Contenido creado por Gerardo Carrasco
Curiosidades

Para no dormir la siesta

Canción de cuna: vecindario británico vivió durante más de un año una experiencia de film de terror

Los residentes de un suburbio de la ciudad de Ipswich escuchaban de forma intermitente una inquietante nana cantada con voz infantil.

19.09.2018 08:52

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2018-09-19T08:52:00-03:00
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Los residentes de un barrio a las afueras de Ipswich quizá creyeron que alguien estaba rodando una peli de terror y no les había avisado. Durante más de un año y de forma intermitente, una voz infantil se imponía al silencio de la noche cantando una triste tonada. En ocasiones el fenómeno ocurría también durante el día, según reportara el periódico local The Independent.

Para colmo de males, en algunas ocasiones la canción no se limitaba a sonar una vez, sino que se repetía por horas durante la velada.

Escuchar una voz infantil cantando en la profundidad de una noche en medio de un paraje solitario puede ser una experiencia inquietante, y el contenido de la pieza musical contribuía a tal efecto: se trataba de 'It's Raining, It's Pouring', una triste canción que relata cómo un anciano se golpea en la cabeza y ya no puede despertar.

"La canción parecía entonada por un niño pequeño, y eso la hacía muy perturbadora. La gente decía que parecía de una película de Freddie Krueger", dijo Alice Randle, una residente de la zona, en declaraciones recogidas por el citado medio.

Harta de la cantilena, una vecina reportó el caso a la Junta Municipal, quienes investigaron la situación y lograron dar con su origen. Como era de esperar, el resultado de la investigación resultó ser mucho más prosaico y aburrido que las especulaciones de los vecinos acerca del carácter sobrenatural de la cantarina voz.

La canción en cuestión no era otra cosa que una alarma ubicada dentro de un cobertizo en un polígono industrial de la zona, y se disparaba cuando las arañas activaban sus sensores de movimiento. Supuestamente debía oírse sólo dentro de la propiedad, pero alguien había aumentado el volumen al máximo, por lo que la voz infantil se extendía por las inmediaciones.

Los funcionarios hablaron con los propietarios del polígono y se aseguraron de que la original alarma fuera ajustada a los niveles adecuados. Los vecinos de Ipswich ya pueden dormir tranquilos.