El lunes 5 de abril en el Centro Cultural Alfabeta la única función programada se presenta con un afiche en el que los vampiros, con ojos inyectados de sangre, son los protagonistas. Del mismo color es el vinilo que está sonando y ambientando el lugar, mientras cientos de personas —amigos, familia, medios y agencias de comunicación, músicos y actores— van llegando hasta llenar el espacio y comienzan a disfrutar de música en vivo y de los exóticos cócteles preparados por Inmigrantes Montevideo.

Foto: Javier Noceti
El trabajo conjunto de producción entre Montevideo Portal, Latido Beat y Little Butterfly Records tiene un nombre que lleva una gran pasión por detrás: Canción eterna, un cortometraje de 11 minutos, escrito y dirigido por Santa Forteza y Rodra Méndez, que se exhibe por primera vez en la gran pantalla. Esta es la original forma de presentar el lanzamiento del vinilo de CELP (Como en las Películas), el proyecto solista del cantante Gonzalo Zipitría, con canciones que forman parte de Puntero, su último trabajo.

Foto: Javier Noceti
La idea nació como tantas otras: entre amigos, en ronda, con música de fondo. Fue una construcción colectiva que creció con fuerza y entusiasmo. Se hizo posible gracias al impulso de Montevideo Portal y LatidoBEAT, que apostaron por un proyecto distinto, arriesgado, sin moldes. En especial, gracias al empuje de Manuel Serra, editor de Beat y amigo de Zipitría, quien fue clave para prender la mecha de todo esto. “Manu fue quien me dijo que había que hacer algo con justicia para este disco. Y ahí empezamos”, recuerda el músico.

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De esa conversación inicial nació todo lo demás. Querían que Puntero tuviera algo físico, algo visual. Primero llegó la idea del vinilo, un año después de salido el disco, y luego el proyecto siguió tomando nuevas formas y colores. Se preguntaron cómo podían mostrarlo e ir más allá. “Entonces apareció la idea del corto. Santa —Santiago Jalid, uno de los directores junto a Rodrigo Méndez— fue quien empujó el giro. Propuso: ‘¿Por qué no hacemos un corto en vez de un videoclip?’”, cuenta Zipitría.

Foto: Javier Noceti
Y así, lo que iba a ser una pieza más para redes se transformó en una obra audiovisual con narrativa, con metáforas, con vampiros. Literalmente. Vampiros de los que no mueren, de los que vuelven y de los que, como ciertas canciones, atraviesan el tiempo.
“Fue muy fuerte cuando me dijeron la idea”, confiesa Zipitría. “Yo soy fanático de los vampiros desde chico, de todas las épocas. A mis hijos les muestro Nosferatu. Cuando me dijeron eso, casi me largo a llorar”, expresa, para evidenciar la gran sintonía que tuvo todo el equipo durante el proceso creativo. La estética del corto, que mezcla referencias clásicas del cine de terror con una sensibilidad muy actual, se apoya en esa figura para hablar de lo eterno, de lo que no envejece. Como ciertas melodías. Como ciertas ciudades.

Foto: Javier Noceti
Montevideo, en este caso, no es escenario de paso: es protagonista por elección. “Queríamos que se viera que era Montevideo, que se sintiera Montevideo”, dicen los realizadores. Nada de disfrazarla, nada de esconderla. Filmada en locaciones reales, con algunos actores reconocidos y otros amigos y familiares, la ciudad aparece gótica, nostálgica, contemporánea. Como un personaje más.
Las canciones se van sucediendo en distintos escenarios con un sonido atrapante, melodías que suenan al tiempo que los personajes van mutando, se transforman, se van llenando de sangre y colmillos, sacan su lado más carnal. Arranca con el tema “Como en las películas”, y una canción se va sumando a la otra, entre “El arrepentido”, “Arrecife” y “Espuma de la ciudad”, hasta llegar a “Marea”, en una noche en la que la marea está muy alta.

Foto: Javier Noceti
Zipitría explica que fue una decisión estética, pero también política. Porque hacer cine en Uruguay, desde la independencia total y sin un respaldo económico fuerte, sigue siendo un acto de fe. “En este país cuesta mucho. Por eso, que esto haya sucedido es casi un milagro”, explican, y vuelven a agradecer el apoyo de todas las personas que lo hicieron posible, desde el vestuario, la producción y mucho más.
“Estamos en una era rara, donde la gente paga por no ver. Donde los algoritmos te tragan si no gritás. Entonces, cuando prendés la cámara, tiene que valer la pena. Que lo que hagas quede. Que sea una huella”, expresa Santa.

Foto: Javier Noceti
Canción eterna quizás sea eso: una huella. Temas que se filmaron en una ciudad que se mostró como es, con una banda que apostó por lo que no pasa, y un equipo de producción que se animó a incursionar en nuevas dimensiones porque, como bien lo dijeron, “la eternidad es solo para los que se atreven”.
El vinilo de CELP, producido por LatidoBEAT, Montevideo Portal y Little Butterfly Records, está disponible, con edición limitada, en todas las disquerías, venta web en tienda online de @littlebutterflyrecords y ya se puede escuchar digital en todas las plataformas.
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