Por The New York Times | Jin Yu Young

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Bong Joon Ho

Han Kang (1970- )

Park Chan-Wook

Psy (Rapper)

BTS (Music Group)

Blackpink (Music Group)

Samyang Food Co

Netflix Inc

Con la reunión de BTS, el regreso de “El juego del calamar” y un espectáculo de Broadway premiado, la ola cultural coreana sigue avanzando.

Una obra de Broadway ganadora de un premio Tony. El final de una serie de Netflix que rompió récords. Y una reunión de la que posiblemente sea la banda de pop más famosa del mundo.

La cultura surcoreana está de moda. Otra vez.

El hecho de que

Maybe Happy Ending

se alzara con el Tony al mejor musical este mes añadió una nueva disciplina de arte a la creciente lista de éxitos culturales internacionales de Corea del Sur. Siguió a Parásitos, que en 2020 fue la primera película en lengua extranjera en ganar un Oscar a la mejor película, y a Han Kang, quien ganó el año pasado el Premio Nobel de Literatura.

En el ámbito del K-pop, el último miembro de BTS ha completado su servicio militar obligatorio, lo que ha despertado la esperanza de una reunión entre los fanáticos de todo el mundo. Y Blackpink iniciará una gira mundial el mes que viene con un concierto cerca de Seúl.

La semana que viene llegará a Netflix la tercera temporada de El juego del calamar, la última entrega de un programa cuya primera temporada batió récords de audiencia.

Pero la llamada ola coreana no muestra signos de remitir. El interés mundial por todo lo coreano, desde los cosméticos a la comida, va en aumento.

¿Cómo se ha hecho tan popular la cultura coreana?

Los expertos afirman que la ola cultural del país, conocida como “Hallyu” en coreano, empezó a finales de la década de 1990, cuando las telenovelas surcoreanas empezaron a ganar popularidad en China y Japón. El auge del internet extendió aún más dichas exportaciones.

En 2012, los movimientos de baile tipo cabalgata de Psy y su melodía de rap hicieron de “Gangnam Style” el primer video de YouTube en superar los mil millones de visitas. Este gran éxito atrajo la atención mundial hacia el K-pop. Pero fue BTS —un grupo de siete jóvenes guapos que rapean, bailan y cantan (todo al mismo tiempo)— el que llevó el K-pop a la corriente dominante mundial. Durante la pandemia, BTS batió varios récords Guinness de reproducciones y visualizaciones de sus temas “Dynamite” y “Butter”.

Mucho antes de que los “K-dramas” iluminaran las pantallas de los hogares de todo el mundo, las restricciones surcoreanas a la proyección de películas de Hollywood en el país reforzaron la producción cinematográfica nacional. El Festival de Cine de Busan, que comenzó en 1996, creció hasta convertirse en uno de los más destacados de Asia. En 2004, el director Park Chan-wook ganó el Gran Premio de Cannes por Oldboy, un violento thriller de venganza.

Otro auge del interés mundial se produjo con El juego del calamar, que se estrenó en 2021 y suscitó tanto debate a nivel mundial que creó un “zeitgeist cultural”, dijo Minyoung Kim, vicepresidenta de contenidos de Netflix en Asia. Sigue siendo el programa más visto de la plataforma.

¿Corea se está convirtiendo en una superpotencia cultural?

Muchos expertos creen que la cultura coreana se ha instalado en la corriente dominante mundial. Pero algunos dicen que aún queda mucho para que el poderío cultural del país alcance la influencia internacional de países como Estados Unidos, Francia, Italia y Japón, mundialmente conocidos por cosas como la comida, la moda y el cine.

También hay obstáculos geopolíticos. Tras una disputa sobre el despliegue de un sistema de misiles en Corea del Sur, China prohibió extraoficialmente las actuaciones de K-pop en 2016. Y en Corea del Norte, la música y los espectáculos del Sur, e incluso la jerga que estos han popularizado, están prohibidos porque su líder, Kim Jong-un, los considera una amenaza para su régimen.

Las exportaciones coreanas solo representan una pequeña parte del mercado mundial de sus respectivas categorías, y los expertos afirman que aún es demasiado pronto para saber si la cultura coreana ya ha alcanzado su punto máximo o tendrá un poder duradero.

Aunque el K-pop es extremadamente popular, aún no ha influido en otros géneros musicales, dijo el profesor Andrew Eungi Kim, quien estudia la cultura en el Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad de Corea.

