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La disfunción eréctil es un fantasma que aterroriza a hombres de todo el mundo. Sin embargo, una situación en extremo opuesta puede resultar más atemorizante.
Tal fue el caso de un joven de 22 años que acudió recientemente al Hospital Tallaght de Dublín, asegurando que no era capaz de devolver sus partes íntimas a las proporciones habituales.
La erección patológica conocida como priapismo le sobrevino al muchacho luego de sufrir un accidente de ciclismo Según el mismo relató, durante un salto se desplazó del asiento y golpeó su entrepierna sobre el travesaño del vehículo.
El muchacho fue al centro de salud al cabo de cinco semanas de erección. Tras un examen inicial, los médicos constataron que no había lesiones aparentes, pero efectivamente, el pene del paciente mantenía una irreductible erección.
Ronald Browne, médico de la institución, dijo al periódico Irish Examiner que el hombre "pasó un momento de mucha ansiedad, como le hubiera ocurrido a cualquiera en similares circunstancias".
El profesional agregó que el caso podría haber culminado con la formación de un peligroso coágulo, si el paciente no hubiera acudido -aunque tarde- a pedir ayuda.
Los médicos del hospital ensayaron varias técnicas para solucionar el caso. Finalmente, una inyección de gel y la inserción de cuatro diminutas espirales de platino permitieron corregir una conexión anormal entre una arteria y una vena, que era lo que causaba la inflamación.
Según Browne, técnicamente el joven podría haber mantenido relaciones sexuales "aprovechando" su erección permanente, pero lejos de producirle placer, el coito hubiera sido doloroso.
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