Canadiense que se implantó senos para ganar apuesta, se los quitará luego de 20 años

La historia de Brian Zembic y sus pechos artificiales es digna de una tragicomedia acerca de la ludopatía.

"Soy un jugador y un mago. Hay muy pocas cosas que no haría por una apuesta", dijo en un documental de Canal E!, acerca de su persona, realizado a 20 años de su más famosa "hazaña", y de cuyas consecuencias de deshacer luego de casi 20 años.

Entre sus locas apuestas, se cuenta una en la que debió dormir en un baño por un mes, o pernoctar debajo de un puente en un barrio marginal con una fuerte suma de dinero en sus ropas. Sin embargo, nada supera hasta ahora a la que lo llevó a implantarse senos.

"Fue allá por 1996, estaba en un restaurante en Europa con un par de amigos y la novia de uno de ellos. Él estaba alardeando sobre las tetas de la chica, y yo le dije bromeando ‘quizá si yo tuviera unas tetas así me prestarías atención'", recordó.

Uno de sus amigos aprovechó el comentario para poner a prueba su condición de apostador, y le pregunto por cuánto dinero se pondría unos pechos.

"Acordamos apostar 100.000 dólares, nos dimos la mano y eso fue todo", cuenta.

Una vez aceptado el reto, Brian tenía que ver la mejor manera de cumplirlo. Y en lo posible sin gastar un centésimo.

"Conocía a un cirujano plástico en Nueva York, que también era un gran jugador, así que fui a su oficina y le dije lo que quería hacer ‘¿Es por una apuesta, verdad?', me preguntó".

Brian, padre de una hija que hoy tiene 16 años (más joven que sus senos) jugó backgamon por una hora con el cirujano, y le ganó nada menos que 5.000 dólares, suma que el profesional abonó en especie.

"La cirugía resultó gratis. Me acosté, me dormí y desperté con tetas", recuerda acerca de la intervención a la que se sometió en octubre de 1996.

La apuesta establecía que Brian debía conservar ls pechos postizos por un año. Sin embargo, cuando su amigo vio que realmente iba a colocarse los implantes, intentó minimizar sus pérdidas: le ofreció bajar la cifra a 50.000, y reducir a seis meses el plazo de uso de los pechos. Pero Brian no aceptó y se hizo con el monto acordada en principio.

"Cuando mi amigo finalmente me vio estuvo riendo quince minutos sin parar. 'Son los 100.000 mejor gastados de mi vida', admitió".

Cumplido el plazo, Brian no se quitó los pechos.

"Soy bastante perezoso y he estado ocupado en otras apuestas. Honestamente, llegaron a ser parte de mí, y no disminuyeron mi capacidad para conseguir chicas", dijo en una entrevista a Maxim el año pasado, según recoge Daily Mail.

Sin embargo -contó en el documental- ahora está decidido a removerlos.