Pero la popularidad del K-pop y los K-dramas puede despertar el interés por otros aspectos de la cultura surcoreana, dijo Cha Woo-jin, crítico musical de Seúl. La gente quiere probar la comida que comen las estrellas, llevar el maquillaje que usan e incluso aprender el idioma que hablan.

“La gente solía pensar que el Hallyu era entretenimiento”, dijo Cha. “Pero ahora, es un estilo de vida”.

¿Es la belleza coreana la próxima frontera?

Las celebridades surcoreanas son envidiadas por su piel impecable. Los consumidores extranjeros, sobre todo los más jóvenes, están ansiosos por copiar sus rutinas de cuidado de la piel, que pueden ser rigurosas.

Las exportaciones coreanas de cosméticos aumentaron casi un 21 por ciento hasta alcanzar la cifra récord de 10.200 millones de dólares en 2024, según datos del gobierno. Superaron a las exportaciones francesas de cosméticos a Estados Unidos el año pasado. Corea del Sur es ahora el tercer mayor exportador de maquillaje después de esos dos países.

Lyla Kim, quien trabaja para TirTir, una marca de maquillaje con sede en Seúl, dijo que sus ventas casi se duplicaron hasta alcanzar unos 300 millones de dólares el año pasado, después de que su base de maquillaje en esponja se hiciera viral en TikTok.

¿Y la comida coreana?

Los videos virales de kimbap —rollitos de arroz envueltos en algas y rellenos de carne, pescado o verduras— han hecho que se vacíen las estanterías de los supermercados estadounidenses. Samyang Foods, fabricante de los fideos instantáneos superpicantes Buldak, ha dicho que sus exportaciones se han cuadruplicado en los últimos años. Las exportaciones totales de productos alimentarios agrícolas coreanos alcanzaron la cifra récord de 2480 millones de dólares en el primer trimestre, casi un 10 por ciento más que el año pasado, según datos del gobierno.

La comida coreana también recibió un espaldarazo del programa de Netflix Guerra de cucharas, que se estrenó en septiembre. Enfrentó a 80 chefs desconocidos, o “de cuchara negra”, contra 20 chefs de renombre.

Y puede que sea solo cuestión de tiempo antes de que el mundo llegue a considerar un plato coreano como el bibimbap, una mezcla de arroz, verduras, carne y pasta de chile fermentado, algo tan universal como la pizza, la pasta o el sushi, dijo Choi Jung-Yoon, quien ha sido chef en Corea del Sur, España y Australia y dirige Nanro, una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación alimentaria.

“Puede que el K-pop y los K-dramas hayan despertado el interés por la comida surcoreana, pero es la comida coreana la que llevará el legado cultural de Corea al futuro”, dijo Choi.

¿Cómo ha cambiado la ola coreana a Corea del Sur?

A medida que crece el interés por Corea del Sur, el número de turistas, residentes extranjeros y estudiantes de intercambio en el país ha aumentado constantemente en los últimos cuatro años, según cifras del gobierno. Algunos de los que llegan dicen que se sintieron inspirados por la vida que sus dramas e iconos de la cultura popular mostraban en las redes sociales.

Onjira Mahitthafongkul, quien creció en Bangkok, visitó Corea del Sur por primera vez al terminar la secundaria, cuando Big Bang era su grupo pop favorito. Lleva cinco años viviendo en Seúl, la capital del país, donde ha cursado una maestría en la Universidad de Yonsei y trabaja en mercadotecnia. El “rico panorama gastronómico” y el “cómodo estilo de vida” de la nación la atrajeron a quedarse en el país, dijo. Su animada cultura de la bebida la ayudó a hacer amigos.

Aun así, dijo, “siempre hay cierto nivel de discriminación como extranjera, y he llegado a aceptarlo”.

Las encuestas del gobierno muestran que muchos inmigrantes han sufrido algún tipo de discriminación.

“La sociedad surcoreana ha sido bastante estricta en el sentido de que tienes que tener cierto aspecto o actuar de una determinada manera para que te acepten”, dijo Cha, el crítico musical. Pero a medida que atrae a más visitantes, dijo que solo es cuestión de tiempo que el país se vuelva más tolerante.

Jin Yu Young

informa desde Seúl sobre Corea del Sur, la región Asia-Pacífico y las últimas noticias mundiales.