vuelvo", "Magia veneno", "Y lo que quiero es que pises sin el suelo" y le sumamos una versión de "Ella vendrá", de Palo Pandolfo. Se fue dando y está buenísimo disfrutar como disfrutamos ahora. No es que fuera una tentación, es que ni se nos ocurría al comienzo. Me doy cuenta ahora lo importante que fue habitar y vivir el viaje vánthrico, que se convierte en la gira vánthrica que empieza en la Trastienda de Montevideo.

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