En un significativo gesto de restitución cultural, Enrico Tosti-Croce, un ingeniero chileno de 77 años, decidió devolver un pequeño trozo de mármol que pertenecía a su familia y que presuntamente era parte del Partenón, uno de los templos más famosos de la antigua Grecia, erigido en el siglo V antes de Cristo. Sin embargo, cuando las autoridades helenas examinaron la pieza, surgió lo inesperado.
El chileno tomó la decisión de restituir la pieza luego de escuchar en la radio las noticias sobre los esfuerzos de Grecia por recuperar las esculturas de mármol de la Acrópolis de Atenas. “Cuando oí la noticia, pensé: ‘¡Guau, tengo un pedacito del Partenón!’ Es mi responsabilidad devolverlo”, declaró Tosti-Croce a The Art Newspaper.
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El hombre contó que ese trozo de mármol llegó a su casa en manos de su padre, Gaetano Tosti-Croce, un italiano ingeniero de submarinos. En 1930, durante una visita a Atenas con la marina italiana, Gaetano recogió un pequeño trozo de mármol cerca de la base del Partenón.
Luego, durante la segunda Guerra Mundial, formó parte de la tripulación de un submarino que fue hundido por la armada británica frente a las costas de Creta. Gaetano tuvo la suerte de sobrevivir, algo poco común en las naves submarinas atacadas.
El fragmento de mármol pesa poco más de un kilo y mide aproximadamente 7,5 centímetros de alto por 11 de ancho, y posee grabados que recuerdan a una flor de loto. Tras la guerra, Gaetano emigró a Viña del Mar, Chile, llevándose consigo esta reliquia. En diálogo con el periódico madrileño El País, Tosti-Croce explicó que cuando él era niño la pieza ocupaba un lugar en una estantería en su sala de estar, y que la consideraba “un adorno más”.
El padre de Enrico es el segundo sentado desde la derecha, con casco en el regazo
Tras el fallecimiento de sus padres en 1994, Enrico heredó la pieza y la llevó a su casa en Villarrica, Chile. “Cuando alguien venía a mi casa por primera vez, le mostraba la piedra y le decía: ‘Esto es del Partenón’. Algunos me creían, otros no”, refirió con humor.
En enero, el ingeniero envió un correo electrónico a la embajada griega en su país informando sobre la pieza que poseía. En su mensaje adjuntó imágenes y una descripción detallada de la pieza. En marzo, Tosti-Croce entregó personalmente la pieza en la embajada en Santiago.
Meses después de la entrega, recibió una carta de la directora del Servicio Arqueológico Griego, Olympia Vikatou, agradeciéndole la devolución. Además, contaba que la pieza en cuestión resultó no ser lo que él creía, pero no por ello dejaba de ser un valioso aporte.
Según Vikatou, los expertos que analizaron el fragmento descartaron que perteneciera al Partenón, y creen que probablemente perteneció a una cisterna o abrevadero de Hecatompedón, el templo monumental más antiguo de la Acrópolis, construido durante el período arcaico de Grecia, y más antiguo que el Partenón. Vikatou observó que la canaleta del templo estaba adornada con palmetas ovaladas y flores de loto alternadas, un patrón que coincide con la pieza aportada por el chileno.
La pieza fue trasladada a la Administración de Antigüedades de la ciudad de Atenas.
Tosti-Croce recordó que al salir de la embajada luego de entregar la pieza experimentó una satisfacción especial. “Ni siquiera sé cómo describirlo… sentí que había hecho algo bueno”, dijo.